Por Coto Wong
La Habana, (PL) Justo en la meseta de la vida, y con
un nombre reconocido entre la intelectualidad mexicana de los últimos tiempos,
dejó de existir Marcel Sisniega, Gran Maestro de ajedrez, y un hombre del cine
y la literatura.
El deporte latinoamericano y muy en especial el de su
país, así como el mundo del séptimo arte local están de luto por la sensible
pérdida de un hombre que, al parecer, encontró en el juego ciencia una vía rica
en matices para escribir su "propia" historia en el celuloide.
Primer jugador mexicano en obtener de manera oficial
el título de Gran Maestro en 1992, el también reconocido escritor, falleció a
la edad de 53 años de un infarto del miocardio, una de esas muertes inútiles
que nunca nadie entiende.
Campeón nacional de ajedrez a los 16 años, un reinado
que obtuvo en nueve ocasiones, Sisniega alcanzó el título de Maestro
Internacional de ajedrez en 1977.
Años antes, en 1976, estuvo muy cerca del cetro
mundial juvenil al perder la oportunidad de ganar el título cuando cayó ante el
estadounidense Mark Diesen, después de disponer de ventaja en el medio juego.
La experiencia le sirvió para ahondar mucho más en los
intrincados vericuetos de los trebejos que más tarde, en una decisión propia de
su personalidad inquieta, cambió por la literatura y el cine.
Tras esa liza juvenil del orbe, y como una muestra de
la nota alta del nivel alcanzado, logró ubicarse entre los diez primeros en los
certámenes planetarios ganados por los rusos Artur Yusupov y Seguei Dolmatov,
en los que logró la octava y sexta posiciones, respectivamente.
Entre sus triunfos más sobresalientes destaca el que
obtuvo frente al actual Campeón del Mundo, el indio Viswanathan Anand, en el
abierto de Filadelfia de 1987.
SU PASO POR
CUBA
Gerardo Lebredo, Maestro Internacional y rector en
funciones del Instituto Superior Latinoamericano de Ajedrez (ISLA), con asiento
en esta capital, recuerda a Sisniega como una persona muy afable de una gran
cultura. Era un excelente competidor en el tablero y sentía gran estimación y
admiración por los ajedrecistas cubanos, dijo el titular del ISLA, quien lo
enfrentó en cinco oportunidades.
Su andar por el
archipiélago cubano, el Maestro Internacional, lo ubica a partir de un Match
Cuba-México celebrado en 1974.
Luego incluiría
en su calendario personal sus participaciones en la Isla durante las décadas de
los años 80 y 90.
Según Lebredo,
Sisniega tomó parte en torneos Radio Rebelde, Carlos Manuel de Céspedes, en la
oriental ciudad cubana de Bayamo, y en el clásico continental José Raúl
Capablanca In Memóriam, en cuya versión del año 1992, quedó en segundo lugar
detrás del Gran Maestro peruano Henry Urday.
LITERATURA Y
CINE, SUS OTRAS GRANDES PASIONES
Pero este hombre -nació en la céntrica ciudad de
Cuernavaca el 28 de julio de 1959--, que tenía de todo para triunfar en el
juego ciencia, buscó otras formas más íntimas de expresión, quizá guiado por
esa necesidad imperiosa de encontrarse constantemente y enrutar esa parte de su
personalidad en constante cambio.
En su juventud,
cursó la carrera de Realización Fílmica en el Centro de Capacitación
Cinematográfica, en México, D.F.
Avalado por su
compatriota el gran cineasta Arturo Ripstein quien lo consideró de manera
pública entre los directores que "llevarán el estandarte de la
cinematografía mexicana en el mundo", Sisniega dejó un legado único en el
séptimo arte.
Director,
guionista, productor, director de fotografía y actor puso su talento en más de
12 filmes desde 1996, año en que debutó con la realización del cortometraje La
cruda de Cornelio.
A finales de
ese año fue guionista y director de su primer filme, Libre de culpas, que
obtuvo el premio del Mejor Largometraje en San Juan Cinemafest, en San Juan de
Puerto Rico, en 1997; y el Ariel a la Mejor Fotografía y al Mejor Tema Musical
en 1998.
En 2001
escribió y dirigió la cinta "Una de dos" con la que obtuvo el premio
La Perla del Pacífico en el Festival Internacional de Cine de Mazatlán como
mejor película por la crítica especializada.
Dentro de su
filmografía destacan también "En las arenas negras",
"Fandango", "El baile de la iguana" y "Luces
artificiales".
Su último trabajo como cineasta fue el largometraje
"A través del silencio", basado en una novela del escritor, poeta y
activista de los derechos humanos Javier Sicilia, que en 2009 recibió el premio
al Mejor Guión en el Festival de Trieste (Italia).
Sus inquietudes
literarias se canalizaron a través de sus novelas "Anda suelto un
Belfo", "Crónica personal de un torneo de ajedrez" y
"Eliseo Zapata" que fue adaptada al cine por Martín Salinas y se
llevó a la pantalla grande en el largometraje titulado "Un embrujo",
del director Carlos Carrera, en 1998