Las
comunidades académicas, científicas, gubernamentales e industriales de la mayor
parte de los países del mundo, han
trabajado con mucho esfuerzo para hacer disponible, a través de las redes de
comunicación global, la herencia cultural de los pueblos, al igual que los conocimientos y demás productos culturales
de la humanidad.
En lo que
respecta al ajedrez, creo que las generaciones vivientes deben hacer lo mismo
para que las futuras hereden tal acervo.
El
propósito general, de este tipo de trabajo colectivo y global, es que todos los
conocimientos, libros valiosos, fotos, pinturas,
sonidos, videos, películas, y demás expresiones
del ser humano, estén disponibles digitalmente
y puedan ser utilizadas y compartidas por los nacionales de los países y por todos los pueblos del mundo.
El
acopiar bibliotecas digitalizándolas debe ser una tarea de importancia para
todos los gremios, sean médicos, ajedrecistas, educadores, pintores, etc.
Estos
propósitos se lograrán, en cada país, cuando los Estados y los diferentes sectores comprometidos con estas
causas, asumen decisiones políticas que le dan soporte y prioridad a este tipo
de proyectos y cuando estas decisiones penetran en cada una de las estructuras
de la nación. Por supuesto que cada uno
en el ámbito de su competencia debe trabajar en ello.
Debemos
comprender, que las colecciones existentes en cada país, especialmente las que poseen las Bibliotecas Nacionales, son únicas
y producto de muchos años de acumulación sistemática. Cualquier esfuerzo por acopiarlas
y empoderarlas para que sean accesibles a mayor número de personas es loable y
no debiera ser obstaculizado por ninguna legislación obsoleta, ni por secrecías
que, con el slogan de que “Conocimiento es Poder”, evitan que otros lo tengan, reservándolos para
si.
Estas
colecciones solo pueden ingresar al concierto global de las redes de información
y conocimiento disponible, sí las políticas Estatales hacen posible la transición de los documentos originales a formato digital,
y sí los documentos producidos digitalmente
son preservados y se hacen accesibles
digitalmente en la red.
Es de
preocuparse el control que ciertas minorías con poder tratan de tener en
Internet y así mismo las campañas de desprestigio que se hacen de la difusión
del conocimiento por esta vía.
La palabra innovación está de
moda en el argot de las organizaciones y empresas actuales. En casi todas las
organizaciones, en sus paredes, en el contenido de la visión, en los valores
corporativos, en sus objetivos o en algún espacio de su sitio web; puede
apreciarse que las compañías, las organizaciones diversas tienen en cuenta el
término innovación. Sin embargo, ¿la preocupación por la innovación realmente
se respira al interior de las organizaciones o se queda como se dice coloquialmente “de
labios para afuera”?
Todos los países están haciendo
un gran esfuerzo por transformarse. En la actualidad se asiste a un período de
turbulencias y de cambios drásticos a nivel mundial, que están dando lugar al
surgimiento de una nueva época, caracterizada por la incertidumbre sobre el
futuro: cambian las demandas de la sociedad y de las personas, cambia la
situación internacional, se proponen nuevas reglas del juego, cambia el papel
que juegan los agentes otrora conocidos como permanentes y surgen nuevos
actores sociales. La educación no puede ser ajena a estas transformaciones.