28 sept 2016

El Disco de Festo en Ajedrez y el MI Mark Dvoretsky.





Uno de los entrenadores rusos amigos con quien consulte algunas partes del libro que comienzo a promocionar: “Ajedrez de Altura en Ensalada Rusa”, sobre las aportaciones de Lasker, Capablanca y Carlos Torre a las escuelas de la URSS antaño y ahora a las de Rusia, Ucrania y las del Cáucaso, como son las de Armenia, Georgia yAzerbaiyán, me comentó que si quería escribir un Disco de Festo del ajedrez.
Muchos métodos se describen en el libro, sobre todo los de Lasker, Capablanca y Torre, como sería obvio suponer, pero además se hace una descripción técnica de la evolución de las metodologías del entrenamiento, como las describiera primero el GM Alexander Kotov y el MI Shashin al describir su propio método, pasando por los de Modell, Romanovsky  e incluso Chuzakin.
Decenas de fórmulas se han planteado para jugar ajedrez, algoritmos sin fin, aunque yo adjudico la idea original de esa búsqueda a Emanuel Lasker, como el mismo GM Carlos Torre no los comentase ampliamente al GM Marcel Sisniega, Carlos Manzur y al MI Jesús Rodríguez cuando analizamos dos famosas partidas, la que Torre ganó a Lasker en Moscú 1925 y la victoria de Capablanca a Fonaroff, que pasaron a los libros como grandes combinaciones, pero que Torre nos demostró las debieron perder Torre y Capablanca si sus contrincantes hubieran aplicado bien los algoritmos. “Se necesita un Disco de Festo en ajedrez” Decía Torre.
Pero parece que no existe, aunque Shashin afirma haberlo creado, o Chuzakin, o el GM Dorfman, o el modesto MI Purdy, todos con sus algoritmos.
Festo, o Phaistos, su nombre original griego, tenía un palacio minoico al sur de Creta, y cerca de el se encontró un disco en 1908, y en 1925 cuando Lasker le comentó a Torre de la existencia del misterioso disco, se creía que era una especie de piedra Rosetta de la cultura minoica y que Lasker sospechaba que era un fraude de su supuesto descubridor Pernier.
Actualmente no se puede decir que se ha descifrado o se ha entendido para que sirve, o si es minoica o protojonica, pero el caso es que Lasker decía que todo mundo quería hallar un disco de Festo para jugar ajedrez, buscando atajos, cuando no hay otra cosa sino poner a trabajar el cerebro.

Dvoretsky, en una de sus últimas entrevistas remarcó lo malo de buscar atajos, tales como memorizar aperturas o poner a analizar posiciones a la computadora en lugar de usar el propio cerebro, y apuntó, a la pregunta si el estudiar mucho aperturas es malo para un jugador:
“Sin duda, pero no es solo porque no les quede casi nada de tiempo para trabajar otras etapas, sino también debido a la aparición de las computadoras.
Los ajedrecistas reciben respuestas rápidas, mientras que antes, para encontrar respuestas, tenían que encender todo el potencial de sus cerebros con más frecuencia y, por lo tanto, entrenaban constantemente diferentes habilidades y hábitos de toma de decisiones.
Por supuesto, sería estúpido en estos días no explotar un arma tan poderosa como la computadora, pero es necesario poder combinar el trabajo con la máquina y el entrenamiento de la mente.
La tarea más importante para los entrenadores es ayudar a sus estudiantes a comprender este proceso.”
El Disco de Festo no hay que tenerlo, sino la norma de Lasker y de Torre: Poner a trabajar el cerebro al máximo analizando posiciones profundamente, eso que ponía a hacer Dvoretsky a sus pupilos, una y otra vez.

26 sept 2016

Se fue un gran entrenador, Mark Dvoretsky, 1947-2016


Hace años escribi varios articulos sobre Dvoretsky, los reproduzco como un homenaje a un amigo y compañero.

El Mayordomo es el culpable.
La Informática aplicada al ajedrez, un cambio constante e incontenible.

La frase que utilizo para titular este artículo no está sacada de alguna novela de Sherlock Holmes, ni del Ulises de Doña Agatha. Es la expresión común de algunos de los mejores entrenadores rusos cuando explican porque siguen algunas prácticas cuando entrenan. La razón es que el que es considerado el mejor entrenador ruso, el MI Mark Israelovich Dvoretsky, tiene una buena colección de seguidores de sus métodos. El apellido Dvoretsky, significa “Mayordomo” en ruso. Una mayordomía como la que existía en las cortes europeas, donde el mayordomo del reino era un mandamás, no como ahora se entiende en las novelas policíacas como sirviente de lujo de una mansión.
“Mayordomo” también tiene un significado especial entre las etnias de mi México, como fue el tema de la excelente película “Animas Trujano” actuada en el papel principal por el gran actor japonés Toshiro Mifune, consagrado en los “Siete Samuráis” de Akira Kurozawa. En algunas poblaciones pequeñas de México, el encargado de patrocinar las fiestas al santo patrono del lugar se le da el nombramiento de mayordomo, y durante un año es el personaje que más honores recibe, pero bastante caro le cuesta la fiesta, donde todos comen y beben a expensas del mayordomo. En “Animas Trujano” se relata la importancia que tiene para la vida de un pueblerino lograr el reconocimiento y el nombramiento de mayordomo.
El caso es que los métodos de Dvoretsky han alcanzado tal reconocimiento que sólo se compara al respeto que antaño en la URSS se tenía a todo lo que decía Botvinnik, o en Alemania a lo que decía el “Preceptor Alemán”, el Gran Maestro Siegber Tarrasch.
En América Latina se cita a Capablanca para cuando uno quiere afirmar que algo es irrebatible.
El caso es que en muchas ocasiones esas citas “escolásticas” son una ocasión de freno a nuevos métodos de ideas. Lo que en la mayoría de veces es tan útil nos hace no esforzarnos en buscar nuevas maneras de hacer lo mismo. Aunque todo es perfectible y el cambio es lo único que no cambia, verdades indiscutibles ya; la mayoría asume la actitud de “si todo funciona bien, ¿para que queremos algo nuevo?”
Todos los días hay entrenadores en Ucrania y en Rusia que proponen nuevos métodos y solicitan apoyo de las organizaciones para desarrollarlos. Pero no hay receptividad. “Lo que está funcionando no tiene caso cambiarlo”. Entonces surgen dos frases típicas: “La cosa no es fácil” y “El culpable es el mayordomo”.
Pero conforme una imagen de un entrenador crece y se agiganta, tendrá que convertirse en un Dinosaurio, y esos siempre corren el peligro de extinción.
Hace unos meses, en foros rusos de Internet se comentó un artículo del MI Dvoretsky en la revista “64” criticando, o más bien defendiéndose, de unos escritos del GM Dorfman en que, mientras enfatizaba las virtudes de su “Método” las resaltaba contrastándolas a algunas opiniones de Dvoretsky. La respuesta en “64” de Dvoretsky fue contundente y descalificadora. No aceptaba que lo propuesto por Dorfman fuese nuevo, ni tan completo como para llamarlo “Método” a la vez que ponía en duda la efectividad de Dorfman como entrenador,
En los foros, diversos grandes maestros y entrenadores, expresaron puntos de vista condenatorios a un bando o al otro y en múltiples ocasiones a ambos. Por ahí hubo ataques a todos, pasando por Yermolinsky, quien se atrevió a escribir mal de Vladimir Zak en su libro “Camino de la Superación en Ajedrez”, para él que fueron dedicadas algunas lindezas por exalumnos de Zak, incluido el excampeón mundial Spassky; para luego tocar a Alburt y a Palatnik, por vender como novedad algo que en los años 80 del siglo XX se consideraba atrasado y superado.
El principal defecto del mayordomo, como decían muchos de los exponentes, era que sus métodos no aprovechaban a la informática, recalcando que el atraso en el campo de la informática, fue causa fundamental de que la URSS perdiera posición militar y se iniciara su disolución. “Computologos del Mundo Ajedrecista, Uníos” llegó a escribir un ferviente defensor de las computadoras como auxiliares de los ajedrecistas. “El Mayordomo producía Grandes Maestros entre veinteañeros, pero a un costo monetario enorme, ahora en Ucrania producimos Grandes Maestros de 14 y 15 años, gracias a las computadoras, y a un muy bajo costo”, alegaban un grupo de entrenadores de Kiev.
Que las computadoras han cambiado el escenario del entrenamiento en ajedrez, ni quien lo dude; pero ¿son factor determinante? Ya muchas veces he alegado que ni el software, ni el hardware, sino el humanware es el factor esencial en el desarrollo y que la de desarrollo humano es la materia más importante de cualquier currículo; pero lo que yo no entiendo es:¿Por qué hay que escoger?
Los rusos tienen un refrán: “Cordero listo mama de su madre y de la ajena” Aunque muchos defensores del Mayordomo dicen que Dvoretsky si ha evolucionado sus métodos para aprovechar las facilidades del computo y que como muestra están sus artículos en la Internet, sobre todo en www.chesspro.ru y www.e3e5.com y www.chesscafe.com , pero sólo ha producido un CD sobre finales y lo demás es en libros normales.
En Rusia ahora que la tendencia son los bajos tirajes (2500 y 3000 ejemplares en comparación a 70000 y 100000 en la época de la URSS), su difusión por el “underground” en PDF y DJvu, seguramente rebasa la centena de miles de lectores, así que los entrenadores siguen pensando que es en la producción de libros su mejor foro y negocio. 
Pero que Dvoretsky no ha trabajado en métodos para auxiliarse con la computadora es obvio. Y con él, el 90% de los entrenadores rusos.
En Ucrania parece que la cosa es un poco diferente y es uno de los mejores “nichos” de la compañía “Convekta” que es la contraparte eslava del germánico “Chess Base”. Aunque mi sospecha es que la mayoría de los entrenadores ucranianos trabajan con el sistema “Chess Base”. En las computadoras de Ivanchuk y Ponomariov, cuando han venido a México, podía observarse que todo lo veían en Chess Base y no en Convekta.
Ambas firmas han producido decenas de colecciones para entrenarse con computadora, pero en Rusia y en Ucrania cientos de los mejores jugadores se siguen formando con la colección de 10 libros de Slavin y los diversos tomos de Volchok, Bloch y sobre todo Ivanshenko; que no son otra cosa que colecciones de cientos de posiciones tácticas a resolver.
Seguramente el culpable es el mayordomo, pero algunos jugadores imprimen archivos de partidas para estudiar, para no verlas en pantalla. El MI Kopec una vez afirmó que era malo estudiar partidas en computadora porque se “diagramizaba” uno y luego no podía ver lo mismo en un tablero normal. Como esto lo afirmó hace 20 años, sospecho que ha cambiado diametralmente su opinión. Máxime que yo conozco jugadores que juegan 100 partidas de torneo al año y nunca tocan una pieza de ajedrez. Por supuesto juegan en la pantalla en torneos por Internet. A lo mejor cuando tienen un tablero y piezas enfrente, en lugar de tener una planilla de anotación extrañaran el “Mouse” o algo equivalente.
El caso es que hay que cambiar constantemente. Ya la época de dar clases con un tablero y piezas con imanes en un muro, suena a los tiempos cercanos a la Guerra de Coreo o a la de Vietnam, ahora en el siglo XXI es con computadoras. Algunos experimentamos pasar del libro al audio libro y al archivo Chess Base, o combinar video y audio para clases a distancia. Yo se que al mayordomo le puede parecer una aberración, pero gracias al Internet, podemos experimentar tipos diversos de torneos y eso traerá como consecuencia nuevas maneras de entrenar y nuevas herramientas. Algunos dinosaurios se extinguirán. Aunque siempre hay quien compre a los vendedores de falacias y a los que traen reliquias de tierra santa. Pero la tecnología avanza y quien no tenga en cuenta eso se convertirá en “desechable”
México, 16 de Abril del 2008


IM Raul Ocampo Vargas

23 sept 2016

La Trilogía de libros de ajedrez que escribí en los últimos cinco años, por fin en difusión.





El GM Carlos Torre Repetto siempre fue una figura presente a lo largo de mi vida como jugador y entrenador de ajedrez.
Desde niño oía los relatos de mi abuela materna, Amparo Vargas Arreola, sobre como ella y mi abuelo trataron al maestro a su primera llegada a México en 1926, con la gloria de sus triunfos de Europa, y luego como en la segunda llegada, tras la tragedia de Chicago, llegó en estado lamentable y fue examinado por los médicos militares que encabezaba mi abuelo, el entonces Coronel y Dr. Francisco Vargas Basurto, quien más tarde sería secretario de la Federación Mexicana de Ajedrez con el Gral. Joaquín Amaro de Presidente, y luego, finalmente dirigiría la Federación y realizaría la Revista Mexicana de Ajedrez donde escribiría una serie de artículos sobre la carrera de ajedrez del GM Carlos Torre.
Después, en charlas familiares en que el afamado escritor Juan José Arreola,  mi abuela y mi madre Amparo Vargas Arreola, me estimulaban a jugar mi primer torneo formal de ajedrez de primera fuerza y viajar a Guadalajara, Jalisco; el estado de origen de la familia Arreola, para competir en el Campeonato Estatal de Jalisco, pero antes iría a Mérida con Juan José Arreola a conocer al GM Carlos Torre. 

Hace ya cincuenta años de eso, en 1966, cuando a los 13 años de edad, pude charlar dos horas con esos dos grandes del ajedrez, uno, gran jugador, retirado cuarenta años antes, el otro, escritor que comenzaba a adquirir fama internacional.
Regresar de Yucatán y leer y estudiar todo lo que sobre el GM Carlos Torre existía en la enorme biblioteca de ajedrez de mi abuelo, de varios miles de libros de ajedrez, así como sus notas sobre Torre y los apuntes sobre un libro que deseaba escribir sobre Torre y Emanuel Lasker, fueron mis primeros textos sobre ajedrez.
Un año más tarde decidí aprender el idioma ruso para poder leer muchas revistas que Torre le había regalado a mi abuelo y que se añadirían a los textos de ajedrez en ruso que en Cuba se habían adquirido durante la Olimpíada Mundial de Ajedrez de La Habana a finales de 1966.
Ya para 1967 era visitante y competidor asiduo de los torneos de primera fuerza que se realizaban en la sala “Carlos Torre Repetto” en el Casino Metropolitano, en Tacuba 15 en la Ciudad de México; eventos que organizaba el Maestro Alejandro Baéz Graybelt, quien fuera muy amigo del GM Carlos Torre en los años en que residiera en México.
En esos años se divulgaban muchos mitos y especulaciones sobre las razones por las que el GM Carlos Torre había abandonado el ajedrez de competencias en 1926, antes de cumplir 22 años de edad.

En 1972 y 1975 tuve oportunidades de dialogar más ampliamente con el GM Carlos Torre Repetto, sobre todo en 1972, cuando yo llevaba el primer tablero del equipo nacional de México en la primera competencia internacional de ajedrez por equipos que se desarrollaba en México, el Campeonato Centroamericano y del Caribe, que, como parte de las celebraciones del año de Juárez, se realizaba con toda pompa y con transmisiones de televisión.
En ese evento de 1972 participaba el equipo de Cuba con varios personajes de gran importancia histórica, como su primer tablero, el varias veces campeón de Cuba , el Maestro Internacional Jesús Rodríguez, uno de mis más grandes amigos. Otro miembro del equipo cubano era el Maestro Internacional Eleazar Jimenez, también varias veces campeón de Cuba, pero sobre todo, el mentor principal de las futuras generaciones de grandes jugadores cubanos.
Con Arreola, los jaliscienses miembros del equipo nacional de México, como Victor Rizo, Bartolome Razo, los cubanos mencionados y yo, el Gran Maestro Carlos Torre tenía un auditorio único completo y varios retadores en blitz que no pudimos ganarle una sola partida, a pesar de que Rodriguez y yo teníamos ya algunos grandes maestros en nuestra lista de victimas, como en ese mismo año gané en el torneo internacional de blitz al GM Vlastimil Hort en los salones del Comité Olmpíco Mexicano, además de empatar la partida de torneo al GM Bent Larsen y ganarle varias partidas amistosas de blitz al gran jugador danés. El caso es que de unas 30 partidas de blitz, Torre las ganó todas sin excepción.
De 1972 a 1975 pasaron tres años en que supe más de Torre y sobre todo, con más contactos con el ajedrez soviético, tenía ya noticias de la importancia que Torre tuvo para el desarrollo del ajedrez en Rusia.

Ya en 1980, gracias a la temporada en que me estuvo entrenando el GM Aivar Gipslis, que más que como jugador, me enseñó a ser entrenador, tuve información más completa, aunque Gipslis decía que más que Torre, Lasker era el que mas influencia tuvo, después Capablanca y Torre en tercer lugar. ¡Bueno!, eso para mí ya era una gran noticia.
Lo de Lasker ya me lo había comentado el mismo Torre, quien consideraba que de Lasker es de quien más aprendió en Europa y que con Capablanca eran lo “excelso”, los grandes “enseñadores” del ajedrez. No en balde en 1966 Torre me recomendó estudiar los dos libros de Lasker, Sentido Común en Ajedrez y Manual de Ajedrez, que me tuve que soplar en inglés a los 13 años cuando apenas sabía algo de inglés, y luego una tonga de Revistas Alemanas, diccionario en mano.
El caso es que siempre tuve el deseo de escribir un libro sobre Torre, sobre Lasker, y sobre Torre, Lasker y Capablanca, con el ajedrez soviético.
Con mis borradores de más de 400 cuartillas, anduve deambulando, pero no fue sino hasta hace muy poco, tras muchos intentos en Yucatán de que se publicase algo de mi trabajo, que en Tamaulipas logré la oportunidad. Así se publicó el primer libro de mi coautoría con el escritor Arturo Medellín, dedicado totalmente a Torre, luego terminé otro sobre Torres, Lasker y Capablanca, “Ajedrez en Ensalada Rusa” y finalmente, aún en proceso de corrección, un manual para entrenarse  y entrenar en base al sistema del GM Carlos Torre, un manual para que puedan mejorar en ajedrez a edad madura, basado en notas de mi abuelo sobre la simbiosis Lasker, Torre y lo que el maestro Abram Modell apuntó al respecto. Además, con el material recopilado, que serían cientos de páginas y fotos, elaboré un DVD que espero pronto me publique Chessbase de Hamburgo. Una trilogía con DVD  que será, además de un homenaje sentido al GM Torre,  como una celebración a mis cincuenta años de competir en torneos de ajedrez.

En chessboutiques el 24 de septiembre a las 17 horas.




En el sitio del club, un representante estará con ejemplares del libro que escribí sobre el GM Carlos Torre y con memorias para tablets y tablets. Las memorias de 16 gigas con cientos de clases mias y libros en PDF y en formato pgn, con jugadas y comentarios. Ultimas oportunidades para adquirirlos.