Uno de los trabajos más comunes y a la vez más complicados para un instructor puede ser el de una escuela de Educación Básica.
El reconocimiento generalizado de que el ajedrez es benéfico para el desarrollo integral de los escolares ha causado que algunos directores de escuela, generalmente privadas, realicen programas de ajedrez ajenos a sistemas bien establecidos y organizados.
Si en una escuela pública se introduce el ajedrez, por lo general es parte de un movimiento organizado en que se ha capacitado a un buen número de profesores con rudimentos para la enseñanza del ajedrez, un programa de clases y una serie de herramientas. Por lo general son profesores adscritos a las escuelas desde hace tiempo y en muchas ocasiones son los mismos que les enseñan las diversas materias parte del programa escolar.
Pero si una escuela privada introduce las clases de ajedrez en sus programas, por lo general siguen un procedimiento diferente. Contratan a un instructor de ajedrez, personal externo casi siempre a la escuela y le encomiendan que atiendan a uno i más grupos de alumnos. Programas, planes de estudio, herramientas, etc., deberán ser desarrolladas por el instructor, el plantel no interviene en ello, a no ser para proporcionar, en el mejor de los casos, lo que le solicite el instructor en lo que se refiere a material y lugar.
En las dos situaciones se viven problemáticas muy diferentes que pueden afectar los contenidos de las clases y los programas en general. Los resultados también serán diferentes.
Pues una escuela tiene un profesor de primaria al que se le capacitó de monitor de ajedrez y con una serie de herramientas bien definidas y programas muy específicos, atenderá a escolares que conoce bien y con los que convive gran parte del tiempo escolar.
La otra escuela tiene un instructor con preparación específica en ajedrez, profesionalmente dedicado a ello, con un conocimiento profundo de todo lo relacionado con el ajedrez, pero que de pronto se enfrenta a niños que apenas conoce y con los cuales tendrá un contacto limitado durante un año escolar.
¿Qué problemas, que oportunidades aparecen y como resolverlas, como aprovecharlas de la mejor manera?
¿Qué experiencias y qué modelos exitosos hay en el mundo sobre estas problemáticas?
De eso trata una serie de lecciones del Curso de Instructores, donde además se adjuntan los materiales necesarios para realizar las recomendaciones del curso en la práctica profesional de instructores y monitores de ajedrez.
El reconocimiento generalizado de que el ajedrez es benéfico para el desarrollo integral de los escolares ha causado que algunos directores de escuela, generalmente privadas, realicen programas de ajedrez ajenos a sistemas bien establecidos y organizados.
Si en una escuela pública se introduce el ajedrez, por lo general es parte de un movimiento organizado en que se ha capacitado a un buen número de profesores con rudimentos para la enseñanza del ajedrez, un programa de clases y una serie de herramientas. Por lo general son profesores adscritos a las escuelas desde hace tiempo y en muchas ocasiones son los mismos que les enseñan las diversas materias parte del programa escolar.
Pero si una escuela privada introduce las clases de ajedrez en sus programas, por lo general siguen un procedimiento diferente. Contratan a un instructor de ajedrez, personal externo casi siempre a la escuela y le encomiendan que atiendan a uno i más grupos de alumnos. Programas, planes de estudio, herramientas, etc., deberán ser desarrolladas por el instructor, el plantel no interviene en ello, a no ser para proporcionar, en el mejor de los casos, lo que le solicite el instructor en lo que se refiere a material y lugar.
En las dos situaciones se viven problemáticas muy diferentes que pueden afectar los contenidos de las clases y los programas en general. Los resultados también serán diferentes.
Pues una escuela tiene un profesor de primaria al que se le capacitó de monitor de ajedrez y con una serie de herramientas bien definidas y programas muy específicos, atenderá a escolares que conoce bien y con los que convive gran parte del tiempo escolar.
La otra escuela tiene un instructor con preparación específica en ajedrez, profesionalmente dedicado a ello, con un conocimiento profundo de todo lo relacionado con el ajedrez, pero que de pronto se enfrenta a niños que apenas conoce y con los cuales tendrá un contacto limitado durante un año escolar.
¿Qué problemas, que oportunidades aparecen y como resolverlas, como aprovecharlas de la mejor manera?
¿Qué experiencias y qué modelos exitosos hay en el mundo sobre estas problemáticas?
De eso trata una serie de lecciones del Curso de Instructores, donde además se adjuntan los materiales necesarios para realizar las recomendaciones del curso en la práctica profesional de instructores y monitores de ajedrez.