Con el aumento del número de ajedrecistas y su demanda de instrucción, el número de entrenadores va creciendo y se ha dado un fenómeno de comunicación entre nosotros muy especial. Continuamente nos comunicamos ideas y nos coordinamos para hacer estudios conjuntos, lo que ha ocasionado una proliferación de ideas y modificación de sistemas. Se dice que somos menos de 300 los que tenemos título de la FIDE como entrenadores, pero hay muchísimos no titulados por la FIDE, pero si por federaciones como la URSS, Alemania y Ucrania, que tienen similares capacidades. En mi base de datos email conté las direcciones que tengo de entrenadores y llega ya a 318, con lo que el volumen de correspondencia ha aumentado enormemente en 2010. Llegan libros, me piden libros, llegan archivos de partidas, me piden ejemplos de algún tema, me piden o dan una opinión, etc. A veces un grupo nos ponemos de acuerdo para pasar a Chess Base un libro en especial con versión en tres idiomas para usarlos en clase, etc. Tengo un video que hice que le han puesto ya subtítulos en cuatro idiomas para pasarlos en escuelas tan lejanas como Irkutsk. Hay uno que se ha visto en la Patagonia, La Habana y en Angola.
Sugerencias de nuevos métodos llegan todos los días, lo mismo que videos de al menos 40 maestros diferentes, aunque se parecen muchos unos a otros. A veces ya es necesario ser conservador y desechar tras mirada superficial el meterse en novedades, pues se necesitaría un comité especializado para examinar todas las propuestas. Prácticamente nos dividimos el trabajo entre unas 10 personas y calificamos todo por mayoría de votos, para decidir que profundizar. Pero un nuevo método tarda así como un promedio de seis meses para ser considerado.
Lo mismo pasa con los libros. Cuando pienso en que libro comentaré para inforchess, me enfrentó siempre a una docena de candidatos. Esta semana me llegaron unos 18 muy buenos que no conocía. Apenas tengo tiempo para revisarlos rápidamente, aunque hay 3 que seguramente leeré profundamente. No se cual de ellos elegir para mi crónica. Feliz problema el que es causado por la abundancia de libros, no por la pobreza de elementos.