Aunque en anteriores artículos he hablado ya de esto, déjenme comentar mis más recientes experiencias.
Mientras esta semana daba clases de ajedrez en una institución de Educación Superior de muy buen prestigio en su país, tras de años de solo dar clases via email, he llegado a la conclusión que la manera ideal de enseñar y de estudiar ajedrez es con una mezcla de ambas, de manera presencial y a distancia.
Durante más de 18 años di clases presenciales de ajedrez en la UNAM, en la ahora FES Acatlán, con apreciables éxitos tanto en alto desempeño (ocho años consecutivos campeones nacionales absolutos por equipos y más de 10 campeonatos nacionales estudiantiles) y de promoción (hubo un año record con 600 estudiantes inscritos a los cursos de ajedrez). Luego laboré en universidades privadas como La Salle, la del Valle de México y en otras públicas como la Universidad Autónoma Metropolitana y el Instituto Politécnico Nacional, así como en la Secretaría de Educación Pública capacitando a más de 400 instructores. Entre esas experiencias y otras en diversos países, junto más de 35 años de experiencias dando clases presenciales. Ahora tengo 8 años dando clases a distancia con alumnos de 18 países y de categorías que van desde sub 10, hasta 2320 de rating FIDE, así como asesoro en repertorios a jugadores que van de 2290 a 2570 de rating FIDE. Y ahora que he vuelto a dar cursos presenciales, terminó complementándolos con cursos a distancia. La razón es que muchas cosas que se pueden enseñar a distancia es casi imposible enseñarlas en clases presenciales. Esto ya lo había notado trabajando en el programa del sistema de tutores de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, donde fui funcionario cuatro años y pude examinar, junto con verdaderos especialistas en el tema de tutores, los sistemas empleados por las 16 universidades más importantes de México que reunían el 70% del total de la matricula en educación superior del país. El modelo de tutor más exitoso es un 75% de estudio a distancia y 25% de estudio presencial. Esto en la mayoría de las carreras, pero en algunas es hasta 90% de estudio a distancia. De hecho en la URSS, se consideraba hasta un 98% a distancia, como el modelo de Botvinnik primero y el de Dvoretsky después, que sin duda son los modelos más exitosos en el ajedrez, solo equiparables al de la escuela de Riga que se desempeño exclusivamente en clases presenciales, pero por razones más de época que de otra cosa.