El ajedrez cada vez más se fomenta entre los niños, lo que me parece fantástico y especialmente agradable, pues se ven muy beneficiados con la inserción del ajedrez en su vida. Pero el ajedrez entre jóvenes y adultos va para abajo. Muchos clubes escuelas proliferan, pero para niños y jóvenes, pero hay pocos centros para adultos en la Iberoamérica nuestra. Hay ciudades donde hay mucha actividad en el ajedrez si uno es menos de 20 años, pero prácticamente los adultos no pueden jugar sino en torneos abiertos, y ya no digamos que no hay manera que tomen clases más que con clases individuales particulares, que es la modalidad menos productiva para tomar clases, ya que las clases de un profesor con un solo alumno no funcionan mucho, como la experiencia de muchas décadas ha demostrado, pues se necesitan al menos dos alumnos en cada clase para que la experiencia de una clase presencial sea provechosa. Entonces reunir a dos o más adultos en un mismo horario para una clase es un poco difícil. La mejor fórmula es un grupo de tres a cinco alumnos, con una clase de dos horas cada semana y en esas dos horas ponerles tareas para el resto de la semana y revisar las tareas de la semana anterior. Así se avanza muy rápido y con solidez. Además esto se debe reforzar con seguimiento por email y con envíos de material anterior a la clase, etc. Es el método más usual en Rusia y Ucrania, siendo el ejemplo más notable el MI y Senior FIDE Trainer Mark Dvoretsky, así como el GM y Senior FIDE Trainer Arshak Petrosian y, en una versión con grupos más numerosos, la escuela Kasparov-Botvinnik.
Con los niños, lo que se requiere aun es preparar a sus mentores. Normalmente el instructor de niños llegó a una escuela sin pasar por la escuela. O sea son empíricos, jugadores a quienes el azar les dio oportunidad de dar clases y se hacen cargo de un grupo de niños. Ellos, para no hacerles daño a los niños, también deben completarse como jugadores adultos, deben prepararse para dar clases, asesorarse continuamente y mejorar como jugadores al mismo tiempo. Es muy importante que sigan compitiendo y deben estudiar doble: como jugador y como instructor. No basta tomar un cursito estilo SICED, si no que deben continuar preparándose toda la vida para superarse profesionalmente como instructor y como jugador.
Por eso hay que rescatar al ajedrecista adulto, por bien de los niños.