El ingeniero Henrik Carlsen, de
50 años de edad y más de 35 de ser aficionado al ajedrez, ha sido pilar
fundamental para que su hijo Magnus sea el nuevo campeón mundial.
Por supuesto que desde hace unos
diez años, cuando su hijo tuvo éxitos internacionales impresionantes, ha sido
objeto de entrevistas, y observación de parte de muchos que quisieran saber
fórmulas aplicables a otros niños y jóvenes prometedores para el ajedrez.
Como es un jugador medio, nadie
espera que sus fórmulas entren en el campo técnico sino en el de sicología en
ajedrez.
Cuando se adentra uno en el estudio de la psicología del deporte, lo
primero que tiene que reconocer es que las emociones óptimas para el mejor rendimiento
son individuales” y que cada ajedrecista, y su entrenador debe buscar las suyas
y entrenarse para rendir al máximo con
ellas.
No sirve prepararse mentalmente de
una manera igual a la que lo hizo un gran jugador exitoso, porque lo que sirvió
a aquel, no le garantiza que un emulador repetirá su éxito, aunque si puede dar
ideas de cómo hacerlo. De todos modos debe tenerse mucho cuidado, pues las
emociones que son ideales para uno, pueden ser nefastas para otro.
Todo trabajo mental debe centrarse y ser específico para cada jugador y
el entrenador y su pupilo deben entender cuales son las mejores emociones,
tanto positivas como negativas, que pueden llevar a su pico de rendimiento al
jugador. Incluso la interpretación de lo que es éxito puede ser diferente de un
jugador a otro.
Un aspecto en que muchos entrenadores coinciden en que los padres tienen mucho
que ver, suponiendo influyan normalmente en sus hijos y se pone énfasis es en
el estudio de la ansiedad que sufren y su influencia sobre el rendimiento. Claro
que las demás emociones tienen que ser incluidas. Se considera que hay cuatro
tipos de elementos principales según la
escuela soviética de sicología, y que poco ha variado en Rusia en la
actualidad.
1. Cambios fisiológicos en el Sistema Nervioso Autónomo, como ritmo cardiaco y
presión sanguínea.
2. Tendencias
hacia la acción, o sea tipo de respuesta. Una respuesta natural a un peligro o
algo que cause temor es huir, pero se dice tendencias, porque alguien puede
temer a una situación y le hubiera gustado evitarla, pero decide enfrentarla
por considerar que la opción es peor, puede enfrentarla por presión social, o
porque no soportaría lo que otros dirían y entonces compite obligado. Lucha,
pero su tendencia natural era correr.
3. Experiencia subjetiva:
lo que el individuo percibe conscientemente durante el episodio emocional. Tal
vez se aleje de la realidad de otros, pero es su realidad.
4. Emociones tipo,
como las positivas o negativas. Las positivas son aquellas que resultan placenteras
( alegría, confianza, relajación, calma, alerta) y las emociones negativas son
aquellas incomodas, molestas ( miedo, enojo, ansiedad, preocupación, insatisfacción).
Así como cuatro
elementos hay cuatro tipos en este último elemento: Unas positivas que ayudan a
mejorar el desempeño, positivas que perjudican el desempeño, negativas que
ayudan a mejorar el desempeño y negativas que perjudican el desempeño.
Esto es desde el
punto de vista cualitativo, habrá que ver desde el punto de vista cuantitativo,
o sea la intensidad de las emociones.
Trabajando en
estas clasificaciones uno puede establecer en que elementos y en que tipos la
actuación de un padre tiene un papel mas preponderante y luego se podría ver
que hizo el Ing. Carlsen al respecto, aunque sea solo para dar una idea, pues
como apunte antes, la fórmula exitosa para Magnus puede ser muy mala para otro
joven jugador.
Magnus manifiesta
que su padre lo apoyaba, no lo presionaba.
En nuestros países
de carácter meridional, es común encontrar que el niño se siente presionado
ante comentarios demasiado expresivos a menudo de sus padres, generalmente
críticas no siempre constructivas, o incluso ya el jugador se siente presionado
por la presencia del padre, pues el jugador sospecha que luego se transformará de
espectador en jueces del niño o joven.
Algunos padres
elevan tanto la presión con la infeliz práctica de premios
y castigos, sumamente intimidatoria,
pues el jugador sabe que el trato que reciba después va de acuerdo a como salga
en la partida o incluso como se desempeñe en un entrenamiento.
En lugares donde
la prensa local se ocupa de las actuaciones de los niños ajedrecistas la cosa
se vuelve a veces infernal.
Se ven niños muy
felices porque los elogiaron en los diarios y sus papás muy orgullosos, pero
los perdedores, necesariamente la mayoría, sufren terriblemente la diferencia
de trato y poco a poco se alejan del ajedrez con fuerte resentimiento con su
medio local.
Hay un Magnus
Carlsen feliz, pero hay cientos de niños víctimas de las presiones de la prensa
y padres unidos.
Por lo que
observaron muchos durante el trayecto de Magnus al trono, la fórmula del Ing.
Carlsen es impecable:
Desde el principio,
cuando su hijo comenzó a jugar, buscó apoyo profesional y cuando sintió que lo
tuvo, asumió un papel lo más pasivo posible.
Apoyó la labor del profesional que enseñaba y entrena al niño, y
Colaboró con su hijo en todo , pero…
Evitando las
promesas de premios ante un triunfo, solo los que cada torneo daba y cuando
Magnus fallaba no encontraba el más mínimo gesto de molestia ni juicio sobre su
desempeño.
Siempre fue espectador
a favor y de amor incondicional a su hijo.
Cariñoso en el
grado normal de su manera de ser escandinava, solo fue severo con su entrenador
sin que lo presenciara el pupilo, pero respetuoso.
No se puede decir
perfecto, porque en algunas cosas ha tenido opiniones un poco raras, aunque
comprensibles.
Ha sido muy
concreto en los acuerdos con los que colaboran con su hijo, poniendo clausulas
un poco draconianas de confidencialidad, pues no solo puso la vista en este
match sino en el próximo cercano, un ojo fuerte en 2013, pero siempre pensando
en 2014.
En mi caso
personal, aunque observó un talento especial natural en mi propio hijo, si creo
en la fórmula de Henrik Carlsen y confío en el manejo profesional de una sicóloga
con gran preparación en su país, Cuba, y aunque a veces diferimos un poco ya
que yo estoy más influenciado por la escuela rusa, ella tiene un título académico
muy alto en la especialidad de sicología educativa y experiencia con niños
pequeños y yo más bien puedo decir que mi experiencia principal es con jóvenes y
no tengo acreditación en sicología, aunque si en ajedrez. Además ella es su
madre y a la temprana edad de mi hijo, está mucho más capacitada, por mucho,
para decir el cómo y el que. Además me temo que mi temperamento meridional no
se adaptaría a actuar como el Ing. Henrik. Pero no deja de interesarme estudiar
como el ingeniero ha motivado a su hijo, ya que la motivación, junto con la
confianza, la concentración y el control de las presiones son pilares en la
exitosa aplicación de la sicología en el ajedrez.