Hoy hace 110 años nació Carlos Torre Repetto, gloria del
ajedrez internacional y orgullo de México.
Relata la revista “64” de Enero de 1926 como pasó el 29 de
noviembre de 1925 cuando el Gran Maestro oriundo de Mérida cumplía los 21 años.
En esa época en la Unión Sovíetica, país joven, con menos de
8 años de constituído apostaba a sus jovenes y a la construcción del hombre
nuevo del siglo XX. Dado que Torre era el más joven de los participantes en el
Torneo Internacional de Moscú, estaban los organizadores muy pendientes de su
llegada a la edad que en aquel entonces era la de ser ciudadano, si bien pronto
cambiaría esa ley y se establecería la de 18 años como la edad adulta. Pero en
1925, los 21 era la marca, y era la edad mínima para pertencer a la Asociación
Internacional de Ajedrez de los Trabajadores, a la que pertenecía la URSS, ya
que hasta 1946, tras la segunda guerra mundial la Federación de Ajedrez de la
Unión Soviética se afiliaría a la FIDE, que había sido fundada en 1924 y que se
consideraba en Moscú como un ente gobernado por los burgeses, donde los
fascistas italianos y la centro derecha francesa la controlaban. Tampoco
entonces el Comité Olímpico Internacional era bien visto por los soviéticos.
El caso es que a Torre le dieron la membresía a esa
asociación internacional a la que tambien pertenecieron Lasker y Capablanca,
además de 10 000 jugadores soviéticos en 1925, aunque ya para 1939 estaban
afiliados dos millones de jugadores de 6 países. Ese distintivo especial que le
dieran a Torre, termino regalado a Diego Rivera cuando se inauguró el Mercado
Lic. Abelardo L. Rodríguez y se esperaba Torre diera simultaneas, pero no
asistió y pidio al Lic. Isidro Fabela que se la hiciera llegar, aunque
finalmente el Lic. Agustín Freyría sería el ajedrecista que llevara ese
presente al maestro Diego Rivera, según escribiera el tesorero de la Federación
Mexicana de Ajedrez, el Lic. Agustín Garza Galindo en la Revista Mexicana de
Ajedrez.
Torre también recibió de presente un Samovar elaborado por
los miembros del club de ajedrez de la fabrica de implementos de cocina de la
Ciudad de Leningrado (hoy San Petersburgo). No he podido averiguar donde quedó,
pero Rokhlin recuerda que Torre lo llevó a Mérida y que quedo con su hermana
Concepción.
El caso es que se festejaron en grande esos 21 años, aunque
Torre evitó brindar con vodka, o con un “cognac” armenio que le ofrecieron. Abstemio
total, nunca se supo que bebiese una copa, pero en cambio parece que se fumó un
habano, regalo de un periodista español que cubría el evento y las andanzas de
Capablanca para el Diario de la Marina de La Habana.
El viernes 28 de noviembre en la noche, jugamos un torneo
blitz mientras el maestro Javier Benitez, el maestro Roberto Gonzales Salto y
yo veíamos el realizar un grupo de entrenamiento en el cómodo club de
Omnichess, Segovia 117, recordabamos que al dia siguiente sería el cumpleaños de Torre. El
Maestro Internacional Oscar Sanchez y varios más comentabamos sobre las ideas
de Torre para entrenar y lo interesante que sería rescatar todas las partidas
que comentó Torre para la Revista American Chess Bulletin, más de una centena,
y recopilar todo lo que escribió el maestro.
El Torneo lo ganamos empatados con 9 puntos de 10, el joven
maestro Javier Benitez y yo, pero en el trayecto a nuestros hogares, vivimos
relativamente cerca y su amable padre, viejo amigo mio, me toleraron un largo
monologo de Torre y quedamos en hacer más por mantener viva la memoria del gran
maestro y gran filosofo que fue Carlos Jesús Torre Repetto.