11 mar 2015

El Ajedrez y el error como factor principal de la lucha, formula de Magnus Carlsen.




Chepukaitis fue un maestro ruso que venció a los más grandes jugadores en la modalidad de blitz o ajedrez rápido. Explicando sus éxitos decía que en el ajedrez a velocidad lo importante no era jugar bien, sino provocar el error. Escribió un libro muy interesante que aborda puntos muy importantes de la sicología aplicada al ajedrez. Estudiando sus métodos pareciera que el actual campeón mundial Carlsen los ha aplicado a un super nivel y no solo en ajedrez blitz y rápido sino al formal ritmo internacional. Hay que apuntar que Carlsen es el único jugador que al mismo tiempo ostenta el título de Campeón Mundial de Blitz, de Ajedrez Rápido y de Ajedrez Formal o Clásico.
El Gran Maestro ruso Sergei Makarichev en una entrevista publicada en sports.ru dice:
“¿Por qué juega mejor Magnus Carlsen que el resto? Los jugadores que se enfrentan a él en los torneos importantes a menudo son preguntados por qué es único. La respuesta es frecuentemente algo como esto: siéntate tú mismo enfrente de él y mueve las piezas. Puedes entender esa reacción. Después de todo, sus rivales cometen serios errores cuando están jugando contra él. El estilo del noruego es jugar no contra las piezas del rival sino contra su personalidad – contra la debilidad humana que tenga. Es brillante manteniendo la tensión en posiciones y creando condiciones en las cuales un juego normal lleve a su rival a cometer errores. A veces pasa que Magnus parece que tenga un poder mágico para provocar errores estúpidos en sus rivales. Mientras tanto es extremadamente raro que él cometa errores estúpidos, aunque a veces va demasiado lejos tratando de crear una posición complicada. Ese estilo no me gusta personalmente, pero por supuesto es una cuestión de gustos. Puede ser entrenado - tienes que desarrollarlo y mejorarlo. Karpov actuaba de manera similar, aunque muchos dicen que Carlsen lo ha superado.”
Recuerdo que en una plática el GM Anatoly Evguenevich Karpov, excampeón mundial decía que el prefería con negras una posición ligeramente inferior, pero complicada, que una posición igualada. El sabía que muchos jugadores veían el empatar una partida con él como un triunfo, y para poderles ganar Karpov tendría que arriesgar, pues si seguía el flujo normal de una posición igualada sería muy difícil ganar con negras a un jugador que busca no ganar, sino simplificar al máximo la partida para lograr tablas.
Karpov tuvo que estudiar mucho a Capablanca y a aquellos que eran especialistas en ganar con la mínima ventaja. “Los exprime limones”, los que son especialmente exitosos cuando juegan con jugadores que no tienen su disposición para el esfuerzo, los “perezosos”, jugadores con gran talento pero que se describen a si mismos, como Spassky lo hacia, como gatas gordas y perezosas.
Chepukaitis sabía como usar ciertas jugadas en ciertos momentos para desestabilizar al enemigo, Karpov sabía como sacar agua de las piedras, la mínima posibilidad de ganar la explotaba al máximo. Carlsen parece reunir ambas cosas, logrando intimidar con sus jugadas y aplicar el viejo método de tortura alemán donde a alguien se le sentaba amarrado durante días a una silla sin hacerle nada, pero sin soltarlo. Tronaba su estabilidad. Carlsen así los sienta y los tortura con infinita paciencia hasta que surge el error. La clave de Carlsen es hacer difícil la posición, no cometer errores visibles y darle vueltas al oponente una y otra vez hasta que cometa un error.
Esto crea una cuestión vital si extrapolamos este modelo de Carlsen a la vida: ¿Qué es mejor, vivir sin errores y aprovechar los que otros cometan, o arriesgarnos al fracaso en aras de hacer algo notable y brillante?
Desde el punto pedagógico técnico el modelo de Carlsen enseña que el esfuerzo constante es el que paga, pero al mismo tiempo es un argumento contra el romanticismo de entregarnos al fuego de nuestros sueños.
Carlsen mismo, conforme mejora aun más en confianza y en técnica, parece irse tornando más ambicioso y arriesgado, parece estar en camino de encontrar como tronar al oponente no solo con paciencia sino con iniciativa, sería entonces un Karpov y un  Fischer combinados. Para lograrlo necesitará enfrentar un obstáculo grande que lo ayude a desarrollarse, pues solo en la confrontación se podrá extraer de su zona de confort. Asi como Kasparov requirió de Karpov para superarse, Carlsen necesita un gran oponente y por ahora no se ve en el horizonte.