Dicen
que La historia es una filosofía en ejemplos, y que los muertos nos alumbran
los caminos.
Ahora
que se conmemora el setenta aniversario del fin de la guerra mundial en Europa,
de la derrota del fascismo, me viene a la mente el inicio de una pequeña
comunidad judía en el norte de ese continente que creo una escuela de máximo
nivel del ajedrez mundial.
La
ciudad de Riga, en Letonia, prácticamente en la parte más al norte de Europa y
en el círculo polar ártico, se distinguió por ser la cuna y madre nutricia
(“alma mater”) de jugadores de los más altos niveles de la excelencia en
ajedrez.
A
partir de 1945, se volvieron a reunir un grupo especial de intelectuales de origen
judío amantes del ajedrez que sobrevivieron de manera realmente milagrosa a la
ocupación de los que fuesen los hogares de sus familias por más de dos siglos.
Ya
para 1924, Riga tenía un campeón mundial. Herman Mattison , que había logrado
el título de campeón mundial de amateurs, o sea de los jugadores de ajedrez que
no eran profesionales, en París 1924, cuando, durante la Olimpíada de París se
fundó la Federación Internacional de Ajedrez y se realizó un torneo con la
participación de jugadores de 16 países, triunfando el letón Mattison.
Pero
desde principios del siglo XX brillaba entre los jugadores profesionales mas
grandes otro nativo de Riga. El gran Aaron Isayevich Nimzovich, uno de los
jugadores y autores que mas influenciaron a los ajedrecistas de las siguientes
generaciones.
En
las enseñanzas de Nimzovich abrevaron decenas de grandes maestros y sus textos
son lectura de estudio obligado de todo maestro. En los programas de estudio de
las escuelas mas prestigiosas del ajedrez como son la de Rusia, la de Ucrania,
la de China, la de Alemania, y por supuesto la de países bálticos como Estonia,
Lituania, Letonia; y los escandinavos vecinos, Dinamarca, Finlandia, Noruega y
Suecia, los temas originales de Nimzovich son parte obligada.
Bastaría
con decir que uno de sus preceptos, el de Profilaxis, un gran campeón como
Anatoly Evguenevich Karpov lo califica como el que engloba lo más importante de
la estrategia moderna de ajedrez.
Sin
embargo, si bien la tradición ajedrecista judía de Riga comienza con Nimzovich,
su verdadero significado se adquiere al finalizar la segunda guerra mundial en la guía del entrenador Alexander
Naftalievich Koblentz, nacido en 1916.
Ya
el café Reinier, en que se reunían los intelectuales judíos a jugar ajedrez en
Riga había sido destruido por la ocupación nazi, y se reunirían en un nuevo
club en que ya los judíos y los cristianos estudiarían y jugarían juntos, pues
ahora todos eran soviéticos y se buscaba que la religión pasase a un último
plano y desterrar poco a poco todo lo que fuese contrario al pensamiento
marxista leninista.
Koblentz,
de origen judío alemán y cuya familia adoptó el nombre de una importante ciudad
alemana, ya era una figura del ajedrez antes de la guerra, incluso por los años
de 1933 se aventuró a entrar en la ya Alemania nazi como periodista.
Escritor
prolífico y competidor en torneos importantes por más de tres décadas, campeón
de Riga en 1937, por primera vez y en 1979 por última. Campeón de Letonia de
1941 a 1949.
Para
las actuales generaciones Koblentz es conocido internacionalmente gracias a los
magníficos éxitos de su pupilo más destacado: Mikhail NekhemevichTal, de quien
fue entrenador de 1955 a 1979, convirtiéndolo en campeón mundial en 1960.
Koblentz
participa en su primer torneo internacional en Hastings en 1934, aunque logró
su primer lugar destacado en Helsinki 1935 a los 19 años y se inicia ese mismo
año como autor al comentar las partidas del match Alekhine vs. Euwe como
corresponsal de un diario de Riga, presenciando en Ámsterdam ese famoso match.
El
primer libro de Koblentz fue publicado en 1937, “Latvijas Saha Perles” donde
resalta el ajedrez de su patria, presentando muchas de las bellas combinaciones
creadas por los jugadores de Riga. Desde ese primer texto se ponía el sello de
la Táctica en el trabajo creativo de los letones.
Karl
Karlovich Betinsh (1867-1943) fue considerado por Koblentz, como su primer
mentor.
Betinsh
es reconocido por sus análisis sobre el gambito Letón, que por Betinsh es que
adquiere esa denominación. Betinsh ya en su vejez orientó a Koblentz y a su
compañero de estudios de ajedrez Valdemar Fridijovich Mishgaelis, futuro
académico de ciencias de Letonia y campeón de Letonia en 1950, tras combatir en
la segunda guerra mundial, según me relataba Koblentz allá por 1980, cuando le
pregunté sobre sus primeros estudios en ajedrez.
Koblentz
decía que tuvo los primeros contactos
con el sistema soviético de entrenamiento de ajedrez en 1941.
Un
letón de origen, pero ya residente en Leningrado, hoy San Petersburgo, Avram Model, lo introdujo en el sistema de razonamiento del materialismo dialectico en
donde el cuestionarse era lo importante. Aprender a preguntarse. A no creer en
lo establecido y a tratar de retar los preceptos que dejaron los maestros
antiguos.
Más
que el juego posicional que prevalecía en las primeras tres décadas del siglo
XX, se buscaba el dinamismo y un regreso al juego táctico, pero no de manera
romántica, si no con un pensamiento que buscaba conciliar la belleza con lo
práctico.
Entonces
Koblentz adoptó el sistema soviético de
entrenamiento dándole un énfasis a la táctica, terminando sus trabajos de
adaptación en 1953, para luego decidirse utilizarlos en su trabajo con Tal a
partir de 1955. Tal trabajaba primero con otro entrenador amigo de Koblentz,
Janis Krupkos que además entrenaba a Pasman y a Klovans (futuro campeón mundial
“senior”, o sea de mayores de 60 años) y a Zilber Luego Koblentz decidió
trabajar con su nuevo método “semi soviético” con Gipslis, Tal y Vitolinsh,
mientras Krupkos se dedicaba a los intermedios. Koblentz luego trabajo con
Kirilov, Petkevich, Kiengis, Lanka y Shirov cuando ellos eran niños, pero ya
Koblentz era como un guía de profesores y se dedicaba a escribir libros y
manuales, muchos de ellos no llegaron a ser formalmente libros sino pequeños
cuadernos.
En
los libros de Koblentz el lector no puede ser pasivo, debe estudiarlos
participando, pues la lectura obliga a contestar preguntas. Son cuadernos y
libros repletos de ejercicios, planteando interrogantes al lector una y otra
vez. Nada de estar inactivo.
Koblentz
vio en Tal a un futuro campeón mundial y le enfatizaba la observación que hizo
Smylov sobre la manera de llegar a campeón mundial: "Un Campeón del Mundo es un hombre que
siempre va hacia adelante como un ariete".
El
carácter debe formarse cuidadosamente para ser inflexible, y Koblentz lo entendía
así enfrentando a Tal con una serie de obstáculos que programaba cuidadosamente
su entrenador para hacerlo siempre vencedor, pero no sin antes hacer un
esfuerzo máximo.
Motivo
en Tal un hambre de triunfo y lo formó con un poco de hambre física. Lo tenía
trabajando todo el día y cuidando no comiese demasiado. “Nimzovich no llegó a
campeón mundial porque se permitió subir de peso” le repetía a Tal.
Koblentz
no permitía que sus discípulos fueran obesos, los estimulaba a hacer ejercicio
físico constantemente.
Koblentz
en su libro sobre sus memorias de entrenador habla someramente de dos cifras:
la famosa de las 300 posiciones de ajedrez y la de las 10 000 horas de
preparación, cifras ambas con las que tiene su primer acercamiento en 1941,
Tras
viajar a Rostov del Don a jugar la semifinal del campeonato de la URSS, el
inicio de la invasión nazi a la URSS lo sorprende a miles de kilómetros de Riga
y pasa toda la guerra trabajando con entrenadores de ajedrez del ejército ruso,
ya que no es considerado apto para el combate por un problema en sus piernas
que se afectaron durante su nacimiento y que le causaban una muy leve cojera,
que aunque era poco notoria en la vida normal, lo impedían para la vida
militar.
Al
regresar a Riga en 1945, estaba Koblentz determinado a reproducir los métodos
que había aprendido pero con una serie de ideas propias en lo que se refiere al
tipo de ejercicios y las dosis de ellos en las lecciones. Todo lo basa en
preguntas y poco en dar largas charlas teóricas.
Muchos
afirman que los éxitos del ajedrez soviético se debían más a una continua
confrontación de jugadores fuertes que a programas muy específicos y que el
llamado “enfoque osmótico”, el aprender por osmosis, por continuo contacto con
maestros y grandes maestros, era lo fundamental del ambiente soviético del
ajedrez.
Pero
ilas nvestigaciones serias apuntan a que el “enfoque osmótico” sólo no basta
para alcanzar un grado de excelencia en ningún campo, y en consecuencia,
tampoco en ajedrez.
La
Escuela de Riga, que se manejo desde 1945 con los métodos soviéticos es una
prueba palpable de ello, pues en 1945 sólo había en la ciudad un maestro
fuerte, el propio Koblentz y diez años después, sin tener más fogueo que
competencias con escuelas vecinas como la de Lituania y la de Estonia que no
eran de las mas fuertes de la URSS, empiezan a surgir un grupo de jóvenes como
Tal, Klovan, Gipslis, Vitolinsh, que son la base del equipo de estudiantes de
la URSS, que con el leningradense Spassky ganaría el campeonato mundial
estudiantil.
Ya
luego los letones tendrían oportunidad de foguearse más, pero eso lo harían
después de que Tal llegue al campeonato mundial en 1960.
El
hecho es que muchos de Riga se hicieron maestros nacionales tras un año de
estudio intensivo con Koblentz. Tal, con talento natural le tomó a Koblentz,
desde 1955, cinco años hacerlo Campeón mundial. Pero ya para 1955, Tal había
trabajado 9 años con otros maestros y acumulado más de 5000 horas, pero para
1960, adivinen que, Tal juntaba más de 11 000 horas de trabajo.
Según
Gladwell “Lo que distingue al desempeño de una persona del de otra es lo duro
en que él o ella trabajan, esto es, las personas de punta, de lo más alto de la
pirámide no sólo trabajan más duro que ningún otro. Ellas trabajan mucho, mucho
más duro.
Son
Como Arietes, diría Smyslov.
El
GM Kaidanov en una entrevista el año pasado decía que en la URSS no tenían los
niños tantas distracciones como en occidente, así que las privaciones los
ayudaban a dedicarse más al ajedrez y esto ayudo a que salieran tantos grandes
maestros. En Estados Unidos y en Europa, entre tanta diversión y tantas cosas
que hacer y comprar, los niños no es fácil que junten 10 mil horas de esfuerzo.
Si hubiesen vivido en Baku en los años setentas, seguramente muchos talentosos
hubieran juntado esas 10 mil horas antes de cumplir los 25 años, parece afirmar
Kaidanov. El caso es que el se hizo gran maestro a los 29 años, tras ir al ajedrez
tres veces por semana durante 20 años…
La
formula de la Maestría de Koblentz es: Conocimiento más técnicas efectivas de
razonamiento.
Estudiarse,
preguntarse y cuestionarse, duda y duda, exploración y pensamiento crítico.
Ambas
se aprenden y se pueden desarrollar. Que tan rápido y que tan lento depende del
esfuerzo y del talento. Estudie libros sin tablero, que tengan más palabras que
jugadas, dando más explicaciones que jugadas.
Juegue
torneos, espaciándolos lo suficiente para poder analizar cada partida jugada en
ellos, con al menos dos horas de análisis por cada hora de juego.
Deje
que su sentido común y su intuición lo guíen, pero alimente a la intuición con
el continuo plantearse cuestiones en su mente, preguntarse a si mismo una y
otra vez, con una ambición desmedida por saber y por crear.