El
Torneo Internacional de Ajedrez de Moscú de 1925 reunió a un grupo notable de
los mejores jugadores del mundo de esa época, como el campeón mundial José Raúl
Capablanca, el recién destronado Emanuel Lasker, los mejores jugadores de
América Frank J. Marshall y el mexicano Carlos Torre Repetto, los campeones de
Austria, Alemania e Inglaterra, además de los principales jugadores de Rusia,
pie veterano de la Unión Soviética, estado que reunió a 17 nacionalidades del
otrora Imperio Zarista, Todas las Rusias.
Fue
organizado por el dirigente de Justicia de la URSS y primer coordinador de
ajedrez de la nación, Nikolai Krylenko
en Moscú del 10 de noviembre al 8 de diciembre de 1925. Los tres primeros
lugares los ocuparon Efim Bogoljubov, José Raúl Capablanca y Lasker Emanuel.
Fue
el primer torneo internacional patrocinado por el Estado soviético. Once
jugadores extranjeros líderes seleccionados participaron, así como los diez
maestros soviéticos más destacados, como el ucraniano Bogoljubov que ganó el
evento.
Ya
que muchos dirigentes del nuevo estado soviético veían en el ajedrez un posible
instrumento para elevar el nivel educativo de su nueva nación, buscaban
fundamentar científicamente la razón y el modo de hacer con el ajedrez un
movimiento de cambio social y cultural.
Los primeros dirigentes soviéticos se habían propuesto la tarea de incrementar
el nivel cultural de las masas trabajadoras, para acabar así, decían, con el oscurantismo medieval que fue impuesto
por siglos a todos los campesinos de Todas las Rusias, y se decidía, por tanto
emprender un gran esfuerzo colectivo de las instituciones soviéticas.
¿Cómo
y porque hacerlo con el ajedrez?
Existían
trabajos del sicólogo francés Binet, el primero en tratar de hacer pruebas
sobre desempeño mental y emocional; muchos estudios de la escuela freudiana de
Austria, así como opiniones escritas de Rousseau, Voltaire, Benjamin Franklin,
el mismo Lenin, y pensadores como Goethe, Liebnitz e incluso Santa Teresa; pero no se había
analizado con meticulosidad y rigor científico como el ajedrez ayudaba al
mejoramiento de capacidades y habilidades mentales, si acaso lo hacía; y sobre
todo, como podría enseñarse mejor, de manera tal que rindiera mayores
beneficios a la población practicante.
Fue
cuando un grupo de sicólogos y médicos encabezados por los más destacados
estudiosos de la URSS, Dyakov, Rudik y Petrovsky; realizaron pruebas, tests sicológicos
a los maestros participantes del Torneo Internacional de Moscù 1925,
principalmente a los extranjeros, con énfasis en el que tenía fama de mayor
nivel intelectual, Emanuel Lasker, el campeón mundial Capablanca, y el màs
joven y prometedor, Carlos Torre Repetto, que además demostraba una brillantez
intelectual muy destacada, aparte de su enorme nivel en ajedrez, que antes de
cumplir los 20 años lo colocaba entre los primeros cinco del mundo, hazaña que
hasta esa época solo habían logrado Morphy y Capablanca; que como Torre provenían
de herencia española y eran nacidos en regiones cercanas a la cuenca del Golfo
de México, situación que tuvieron mucho en consideración en sus estudios.
El
caso es que décadas después, el trabajo de esos sicólogos seguía siendo base
para la pedagogía del ajedrez y no sería hasta los primeros congresos de toda
la URSS de entrenadores, ya después de 40 años del trabajo de Dyakov, Rudik y
Petrovsky, que sicólogos como el GM Krogius y el Dr. Malatnik, avanzarán un
poco más de ese trabajo pionero.