El 5 y 6 de
diciembre jugué el torneo de 6 rondas con relativo éxito, ya que clasificamos
en los 4 primeros lugares MI Raúl Ocampo 5 puntos, MF Javier Benitez, MF Sergio
Morales, MF Froylan Luna con 4 puntos. Aunque yo era el único MI, en elo estaba
en tercer lugar, pero lo que llamaba mi atención es que los tres que me
siguieron sumando su edad de todos ellos, ¡les faltaban cinco años para igualar
la mía!
Siempre ganar un
torneo da gusto, pero al observar las partidas de los diferentes tableros note
que había muchas deficiencias al valorar las posiciones y sobre todo a manejar
adecuadamente los finales. Observe a algunos “entrenadores” de jugadores de categorías
segunda e infantiles, y hacían recomendaciones y usaban metodologías muy poco
confiables, aunque, computadora en mano, decían que las “engines” respaldaban
sus sugerencias. Pero se notaba que no ejercían su pensamiento crítico a las
valoraciones numéricas. A varios les sorprendió mi afirmación de que si bien
las computadoras vencían a la mayoría de los humanos, un humano apoyándose con
una computadora vencería siempre a una computadora sola. Que la mezcla de
calculo numérico e intuición elevaba grandemente la calidad del juego y por
ello las computadoras solas no podían con el binomio computadora-ser humano.
A los jugadores jóvenes
a quienes les tengo màs confianza y apreciò, si les sugerí que era preferible
hacer análisis uno mismo que dejarle todo a la computadora. “Se forma uno malos
hábitos y se estimula a la pereza mental”, sentencié en mi recomendación.
El torneo en
general me dejó un sabor de boca semiamargo por ver que muchos muchachos
prometedores no se empleaban a fondo en las partidas y por constatar, al
interrogarles, las pocas horas de estudio que le dedican al ajedrez y palpar
que no son guiados adecuadamente por jugadores mas experimentados, pero que
carecen de preparación especial como instructores. También me preocupo el
nerviosismo de los padres y ver que sienten temor de no poder acercar a sus
hijos un entrenador adecuado.
Por otro lado,
al jugarse el evento en las instalaciones del Metro, el transporte màs masivo
de la Ciudad de Mèxico, estimulaba el ver que a muchas personas les llamaba la atención
el evento y un buen número se acercaba a preguntar a jugadores y jueces donde podrían
practicar ajedrez.
Hubo cierta desorganización
en los horarios de inicio del evento, pero en general estuvo muy lejos el
torneo de la mala organización de los torneos en Oaxtepec y algunos anteriores
en las mismas instalaciones del “Metro”, además de que la experiencia es
especial, ya que no se parece a los torneos habituales a que ya nos hemos mal
acostumbrado en la Ciudad de Mèxico. Parece que la nueva administración de la Asociación
del DF, a cargo del joven Labra, es mucho más eficaz que la del Ing. Martínez
Salomón.