Uno de los entrenadores
rusos amigos con quien consulte algunas partes del libro que comienzo a
promocionar: “Ajedrez de Altura en Ensalada Rusa”, sobre las aportaciones de
Lasker, Capablanca y Carlos Torre a las escuelas de la URSS antaño y ahora a
las de Rusia, Ucrania y las del Cáucaso, como son las de Armenia, Georgia yAzerbaiyán,
me comentó que si quería escribir un Disco de Festo del ajedrez.
Muchos métodos se describen
en el libro, sobre todo los de Lasker, Capablanca y Torre, como sería obvio
suponer, pero además se hace una descripción técnica de la evolución de las
metodologías del entrenamiento, como las describiera primero el GM Alexander
Kotov y el MI Shashin al describir su propio método, pasando por los de Modell,
Romanovsky e incluso Chuzakin.
Decenas de fórmulas se han
planteado para jugar ajedrez, algoritmos sin fin, aunque yo adjudico la idea
original de esa búsqueda a Emanuel Lasker, como el mismo GM Carlos Torre no los
comentase ampliamente al GM Marcel Sisniega, Carlos Manzur y al MI Jesús
Rodríguez cuando analizamos dos famosas partidas, la que Torre ganó a Lasker en
Moscú 1925 y la victoria de Capablanca a Fonaroff, que pasaron a los libros
como grandes combinaciones, pero que Torre nos demostró las debieron perder
Torre y Capablanca si sus contrincantes hubieran aplicado bien los algoritmos. “Se
necesita un Disco de Festo en ajedrez” Decía Torre.
Pero parece que no existe,
aunque Shashin afirma haberlo creado, o Chuzakin, o el GM Dorfman, o el modesto
MI Purdy, todos con sus algoritmos.
Festo, o Phaistos, su nombre
original griego, tenía un palacio minoico al sur de Creta, y cerca de el se
encontró un disco en 1908, y en 1925 cuando Lasker le comentó a Torre de la
existencia del misterioso disco, se creía que era una especie de piedra Rosetta
de la cultura minoica y que Lasker sospechaba que era un fraude de su supuesto
descubridor Pernier.
Actualmente no se puede
decir que se ha descifrado o se ha entendido para que sirve, o si es minoica o
protojonica, pero el caso es que Lasker decía que todo mundo quería hallar un
disco de Festo para jugar ajedrez, buscando atajos, cuando no hay otra cosa
sino poner a trabajar el cerebro.
Dvoretsky, en una de sus
últimas entrevistas remarcó lo malo de buscar atajos, tales como memorizar
aperturas o poner a analizar posiciones a la computadora en lugar de usar el
propio cerebro, y apuntó, a la pregunta si el estudiar mucho aperturas es malo
para un jugador:
“Sin duda, pero no es solo porque no les quede casi
nada de tiempo para trabajar otras etapas, sino también debido a la aparición
de las computadoras.
Los ajedrecistas reciben respuestas rápidas, mientras
que antes, para encontrar respuestas, tenían que encender todo el potencial de
sus cerebros con más frecuencia y, por lo tanto, entrenaban constantemente
diferentes habilidades y hábitos de toma de decisiones.
Por supuesto, sería estúpido en estos días no explotar
un arma tan poderosa como la computadora, pero es necesario poder combinar el
trabajo con la máquina y el entrenamiento de la mente.
La tarea más importante para los entrenadores es
ayudar a sus estudiantes a comprender este proceso.”
El Disco de Festo no hay que
tenerlo, sino la norma de Lasker y de Torre: Poner a trabajar el cerebro al
máximo analizando posiciones profundamente, eso que ponía a hacer Dvoretsky a
sus pupilos, una y otra vez.