Los libros de ajedrez y los
archivos en bases de datos computacionales son las herramientas fundamentales
para la superación en ajedrez, pero como en toda disciplina, adquirir
conocimiento y desarrollar habilidades depende mucho del que y el cómo.
¿Qué libros o material hay
que estudiar? ¿Cómo hacerlo?
No hace mucho escribí de uno
de los mejores libros escritos en inglés: Progressing Through Chess, por el MI
John Grefe. Hace poco mas de tres años, aun en vida del autor, escribí en mi
blog:
“Editado en
1981, este excelente libro es ya un pequeño Tesoro y merece ser más conocido
por todos los que estudian seriamente el ajedrez.
Si bien
desde 1981 se han publicado decenas de libros magníficos en inglés y otros
muchos tantos han sido traducidos a ese idioma a partir de la rica bibliografía
en idioma ruso, español y alemán; su propuesta mantiene elegante y útil vigencia
más de treinta años después. Es un clásico poco conocido por las nuevas
generaciones que han perdido mucho en no tener contacto con las enriquecedoras
opiniones de este maestro tan especial.
En algunas
conversaciones, pocos años después, Grefe comentaba que intentó estudiar ruso
para conocer más de cerca la literatura soviética, pero que finalmente algunos
amigos le recomendaron que circunscribiera su proposición de los 35 libros a
los que fueran accesibles al mayor número de sus potenciales lectores. Sin
embargo la influencia de lo que ya conocía de los textos soviéticos desde los
principios de su carrera hizo que su primer capítulo fuese una especie de
resumen de los fundamentos que la escuela soviética seguía en esos tiempos.”
Cada libro
descrito y recomendado por Grefe tenía un capitulo que se conformaba de la
siguiente manera: descripción del libro y razones para estudiarlo,
recomendación de que partes del libro requerían atención especial, un cuestionario para contestar luego de
estudiar el libro para confrontarnos para saber si habíamos asimilado los
conceptos del libro.
Uno de los
mejores entrenadores de ajedrez de la historia, Alexandr Koblentz, el
entrenador y formador de Mikhail Tal, Aivar Gipslis y muchos otros grandes
maestros, “Los Magos de Riga”, me comentaba que al excelente trabajo de Grefe
le faltaba añadir las posiciones más criticas del libro y que se debía trabajar
con el alumno para que analizara por su cuenta primero esas posiciones y luego
que anotase todo lo que se le ocurría en la posición, luego estudiase el libro
y confrontase sus notas de antes de leer el libro y volviese a ver las
posiciones, hiciese nuevas anotaciones y luego contestara un cuestionario
similar al de Grefe.
Para no dejar
a medias el consejo de Koblentz, me hizo una lista de libros y luego fui
sacando las posiciones “criticas” o que se prestasen a resolver como
recomendaba el gran entrenador letón. Así reuní una colección de 120 libros con
decenas de posiciones de cada libro, y poco a poco fui elaborando los
cuestionarios estilo Grefe y más tarde, en base a extractos de esos libros, fui
elaborando clases y cursos. Conforme la computación avanzó, fui reuniendo más
libros, y miles de posiciones y decenas de cuestionarios.
Ahora podría
hacer un PDF con unas entre 4000 y 50
000 posiciones sacadas de libros, y
cientos de cuestionarios. Algunos libros inclusive son eso, colecciones de
posiciones y cuestionarios, como una serie publicada por Slavin, que son doce
libros y 2500 posiciones y cuestionarios, además separados según el nivel, de 0
a 1200, de 1200 a 1400, de 1400 a 1800 y así. He elaborado así exámenes de
ubicación para mis cursos. Evalúo y diagnostico a mis alumnos al momento que se
inscriben y así sé que material proporcionarle para su estudio y colaborar más
eficazmente con él.
Ahora tengo
una colección completa de cuestionarios para evaluar jugadores, que aunque
sería muy eficaz para detectar talentos, prefiero decir que es para
diagnosticar oportunidades en los jugadores.
El talento se conforma de muchas
facetas y es algo que hay que tratar con mucho cuidado. Hay un efecto Pigmalión
que es en psicología y pedagogía, en que supone que la creencia que tiene
una persona de poder influir en el rendimiento de otra.
El
efecto debe su nombre al mito griego de Pigmalión, un escultor que se enamoró
de una estatua que había tallado. O sea que si un entrenador cree que su alumno
puede o no puede, influirá para que esta profecía se cumpla.
Por
eso los resultados de un examen de ubicación no se los comunico a mis alumnos
para no correr el peligro de influir negativamente en él. Lo utilizo para
trabajar. Además acostumbro a tratar de
ser imparcial, porque he podido constatar que muchas personas logran cosas
sorprendentes cuando se ponen a estudiar seriamente ajedrez y otras, que
aparentemente tienen un gran potencial , no logran avanzar. Entonces no me
interesa el potencial, sino optimizar lo que hay, con la fe de separar lo que
daña de lo que ayuda y así poder ofrecer lo bueno y disminuir la influencia de lo
malo.
Detectar
talentos más bien debe usarse para identificar oportunidades. Muchos piensan
que grandes talentos hay pocos, yo creo en que todos tienen oportunidades y
pueden avanzar.
El
caso es que tanto Karjakin como Carlsen estudiaban profundamente las posiciones
de los libros, hacían notas, a veces no
escritas, lo que es un fallo, pero con sus excelentes memorias recordaban sus
propias opiniones y las comparaban con las del autor del libro. Ese continuo
confrontar y comparar, ver modelos y cuestionarlos es la manera de estudiar el
material de ajedrez y parte básica de las fórmulas de avance. Otra parte
fundamental de la fórmula es esa selección de material. Ahí es donde un
entrenador es fundamental.