6 ene 2017

Toda fórmula para superarse en Ajedrez inicia con Test para diagnosticar el nivel.





En la bibliografía ajedrecista abundan los libros, revistas y artículos con posiciones a resolver, ya que el ser humano gusta poner a prueba su capacidad y el ajedrecista en particular gusta del reto, una de las razones de que practique al ajedrez.
El surgimiento de niños prodigio en un juego tan complicado y en que lograban vencer a adultos experimentados y con reconocimientos académicos,  intrigo a muchos psicólogos y pedagogos desde finales del siglo XIX.  La excepcionalidad intelectual es algo que llama la atención, indudablemente, pero en todos los tiempos el conocimiento es poder y tras la revolución industrial el nacer con un don intelectual parecía más importante que el nacer con un título hereditario.
Para los educadores, que siempre están a la búsqueda de cómo mejorar al ser humano y saben que en disciplinas en que no se sigue un currículo determinada, como era el ajedrez en el siglo XIX, se requería hacer diagnóstico. Determinar porqué un pequeño niño podía derrotar a adultos cultos en una competencia tan puramente intelectual como el ajedrez, atrajo a un buen número de investigadores.
El pequeño niño polaco Samuel Reshevsky, que daba exhibiciones de simultaneas de ajedrez por Europa desde los ocho años con un éxito notable, pronto fue objeto de todo tipo de pruebas y exámenes de inteligencia.
Después de que el régimen soviético decidió lanzar un programa masivo de ajedrez debido a que Lenin y varios de sus cercanos colaboradores tenían la convicción de que la práctica organizada del ajedrez podría brindar grandes beneficios sociales y políticos a un costo muy bajo a la Unión Soviética, se decidió hacer una serie de exámenes a los mejores ajedrecistas del mundo convocados al Torneo Internacional de Moscú de 1925, para poder perfilar un modelo de enseñanza. 

De ahí en adelante los diseños de diversos test se sucedieron y por toda la URSS primero y por varias universidades del mundo se han realizado todo tipo de exámenes y test, desde para identificar escolares con talentos especiales como para verificar avances y validez de métodos de enseñanza y entrenamiento. Actualmente hay incluso enciclopedias y catálogos  de numerosos test. Específicamente para el ajedrez se utilizan unos 45 muy reconocidos y elegir entre ellos es como elegir un buen texto de ajedrez; se requiere una buena dosis de experiencia, conocimientos y sobre todo sentido común, así como recabar la opinión de muchos especialistas. Material publicado para hacer test en base a posiciones son innumerables, ya que también se utilizan para el necesario entrenamiento diario de un ajedrecista.  Existen más de 2000 libros dedicados a ese tipo de material de ajedrez, ya que además de ser muy útiles son de fácil venta, pues uno puede entrenarse y entretenerse en cualquier momento resolviendo posiciones de ajedrez, igual como hacen resolviendo crucigramas muchos miles de lectores de diarios y ahora millones de jóvenes se divierten con juegos en sus celulares cuando viajan en transportes públicos.

Pero los libros de test especiales relacionados con el ajedrez, pero no basados en diagramas de posiciones no son tan numerosos, pero si muy necesarios, unos 45 repito.
Son famosos los tests que le hicieron a Reshevsky, los de Moscú 1925, los que hicieron a Arturo Pomar y que se publicaron en el famoso libro de Alekhine, “Legado”, pero hay decenas también muy respetables, con autores reconocidos como De Groot y el GM Krogius, y casi en cada universidad algún psicólogo se ha graduado con tesis relacionadas con exámenes a ajedrecistas. Tan solo en Cuba se pueden hallar unos diez trabajos con ese tema y en Rusia unos 200, muchos de ellos publicados en la red de internet.
Los entrenadores de ajedrez deben tener presente que la psicología aplicada al ajedrez es una materia imprescindible para su formación, y que por ello requiere que uno sr actualice constantemente.
Creo que se ha avanzado mucho en ese aspecto y creo que en México ya se puede establecer un programa confiable de exámenes y seguimiento similar al de Ponte al Cien que ha tenido tan buen efecto en la condición física de muchos escolares. Pronto un Ponte Al Cien en ajedrez será posible y se podrá colaborar de manera efectiva en que muchos jóvenes ajedrecistas encuentren “el camino que los sueños prometieron a sus ansias”