A muchos les llamará la
atención el título, porque es poco conocido por la afición en general su
nombre, a pesar de que sus libros se han traducido a varios idiomas, inclusive
al castellano; pero el libro en que fue autor, sin anotarse como tal, es uno de
los libros más celebres del ajedrez en todo el mundo y ha sido traducido en 12
idiomas.
Ese libro al que me refiero
es el del Torneo de Candidatos de Zurich 1953, en el que figura como único
autor David Bronstein.
Pero hablar de Bronstein sin
Weinstein sería injusto, pues es un hecho reconocido que sin este último, el
gran “Davik” no hubiera sobrevivido a la segunda guerra mundial.
Hablar de Weinstein,
escribir sobre su juventud en Tashkent, en la lejana Uzbekistán, que en estos
días los ajedrecistas del mundo lo anotan en su mapa gracias a las hazañas de
un niño de 13 años que acaba de recibir su título de Gran Maestro Internacional
y que proviene de la escuela de ajedrez de Tashken, la misma de donde tuvo su
origen una pléyade de ajedrecistas muy jóvenes con título de gran maestro,
requiere de hablar también de otro jugador prácticamente desconocido: Sergey
Nikolaevich Frydman.
Weinstein nació hace
exactamente 110 años, y como muy recientemente me oriente sobre algunas notas
que recabe de sus apuntes personales para estructurar un material enorme para,
por fin, terminar mi trabajo sobre guías para instructor y entrenador, tenía
que rendirle de alguna forma un homenaje a quien tanto me ayudo, con consejos y
material, para mis trabajos como diseñador de métodos de estudio y
entrenamiento de ajedrez.
Fallecido en 1993, nunca
dejó de reconocer las enseñanzas de su mentor, Frydman (nacido en 1882 y
fallecido en Tashkent en 1946), a quien imitaba incluso en el vestir y las
finas maneras.
De unas notas que Weinstein
tomó de consejos de Frydman, me llamaba mucho una por su actualidad.
“ La habilidad
más importante para un joven jugador es fomentar
y obtener el hábito de estudiar por su propia cuenta, de una manera
inteligente, bien planeada. Pero hay un gran problema que consiste en que los
niños no tienen la más la mínima idea de cómo estudiar. Hay que considerar que son niños después de todo. Prefieren jugar
partidas rápidas y en lo que toca a información, quieren que el entrenador se
los diga todo. Es realmente muy difícil para un niño menor de 12 años estudiar
por su cuenta”.
Y eso que no vio los niños del siglo XXI, que quieren
jugar de a minuto, dedicarse a los video juegos y que les molesta investigar
por si mismos.
Weinstein escribió un libro muy notable sobre Lasker, “El
Pensador”, que, como refleja en sus páginas, fue inspirado por Frydman y que lo
fue escribiendo desde su larga estadía en Tashkent, pues aunque nacido en
Odessa, estudió desde los 14 años en la Universidad de Tashkent, y a los 20
años de edad se le encomendó el organizar
varias instituciones en Uzbekistán, entre ellas la del ajedrez (desde 1926).
Ahí en Tashkent, hizo contacto con un jugador, 20 años mayor
que él, Frydam, que originario de San Petersburgo y que compitió en torneos
internacionales, en la época zarista, en
los años en que Weinstein nacía, y que, fue campeón de Uzbekistán en muchas
ocasiones tras que se impuso el régimen soviético.
También Weinstein tuvo amistad y recibió mucha
influencia de uno de los mejores jugadores de la vieja guardia en la transición
del zarismo al poder soviético, el maestro Fedor Duz Chotimirsky, que le añadió
el toque estético al ajedrez analítico de Weinstein y seguramente algo le llegó
de ello a Bronstein.
El caso es que el libro sobre Lasker escrito por
Weinstein es magnífico, de lo más instructivo, aunque para desgracia de muchos
no se ha traducido a otros idiomas. Pero en castellano podemos estudiar otros
de Weinstein notables, como “La Trampa en la Apertura”, el que escribió sobre
Bronstein y que firmaron ambos: “El Maestro de la Improvisación”. Muchos maestros
soviéticos coinciden que el libro sobre el Torneo de Zurich de 1953, que tanta
fama le dio a Bronstein, debió firmarlo como autor Weinstein. En esa época y
desde los años de la segunda guerra mundial, Weinstein tenía grado de coronel
en la KGB, (NKVD en los años treintas), y era el personaje político de más peso
relacionado con el ajedrez. Weinstein, apoyó siempre a su paisano ucraniano
Bronstein.
Weinstein logró un doctorado en Economía y fue miembro
de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética. Fue encargado de la
construcción de instalaciones defensivas en Moscú y Stalingrado, recibiendo
muchos reconocimientos por ello, llegando a ser Director de Planificación
Económica de la URSS.
También fue autor de dos libros sobre Economía.
El jefe de la NKVD, el terrible Beria, una vez le
dijo: “Weinstein, eres muy trabajador, pero si hubieras pasado unos seis años
en los gulags, hubieras sido inmensamente mejor” Pero en su funeral, un académico
dijo que si Weinstein hubiese nacido en otro país, hubiera sido jefe de estado.
Weinstein hizo una guía práctica para realizar
documentos de capacitación que me pareció invaluable en algunos trabajos que
publiqué en la SEP y que aun sigo usando. Tenía que recordarlo en su 110
aniversario, y ahora que se acerca el centenario de la revolución bolchevique a
la que sirvió con tanto afán.