RECOMENDACIONES DE JOSE RAUL CAPABLANCA.
1. En las aperturas, saque sus piezas con rapidez y enroque temprano, mejor si lo hace en el flanco del rey. Por lo regular el enroque, hace más fuerte y segura la posición de su rey.
2. En los finales, cuando se han cambiado las damas, y sólo quedan una o dos piezas menores con los peones, saque a su rey hacia el centro del tablero. También avance sus peones rápidamente. Los finales de peones, por regla general, sólo se ganan coronado uno de ellos. A menudo la victoria se lleva el más rápido en hacerlo.
3. Coordine la acción de sus piezas. Las incursiones esporádicas con piezas aisladas, usualmente son fatales contra un oponente alerta. Por lo general, también es aconsejable, en especial a comienzo de la partida, mantener unidos sus peones.
4. Adiéstrese en mover rápida y reflexivamente, nunca con apresuramiento.
5. Haga un juego agresivo, a menos que la experiencia le enseñe que su temperamento lo hace incapaz de ello. Tome la iniciativa en cada oportunidad. Tomar la iniciativa es una ventaja.
6. En las aperturas, saque por lo menos un caballo antes de sacar los alfiles.
7. Ponga sus torres en las columnas abiertas.
8. Juegue combinaciones en cada oportunidad para desarrollar su imaginación.
9. Jamás titubée al hacer una jugada por miedo de perder. Siempre que usted piense que una jugada es buena, siga adelante y hágala. La experiencia es el mejor maestro. Tenga en cuenta que usted puede aprender mucho más de una partida que pierda que de una que gane. Usted tendrá que perder centenares de partidas antes de convertirse en un buen jugador.
10. En las aperturas, evite mover la misma pieza dos veces. Ello retarda su desarrollo. También mueva las piezas con preferencia a los peones.
11. Tome todo peón o pieza que se le ofrezca, a menos que vea un peligro inmediato.
En las aperturas debemos enfatizar:
1. Rápido y sólido desarrollo, evitando la creación de cualquier debilidad permanente. Entiéndase que si por medio de su desarrollo usted induce a su oponente a crear cualquier debilidad, tanto mejor. El desarrollo se debe dirigir al dominio del centro, ya por la inmediata posesión de él por los peones, ya por la acción de largo alcance de las piezas.
2. No mueva la misma pieza dos veces antes de que haya ocurrido el desarrollo completo.
3. Evite la pérdida material sin plena compensación.
En el medio juego:
1. Coordine la acción de sus piezas.
2. El dominio del centro es esencial para materializar un ataque acertado contra el rey.
3. Los ataques directos y violentos contra el rey deben hacerse en masa, con toda la fuerza, para asegurar su éxito. La oposición debe vencerse a cualquier costo. El ataque no se puede dejar sin concluir porque esto significa, generalmente, la derrota.
4. Si las otras cosas son iguales, cualquier ganancia de material, por pequeña que sea, significa la victoria.
5. La posición tiene el primer lugar, el material viene después. El espacio y el tiempo son factores complementarios de la posición.
6. Si la partida ha de decidirse en un final, considere el tipo de final que ha de presentarse antes de cambiar piezas.
En los finales:
1. El tiempo aumenta su importancia en los finales.
2. Dos alfiles son mejores que dos caballos.
3. Un alfil es mejor, por lo general, que un caballo, pero no siempre.
4. Torre y alfil son mejores, por lo general, que torre y caballo.
5. Dama y caballo son, generalmente, mejores que dama y alfil.
6. Los peones son más fuertes cuando todos están en la misma línea.
7. Cuando el oponente posee un alfil, por lo general es mejor que usted tenga sus peones en casillas del mismo color que el alfil de su adversario. Cada vez que usted tenga un alfil, téngalo o no su adversario, mantenga sus peones en casillas de color opuesto al de su propio alfil.
8. El rey, una pieza puramente defensiva durante la apertura y el medio juego, muy a menudo se convierte en los finales en una pieza ofensiva. En muchos finales el rey es el factor decisivo.
9. En los finales de una o dos piezas menores, generalmente, se debe avanzar el rey hacia el centro del tablero. En los finales de rey y peones casi invariablemente se debe hacer así.