Una vez, en una conversación con seudo instructores, o más bien jueces, capacitados como tales, pero que pasaron a ser instructores en una escuela por azar, me decían que no consideraban importante evaluar los conocimientos de un estudiante de ajedrez, con que pasarán un pequeño cuestionario y se evaluarán sólo por sus resultados de torneos bastaba. Argumentaba yo que la idea era de que cuando el muchacho se superará y ya no pudieran ellos darle instrucción, como sería posible, de otra manera, que un entrenador de otro nivel sabría por donde comenzar a trabajar con ellos y lograr su continua superación. La respuesta me dejo frío. “Nunca los canalizaremos a otro nivel, sólo para algunos torneos los prestamos al entrenador de Alto Rendimiento y a él no le interesa saber que saben o no, simplemente les da un curso general a todos, sea de la fuerza que sea y los entrena jugando un poco con ellos y entre ellos. No particulariza, por eso no necesita expedientes. Además son nuestros alumnos para siempre, no los de él “. Me alejé inmediatamente y se lo platique a una persona de las que más confianza le tengo. Me dijo que no me asustara, pero ese era el comportamiento general de los jueces convertidos en instructores. “Ellos piensan todos igual. Para ellos tú estas loco” Me di cuenta que eran una versión de los burócratas escolares a los que tantas veces me había enfrentado en la UNAM y otros planteles. En esas escuelas que se mide a los alumnos por la asistencia y no se miden por sus resultados. Louis Perelman, autor de “School Out”, Hague, profesor de Oxford, y otros más, podemos imaginar todo el mundo convertido en una gigantesca red de aprendizaje. El principio rector es “aprendizaje personal a pedido, en el momento oportuno, cuando sea y cualquiera sea la oportunidad requerida”. Los docentes se convierten, como describe Diane Ravitch del Brookings Institute, en entrenadores y guías que ayudan y conducen a los estudiantes a través de la nueva tecnología y la amplia serie de bases de datos y programas de enseñanza que estén disponibles.
Un estudiante puede estudiar unos “puntos de conocimiento” en Tabasco y otros en Chiapas, y recibe microcomprobantes de lo que estudio, para continuar sus estudios en Sonora. Movilidad total que se logra con los expedientes de lo que sabe y acredita.
Cuando un seudo instructor no está interesado en que su pupilo se supere fuera de su ámbito, entonces no tiene expediente que pasarle a un entrenador más preparado que él. Es que es su alumno y es casi de su propiedad. “No importa que no pase nunca de los Regionales”
Un estudiante puede estudiar unos “puntos de conocimiento” en Tabasco y otros en Chiapas, y recibe microcomprobantes de lo que estudio, para continuar sus estudios en Sonora. Movilidad total que se logra con los expedientes de lo que sabe y acredita.
Cuando un seudo instructor no está interesado en que su pupilo se supere fuera de su ámbito, entonces no tiene expediente que pasarle a un entrenador más preparado que él. Es que es su alumno y es casi de su propiedad. “No importa que no pase nunca de los Regionales”