9 abr 2007

El Camino de Carlos Torre.







Ahora que el MI Manuel León Hoyos logra su primera norma de Gran Maestro, con un factor muy importante de hacerlo a los dieciocho años; muchos en México piensan que por fin se tiene un digno sucesor del GM Carlos Torre Repetto. El añorar las viejas glorias es un signo común de sociedades que no tienen un desarrollo continuo, sino, de vez en cuando, destellos de triunfo. Tomando en cuenta esto y la gran pobreza de desarrollo del ajedrez mexicano, todo la afición de nuestro país ahora mira, de hecho lo viene haciendo desde hace algún tiempo, a Manuel León Hoyos. Ojala ese interés se traduzca en apoyo real para su desarrollo. Porque de hecho a veces parecía que por el contrario se le ponían obstáculos.
No tantos como en su tiempo se le pusieron a Marcel Sisniega, al que incluso le quisieron suspender sus derechos como jugador en la época más importante para su evolución como ajedrecista, simplemente por reclamar sus derechos como jugador.
Mientras se gasta mucho dinero en viajes, viajecitos o viajesotes a torneos, torneitos o torneotes de subes de todo tipo a Europa, Uruapan, a la ceca o la Meca; no existe un plan estructurado de apoyo al desarrollo de los talentos. Aunque hay que reconocer que hace una década ese sistema de mandar a todos los lados que su pudiera a los niños fue precisamente lo que posibilitó que talentos como León Hoyos surgiera. Pero había que contar también los caídos. Me parece que ese sistema tiene sus ventajas, pero que también deja una amplia estela de victimas más o menos traumatizadas y, sobre todo, es muy costoso.
Pero evaluar si ese dinero está bien o mal gastado, es más práctico ver hacia el futuro.
Si se quiere tener a otro Carlos Torre, habría que preguntarse como fue que Carlos Torre llegó a ser la estrella que fue. Además de tratar de entender porqué fue tan fugaz. No sea que toda la historia se repita. Queremos que se repita la parte de cuento de hadas no la de tragedia.
El período que Carlos Torre trabajo en “American Chess Bulletin”, parece ser, y así lo creen muchos, fue el decisivo para Torre.
Cuentan que durante horas y horas, más de doce al día, analizaba las partidas de los maestros para publicar sus comentarios en las páginas de la revista de Herman Helms. Checaba también los comentarios de otros jugadores y lo hacía siempre de un modo crítico. Supongo que el intercambiar puntos de vista con los mejores jugadores del noreste de los Estados Unidos también enriquecería su visión de lo que era el ajedrez y como pensar en ajedrez.
Carlos Torre no jugó muchos torneos ni contó con un entrenador especial. Examinó y analizó las partidas del ajedrez de punta de su época y con los medios más modernos a su alcance. El telegrafo y los diarios de todo el mundo proveían al comité editorial del American Chess Bulletin de las partidas más recientes jugadas en todo el mundo. Los contactos de Helms en varias partes del mundo le mandaban boletines de torneos y libros diversos. En realidad, Helms, debió ser el hombre mejor informado del ajedrez en los Estados Unidos y su revista era la más importante en su época. Era como si Carlos Torre trabajara en Chessbase o en Chess Projects o en e3e5. Hay un Gran Maestro que es famoso por su amplia labor comentando partidas, el GM Shipov. A mi me parece que Torre sería en Estados Unidos una especie de Shipov. El Coronel Araíza decía que Torre comentaba 10 partidas diarias y que Helms llegó a publicar sólo un 5% de las partidas que Torre comentó. Dicen que en 1948 Helms planeó publicar un libro con 300 partidas comentadas por Carlos Torre en 1925, pero no se concretó por un problema de división que hubo en la Federación de México que impidió lograr un acuerdo de Torre, Helms y un grupo de mexicanos que aportarían parte de la inversión y la distribución en México.
En consecuencia, ¿cuál sería la manera de seguir el método de Carlos Torre para desarrollarse?
Primero, tener la información de punta. Es decir, computarizarse, tener todas las bases de datos de los torneos recientes, etc.
Segundo, analizar y analizar partidas, comentarlas y trabajar en ellas febrilmente.
Tercero, intercambiar puntos de vista con los mejores jugadores del mundo sobre comentarios hechos a partidas jugadas en los torneos más importantes internacionales.
Cuarto. Recordar que nadie es profeta en su tierra. Torre no se logró en México sino en un ambiente que produjo decenas de Grandes Maestros. Una Babel de hierro.
Sobre lo que causó la fugacidad del éxito de Torre. Ahí hay que hacer un análisis psicológico y otro antropológico social. Precisamente su necesidad de emigrar y el ambiente chauvinista que sufrió en Chicago 1926, así como la falta de apoyo de sus coterráneos contemporáneos son factores importantes. Estas sombras siempre estarán presentes. Por supuesto que Carlos Torre tuvo como su peor enemigo a Carlos Torre, luego a un grupo muy compacto de rivales que lo combatían en equipo, seguido de sus compatriotas indiferentes, sin más importancia real para la vida de Torre, que alabarlo ruidosamente, pero sin apoyarlo realmente.
Esos factores propiciatorios de la fugacidad están presentes.
Ahora que al MI León Hoyos se le puede decir que sus partidas están aún mucho muy lejos de tener la calidad y la creatividad de Carlos Torre y que tiene que trabajar seriamente en varios aspectos. Que se acuerde que los que ahora lo alaban, muchas veces pusieron obstáculos envidiosos a que se le diera algún apoyo o lo desviaron a otras direcciones. Como a Torre, muchos lo utilizarán para sacar ventajas, principalmente aquellos incapaces de destacar en lo más mínimo como jugadores de ajedrez, aquellos frustrados que terminan en árbitros u organizadores y que no juegan una partida de ajedrez ni por equivocación.
A Torre lograron hundirlo y alejarlo del medio del ajedrez.
León Hoyos también tiene un grupúsculo enemigo en su propia tierra que continuamente tratan de minimizar sus logros para desviar los apoyos que merecidamente algunas autoridades le tratan de dar. En esta “partida” también León tiene que dar batalla. Como en su tiempo Torre no pudo.