7 abr 2011

Conocerse a si mismo.

Para mejorar ajedrez la fórmula básica es quitarse los aspectos negativos de nuestro juego y aumentar positivos. Por supuesto esto es hablando muy simplista, pero esencialmente es eso: me quito lo malo, o al menos lo disminuyo y añado “activos” o sea cosas buenas, habilidades, conocimientos, actitudes, condiciones físicas o mentales.
Entonces lo principal, con lo que tenemos que iniciar es haciendo un mapa de nosotros mismos y determinar que aspectos negativos tenemos y que aspectos positivos poseemos y cuales nos faltan.
Para ese mapeo necesitamos tener marcos de referencia para identificar lo que es negativo y lo que es positivo. En lo que toca a positivo tenemos que tener un modelo, un catalogo de positivos para compararnos y saber que nos falta.
Afortunadamente hay mucha experiencia en todo eso. Muy a menudo menciono que durante décadas se reunían en congresos, seminarios o talleres decenas de entrenadores soviéticos y discutían todo tipo de cosas, métodos de estudio, tipos de actividades, resultados de experimentos pedagógicos, problemas psicológicos en el aprendizaje o al jugar, etc., de todo trataron y hay muchos registros y por supuesto tres mil o más títulos de libros de muchos temas y decenas de miles de artículos publicados.
En anteriores artículos a la pregunta de: ¿Cómo elegir un entrenador? Una de los parámetros obvios es: ¿Inicia su trabajo con un diagnostico? Pues si inicia las clases sin saber que sabe el alumno o que nivel tiene, con más o menos precisión, es que actúa a ciegas, no tiene una metodología clara. En las clases académicas el profesor tiene un expediente de cada alumno, sabe que ha ido estudiando paso a paso una serie de materias antes de llegar a su clase, entonces el profesor tiene una referencia clara de lo que se supone sabe o ignora su alumno, un “mapeo” mas o menos de sus positivos o negativos. Pero en ajedrez, en los países como el mio, en que las personas estudian ajedrez fuera de un sistema ordenado, al iniciar un curso es básico ir formando un expediente, con un diagnostico del alumno. Es un paso necesario y casi imprescindible en la gran mayoría de los casos, a menos de que yo conozca personalmente al alumno mucho antes, pero de cualquier manera uno parte de un diagnóstico.
Entonces para mejorar hay que hacer un inventario muy preciso de uno mismo. Lo curioso es que muchos no lo hacemos. Tal vez por el “síndrome del telegrama”, no queremos leerlos porque traen a menudo malas noticias. Pero peor es la ignorancia. Tengo un amigo que nunca se hace un examen médico, pues está seguro que cuando se lo haga le van a dar una mala noticia. Así hay ajedrecistas que no quieren “diagnosticarse” pues temen encontrar que tienen cientos de negativos y pocos positivos. Le digo “Entonces tendrás grandes oportunidades para mejorar”.
Como entrenador trabajo ampliamente en crear instrumentos para diagnosticar o monitorear la situación de mis alumnos. Realizo muchos exámenes de ubicación al iniciar y luego trato de que me respondan exámenes de control o monitoreo cada vez que se puede, que no fastidie a mis alumnos, porque la mayoría tienen cierto rechazo a estar contestando exámenes. Esto es quizás consecuencia de los malos ratos escolares que todos pasamos con los exámenes. O “el síndrome del telegrama”.
Una excelente cura para los que tenían fobia al telegrama fue el correo electrónico. Como todos los días tenemos que abrir muchos, nos damos cuenta de que hay mas buenas noticias que malas y de tanto abrir malas ya les da uno una medida menos alarmista y lo toma uno con más calma. Es una familiaridad que nos libera de temores. Si tiene miedo a algo, enfréntesele continuamente y ya no exagerará su miedo. Entonces aquí la receta clara es: diagnostíquese continuamente, lo que además es un excelente ejercicio.
Pero lo básico es conocerse a si mismo, una recomendación que han hecho todos los grandes pensadores de la humanidad. Para conocerse hay cientos de instrumentos, pues como muchos estamos conscientes de la importancia de los diagnosticos, ¿o no lo hacemos en cada posición crítica en una partida de ajedrez, o sea, cientos de veces al año? entrenadores y profesores hemos trabajado mucho en desarrollar todo tipo de herramientas para realizarlos.
De cada tres libros de ajedrez publicados en la URSS, uno tenía que ver con eso, o podía servir para diagnosticar.
En un tiempo coleccione métodos para hacer diagnósticos, ejercicios medidores, etc., se me acumuló tal biblioteca que he tenido que hacer selecciones muy rigurosa, pues si no a los nuevos alumnos les tendría que mandar un libro enorme para que lo contestase y entonces hacer su diagnostico y formar su expediente. Lo tengo que hacer de una manera más práctica, pero estoy consciente que el primer diagnóstico será superficial y con algo de imprecisión, pero en la práctica suficiente para comenzar a trabajar, luego vendrán monitoreos y pequeños “diagnosticos”, ya sea con el examen de sus partidas de torneos, con sus comentarios o preguntas, o respuestas a los cuestionarios que trato de que me contesten periódicamente.
Desgraciadamente para los jugadores que no tienen el apoyo de un entrenador, el diagnosticarse es más complicado, pues incluso requieren una guía para identificar positivos y negativos. Por otro lado abundan los libros tipo “¿Qué tan bueno es su ajedrez?”, “1001 test de ajedrez”, “Ajedrez Solitario”, etc.,, entre ellos son muy buenos los del GM Zenon Franco Ocampos que se publican en español y los del GM King que hay en inglés y traducidos al español. “Solitaire Chess” una sección que durante 40 años mantiene “Chess Life and Review” es un material valioso para diagnosticarse, tanto cuando el responsable de la columna era I.A. Horowitz, como el actual que es Bruce Pandolfini. Hay recopilaciones de esos artículos integrando libros. Otra buena sección del “Chess Life” era “Whats the Best Move?” escrita por el recientemente fallecido GM Larry Evans, que era de lo mejor que había en inglés. Pero muchas revistas en español tienen secciones de “Evalue su ajedrez” o “Retese a si mismo”, que brindan material para diagnosticarse. Un gran instrumento de diagnostico lo constituye nuestro oponente, nos muestra, sobre todo si es más fuerte que nosotros, nuestros negativos. Y la mejor manera es con el análisis detallado de nuestras partidas, por eso todos los grandes entrenadores dicen que es fundamental para la superación.
Conocerse a si mismo es un paso importante, pero que debe ser seguido por otro: Actuar con esa información y trabajar aspecto por aspecto.