En una entrevista con una agencia de noticias de Azerbaiyán,
el ex campeón mundial de ajedrez Garry Kasparov, nativo de Bakú declaró que él
no visitará su ciudad natal, Bakú para
la Olimpíada de ajedrez a menos que Armenia y Azerbayán enfríen el conflicto
hasta 2016.
“Todos saben que tipo de relaciones tienen ahora Armenia y Azerbayán, por eso mi visita a Bakú en este momento es
imposible. Mientras haya un conflicto entre ellos no puedo ir a Bakú. Creo que es
ya tiempo para solucionar este conflicto, que daña sólo a la gente común. Los
bandos deberían encontrar finalmente la salida,” dijo Kasparov.
“Tal vez Armenia y Azerbayán enfríen el conflicto
hasta 2016, entonces pensaré en esto; pero ahora no tiene sentido hablar una
visita. Mientras haya un conflicto mi visita a Bakú no es posible,” dijo a la agencia, según Shajmatnaya Novosti (Chess
News) cita.
El Cáucaso vive una serie de conflictos regionales que
se agudizaron tras la desaparición de la URSS, pues cuando existía el estricto régimen
soviético se reprimía cualquier expresión de conflicto regional con un orden
férreo. Como muchas etnias fueron absorbidas a la fuerza por el Imperio de los
Zares, donde se hablaba de “Todas la Rusias”, la URSS a base de represiones
masivas violentas agrupó a todas las naciones naturales de manera de
gobernarlas e irlas asimilando, algo que en 70 años no se pudo consumar y
aunque no se detonó en una violencia global como en los Balcanes a la muerte
del Mariscal Tito, todos los que anteriormente eran “hermanos” soviéticos, se
fragmentaron en muchas pequeñas repúblicas, como la misma Armenia de sólo 3
millones de habitantes, que quedo en medio, sin salida al mar y rodeada de
Azerbaiyan y a la vez rodeando un fragmento de esa república. Muchos recordamos
los continuos conflictos en Georgia y Osetia, que suscitó la invasión de Rusia
en agosto de 2008, ya sin hablar de la serie de guerras con Chechnia. La misma
Kalmikia, que fuese presidida por el Presidente de FIDE no es ajena a los
conflictos. Se dice que cuando Rusia quiso imponerse más en la política de
Kalmikia, el mismo Presidente de FIDE dijo que “seguramente no querrá Rusia
otra Chechnia”. Ya hubo una Olimpíada de ajedrez en Ereván, capital de Armenia
y no hubo gran problema, pero si bien no está el conflicto con Azerbaiyán como
en finales de los 80s, con “limpiezas étnicas” en contra de Armenios residentes
y nacidos en Azerbaiyán, como el mismo Kasparov y su familia eran, en los
últimos dos años han surgido incidentes constantes que friccionan a ambos
países.
Tanto Azerbaiyán como Armenia y Georgia tienen al ajedrez,
como muchas otras naciones de esa región, como una actividad de suma
importancia, por lo que no sería difícil que el ajedrez fuese puente de paz
para que esa región establezca una vida normal finalmente.
Así como Kasparov interviene tanto en la política
rusa, ojala lo haga ahora como pacifista en la región, ese sería un papel más
trascendental que el que esta desarrollando en su enfrentamiento personal y
político con Putin.