A Bruce Pandolfini le hicieron la siguiente pregunta:
Pregunta:
Me involucré con el ajedrez cuando mi hijo, entonces en el primer grado, se decidió por el ajedrez. Ahora que él avanza al Colegio, (educación media superior, tras el noveno grado), me quedo con el rompecabezas sobre lo que toma para sostener un club escolástico. Nuestro club tenía su altas y bajas, cuando teníamos a más de cuarenta niños que se unían cada semana, pero ahora esto es principalmente bajas. No tenemos ninguna escasez de niños de menos de diez años que se afilian al club pero muy pocos permanecen cuando están en la escuela secundaria ( séptimo a noveno grado).
Hemos tenido a campeones estatales que sintieron que el compromiso de tiempo necesario para mantener su posición era demasiado alto, y dejan el juego totalmente. Hemos tenido casos en que unos de los niños de más veteranía dejan de asistir también por falta de la compañía; de manera similar es para las muchachas, sobre todo cuando pasan a la escuela secundaria.
Hemos tenido torneos de club, torneos abiertos al público, viajes de autobús a torneos, fiestas y comidas anuales y noches de premiación, pero siempre luchamos con los deportes más dominantes y compromisos escolares, o simplemente malestar de ajedrez. ¿Cuáles son sus sugerencias para sostener un club escolar sano con jugadores suficientes en todos los niveles?
E.G. Seshadri (EE. UU)
Respuesta:
Sus preocupaciones sinceras y bien razonadas son muy comprensibles. Los clubes y programas escolares siempre han tenido que manejarse con la asistencia que disminuye con el tiempo. La participación durante los primeros años de la escuela puede estar realmente bien, directamente hasta el sexto grado, pero a partir de entonces la asistencia puede decaer enormemente. Varios factores explican esta disminución en la participación.
Los padres no parecen empujar a los niños más grandes. De repente hay nuevas diversiones para atraer a la gente joven y alejarlas del ajedrez. Los miembros populares o los imanes sociales abandonan, o hacen otras cosas, y ellos jalan a amigos y grupos con ellos.
La escuela se hace más difícil, también. Más esfuerzo debe ser invertido en tareas y en el estudio académico, y esto saca como con sifón el tiempo para el ajedrez y actividades relacionadas.
Entonces está el ajedrez en sí mismo. Uno llega hasta un punto sin estar muy enfocado y con menos esfuerzo. El talento natural y la agresividad pueden irlo llevando adelante.
Pero llega un momento, quizás en el año final de la escuela secundaria o alrededor, que para hacer cualquier verdadero progreso uno tiene que trabajar con una diligencia creciente. La mayor parte de jovenes no quieren salir del retozo general y la libertad de las mesas de cafetería y entrar a la arena emocionalmente mortal y seria de las competencias del ajedrez de gladiadores.
Lo gracioso es que quiénes parecen estar más decididos a involucrarse y comprometerse y participar no necesariamente trabajan en absoluto. Ellos se quedan en el ajedrez porque ellos lo aman y a todos aquellos atributos sobre desafío y competencia que algunos encuentran desalentador.
Parece que usted está bien consciente de lo vital que es infundir la pasión y el respeto por el ajedrez. Está claro que usted también aprecia como hacer atractivo un club. Animando el juego de torneo, arreglando comidas, las fiestas, y otras funciones sociales, y proporcionando un ambiente receptivo y que fomente el apoyo, son la esencia de un programa de club escolar acertado.
Cualquier sugerencia que yo podría hacerle usted probablemente.ya la haya reflexionado. Pero a riesgo de que usted lo haya pensado posiblemente, aquí están unas ideas adoptadas por otros organizadores de ajedrez.
Donde sea factible, intente integrar la más reciente tecnología. El suministro del software de ajedrez emocionante vale la pena considerarlo, lo mismo que un acceso conveniente a sitios de ajedrez de Internet.
Usted podría promover a los estudiantes más avanzados a que sean ayudantes. El cuidar que los estudiantes fundamentales se mantengan activos podría actuar como un antídoto contra la tasa de abandono . Establecer subclubes en bibliotecas, las iglesias, las sinagogas, las cafeterías locales, y varios ámbitos podría ser un recurso valioso.
Usted podría persuadir a jugadores adultos fuertes a participar. Quizás ellos podrían contribuir con conferencias, analizar juegos, dar exhibiciones de simultáneas, y ofrecer la atención especial a grupos más pequeños de miembros de club más motivados o meritorios.
Y seguramente, hay muchos señuelos que usted podría ser capaz de implementar. Pero debo confesar, hasta con un coordinador consciente como usted parece ser, no hay ninguna panacea. Buena suerte. Si cualquiera de nuestros lectores manda algunas sugerencias útiles, esté seguro que las pasaré..