De la Editorial del Bucanero:
“Your body
has to be in top condition. Your Chess deteriorates
as your body does. You can’t separate body from mind”
(Bobby Fischer)
as your body does. You can’t separate body from mind”
(Bobby Fischer)
Editorial.
Este número debía llamarse
Bucanero de Ajedrez Ponte al Cien porque aquí se hace la convocatoria a
integrarse al programa Ponte al Cien y Ajedrez en una red que pretende
conjuntar entrenadores de ajedrez para un plan que coopere realmente en que el
ajedrez llegue a empresas y escuelas privadas, para posteriormente llegar a las
escuelas públicas con bases más firmes.
Cada vez hay una mayor demanda
por instrucción de ajedrez, pero al mismo tiempo parece que la oferta empobrece
más cada vez. La escasez de personal con vocación y capacitación se hace más
evidente conforme se demandan más sus servicios y la solución de los
empresarios del ajedrez pero no ajedrecistas es tratar de dar la idea de que el
enseñar ajedrez no requiere de tanta capacitación, sino que cualquier persona
con unos meses de estudio ya puede tomar la responsabilidad de instruir a un
niño ajedrez. Claro que tienen razón en lo que toca a que los niños para jugar
ajedrez basta que reciba algunas directrices básicas. Pero esto desvirtúa la
idea del ajedrez como un medio para apoyar la educación de una persona.
El ajedrez en si no sirve de
nada. Sirve como se practica, solo con una práctica seria y sistemática se
pueden obtener verdaderos beneficios. El ajedrez se parece a la actividad física.
Jugar ajedrez, como correr y saltar, siempre son benéficos, pero hay una gran diferencia entre jugar ajedrez
seriamente como el hacer actividad física seriamente.
Es como leer. Uno puede leer
cosas nocivas y puede leer cosas que lo ayuden a uno ser mejor.
Para enseñar a leer, con un
método sencillo puede cualquier persona ayudar a enseñar a otra, pero para
convertirlo en lector verdadero, en un ser que tenga a la lectura como una herramienta para ser
mejor, se necesita un verdadero maestro.
Entonces sabemos que hay de
instructores a instructores, quienes tienen vocación y consciencia de lo que
hacen con el ajedrez, y quienes ni idea tienen de que mundo enorme de cosas hay
con la práctica organizada y seria del ajedrez. Para unos será un simple juego
de mesa y quizás bastante aburrido, pero para otros será el ajedrez más que un
juego, un modo de vida.
Hay niños que juegan ajedrez y
uno se da cuenta del enorme daño que les hace, como ve uno personas en el
gimnasio que se dañan con el ejercicio que realizan. El cómo, el porque lo
definen todo, sobre todo definirán el quién. Si hace ejercicio sin una
orientación verdaderamente adecuada, por lo menos se lesionara un poco. En los
juegos nacionales es fácil observar niños que juegan ajedrez y que están seriamente
lesionados.
Inclusive a altos niveles de
competencias puede uno observar a un grupo de grandes maestros seriamente
lesionados por el ajedrez. ¿Son los modelos exitosos para los niños?
Como nadie tiene la receta exacta
para emplear el ajedrez de la manera más benéfica, por lo menos deberíamos
andarnos con cuidado.