2 nov 2009
Práctica Deliberada para la superación en Ajedrez.
En anteriores comentarios apuntaba cuatro reglas para la óptima práctica deliberada:
1. Una buena motivación del individuo para empeñar su esfuerzo en la tarea de estudio es indispensable para lograr el éxito, ya que solo la constancia en el propósito lo posibilita.
Para lograr la motivación necesaria uno tiene varias herramientas a su disposición, por lo que este tema es muy importante tanto para jugadores, entrenadores y padres de ajedrecistas.
La psicología positiva aplicada al ajedrez ha tenido muchos avances desde 1925, por lo que hace poco probable que un psicólogo general, sin estudios especializados, pueda ser de gran ayuda. Pero se puede recurrir a una serie de textos y artículos en la prensa especializada, además de que muchos entrenadores, con buenos fundamentos académicos y experiencia, han desarrollado métodos muy efectivos para levantar y mantener alta la motivación.
Asimismo los trabajos de algunos expertos en motivación en otros deportes han escrito libros notables. Se pueden citar en ajedrez libros como “Psicología en Ajedrez” del GM Nikolai Krogius, en sus ediciones en inglés y en español, aunque la publicada en inglés es mucho mejor y prácticamente tres veces más amplia que la publicada en castellano. En inglés el mejor es “How to Think in Chess” de un grupo de entrenadores polacos. Un poco complicado para jugadores o entrenadores sin gran experiencia y prácticamente esotérico para padres de ajedrecistas que personalmente no tengan al menos 2000 de rating.
Libros y Audiolibros sobre motivación en general pueden ser muy útiles si no tiene entrenador a la mano (o en el buzón, aunque creo que está al alcance de todos via mi email, pero en fin), como los de Alex Dey, Wayne Dyer, Jerry y Esther Hicks, e incluso los de Cornejo o Regil; así como algunos de Chopra.
2. La tarea debe estar en el nivel correcto de dificultad particular del estudiante particular.
Es en este aspecto que el entrenador puede ser indispensable, en administrar tareas adecuadas al nivel del entrenado, ya que requiere que haya evaluaciones, diagnósticos previos, aunque también hay buenos libros para autoevaluarse. Los programas como Fritz y Chess Master asignan un rating a los que lo usan, pero esa evaluación no es de valor ya que da un dato promedio de las diversas facetas y es importante evaluar cada faceta, para trabajarla con práctica deliberada por separado.
Muchos me preguntan porque estudian y entrenan continuamente y sienten que no progresan. A veces es por el “Principio del Quantum” que establece que uno avanza a saltos, como con ruedas cuadradas y que debe darse una acumulación determinada para lograr un avance notable, por lo que por un tiempo parece que no logramos resultados, pero de repente damos un salto de calidad. Otras veces es por no considerar la “Ley de Pareto”, que establece que el 20 % de nuestros esfuerzos nos rinde el 80% de los resultados y no hemos sabido separar lo verdaderamente relevante de lo intranscendente en las temáticas de nuestros estudios y entrenamientos. Pero lo más común es una pequeña mezcla de todo lo anterior con la mala evaluación de lo que es verdaderamente adecuado de estudiar y entrenar para nosotros. Hay jugadores que aun no dominan los finales básicos de rey y peón contra rey, o los de rey y dos peones contra rey y peón, pero ya dedican seis horas a la semana a estudiar el libro de partidas selectas de Kramnik, del que seguramente no entenderán mucho. Cuando lean ese libro dos años después de estudiar lo verdaderamente adecuado para ellos, se sorprenderían de lo mucho que mal entendieron la primera vez que lo estudiaron. Es cuando el estudio puede ser dañino, pues interpretarán mal mucho de lo que ahí se escribe y se desinformarán en lugar de informarse. Es como leer la Biblia a los seis años, puede causar que crezca el niño con una imagen distorsionada de muchas cosas, que sólo podrá ser corregida tras muchos estudios. En cambio si estudia un catecismo simple y algunos textos para niños al respecto, tal vez cuando ya mayor de edad la estudie, podrá entenderla. Pero sin exégesis, es dudoso que la lectura de la Biblia le sea útil, sino que puede ser hasta dañina para su formación.
3. La información de retroalimentación es necesaria para optimizar la eficacia del aprendizaje.
El estudio de las propias partidas, su análisis concienzudo es la herramienta principal que tiene el ajedrecista para su información de retroalimentación. Sin eso, al entrenador, al padre y al mismo ajedrecista se le priva de la guía principal para orientar sus estudios y entrenamientos.
Aunque todos reconocen que el camino mejor y más seguro de la auto superación es el análisis y comentario de las propias partidas, parece que muchos cambian camino por vereda, pues no realizan esa tarea tan esencial. Claro que los ganadores hacen lo que los perdedores no quieren hacer, y los que si realizan esa tarea ven coronados sus esfuerzos.
La motivación puede ser muy importante, pero debiera ser fácil, pues el consejo de analizar las propias partidas es universal entre todos los autores reconocidos de libros, y se repite una y otra vez en los textos.
Prácticas como jugar con las computadoras, resolver problemas de libros y revistas, deben ser complementadas con un registro de resultados que permitan obtener información de nuestros avances y detectar deficiencias. El monitoreo continuo y la evaluación constante es imprescindible para redireccionar nuestro andar hacia el progreso del ajedrez, máxime que, debido al Principio del Quantum, nuestros resultados de torneos nos dan información muy espaciada y poco oportuna. A veces nos enteramos muy tarde. A lo que vamos al punto 4.
4. Es vital que sea oportuna y amplia la repetición y corrección de errores.
Además de que es importante hacer, (entra ahí la motivación, para querer hacer algo), que es importante que lo que hagamos sea lo relevante (lo de nuestro nivel, que el traje sea de nuestra talla), es importante que lo hagamos bien (debemos monitorear que tan bien hacemos las cosas, informarnos y retroalimentarnos), es también importante que hagamos las cosas a tiempo (para la mejora continua se requiere que se vayan conjuntando las cosas y así el Principio del Quantum se cumpla cuando lo necesitamos).
Si no corregimos a tiempo los errores, no asimilaremos las cosas con la misma profundidad. Pues la memoria es débil, y una corrección o repetición fuera de tiempo no tendrá el mismo significado para el desarrollo de nuestras habilidades o la adquisición y aplicación de nuestros conocimientos que una que llega cuando la memoria esta fresca y especialmente receptiva para esa corrección o repetición, cuando esta viva en nuestra mente la experiencia que queremos corregir. Si la repetición se hace oportunamente, si las conexiones en nuestras neuronas se repiten a tiempo, se va formando “el caminito de conexión” que facilitará todo en el futuro. Si no se hace de nuevo la conexión, si no hasta después de pasado un tiempo, tendrá el efecto igual a que se hubiera hecho por primera vez y no el efecto “reforzador” de una segunda vez, que es lo que construye un enlace más fluido en el futuro.
En resumen:
Querer hacer.
Hacerlo Bien,
Hacerlo mejor cada vez.
Hacerlo a tiempo.
Son las cuatro reglas de la Práctica Deliberada en Ajedrez. He dicho…