13 sept 2015

El ajedrez es sumamente aleccionador, pero depende en el grado en que se involucre.




Se discute ahora si el ajedrez debe ser materia obligatoria, materia optativa o simplemente actividad extracurricular en las escuelas de tiempo completo.
Para forjar un ser humano integral es necesario, desde temprana edad, proveerlo de las oportunidades de vencer continuamente obstáculos medidos para que gradualmente se fortalezca y pueda enfrentar los que se aparecerán aleatorios en su edad madura. Sin esa fuerza crecida con cuidado y con sistema, solo le espera la frustración y la miseria de espíritu causada por la carga excesiva en una sociedad en que la injusticia es practicada por sistema por los poderosos contra los que quieren tener lo mínimo siquiera.
Ejercitar el cuerpo con medidas cuidadosas  y la inserción de hábitos saludables, la mente con la resolución de problemas, la voluntad y los valores con las pruebas morales adecuadas y paso a paso; todo con un sistema de enseñanza que brinda ejemplos y conocimientos acordes a cada paso que se avance; debiera ser el plan a seguir para templar el acero humano.
En el caso del ajedrez, gimnasio de la mente, si se logra que el estudiante trate siempre de vencer sus límites, se pueden lograr grandes cosas tanto en su cuerpo, como en su mente y su voluntad.
Presentar lo que es el ajedrez a cualquier escolar es relativamente fácil, pues existe mucha experiencia en el diseño de métodos para hacerlo. Cualquiera que ya sea practicante del ajedrez, aunque solo sea ligeramente más experimentado que el novato, lo puede hacer.
En mi opinión, lo ideal es que todo escolar conozca el ajedrez aunque sea superficialmente, con la asesoría básica para que se le despierte el interés por su práctica. Bastarían unas tres horas cada semestre lectivo. Pero brindadas a todos los escolares. Todo profesor de grupo, o todo asistente, o practicante para profesor, o cualquier joven becario, adulto voluntario; podría hacer esa etapa importante de presentación. Dotado por un manual, y un breve curso de 10 horas bastaría para estar pertrechado para realizar una labor efectiva. Millones de escolares podrían así ser beneficiados a un costo mínimo.
Pero habrá muchos escolares, un 4% de ellos al menos, que estimulados por sus familiares, amigos, o simplemente embelesados tras apenas conocer al ajedrez, con esa natural hambre de saber provocada por la curiosidad que es parte del ser humano, que querrán saber, conocer y practicar asiduamente el ajedrez. Para ello se requieren personas con mas capacitación. Ajedrecistas medio hechos, ya conocedores de lo que son las competencias, el mundo bibliográfico del ajedrez y con conocimientos de su organización, así como con cultura general y de pedagogía básica. Y lo que es importante: vocación de transmitir conocimientos y experiencias.
Para ello se requiere armarlos de una capacitación especial, de unas 60 horas aproximadamente, de manuales, cuadernos de ejercicios, material deportivo y de aula.
Para ese 4% de escolares interesados, tal vez se necesite un mínimo de unos mil instructores con esa capacitación.
Pero de ese 4% de escolares, habrá uno de cada  mil, que se interese por el ajedrez como un medio de forja de vida, con una vocación para participar y competir, para tomar del ajedrez todos los beneficios que su práctica organizada pueda brindarle.
Para ese uno de cada mil, se requieren instructores de buen nivel, de carrera prácticamente, con unos 100 créditos académicos de materias de ajedrez, unas 1600 horas de capacitación, para que se pueda extraer de la práctica del ajedrez todo aquello que se pregona que el ajedrez realiza, que en realidad lo da sólo a quien realmente participa y se involucra totalmente en su práctica organizada.
Finalmente uno de cada diez mil escolares, querrá medirse con los mejores, ser un ajedrecista cabal, y requerirá, después de ser iniciado por los que le presentaron el ajedrez, canalizado a los instructores, tener un entrenador de ajedrez. Un ajedrecista con experiencia y vocación con conocimiento especializado en ajedrez competitivo, en sicología de los enfrentamientos ajedrecísticos, así como en coaching, motivación; pedagogía especializada. De nivel más allá de cursos de capacitación, pues su preparación y experiencia es de toda la vida.
Ese ajedrez de alta competencia y de máximo desempeño ya no es el mismo ajedrez del que hablan los pedagogos, es un ajedrez extremo que tal vez no sea recomendable en general, pues ya es llevar la práctica del ajedrez a aspectos que no necesariamente son saludables ya que son de gran tensión y requieren del ser humano concesiones que no muchos están dispuestos a hacer y mucho menos de lo que una sociedad pueda reclamar.
Pero todos esos niveles existen y para todas esas etapas hay que preparar escaleras para que funcione incluso el primer peldaño. Sin ese todo, sin todo ese andamiaje, el que el ajedrez brinde grandes beneficios pudiera ser una falacia.