En muchos sitios web se quejan del daño irreversible que se ha ido haciendo al ajedrez al disminuir los tiempos de reflexión, fomentando los malos hábitos de pensar más ligeramente, cuando el mundo en general sufre a causa de que las personas no reflexionan con mayor profundidad. En este tiempo de que todo es “light”, promueven el ajedrez “light”, que priva a los practicantes del mayor beneficio del juego que es fomentar a que se piense.
La FIDE parece querer ganar el título de la “empresa que menos energía gasta”. Todo lo hace light, lo discute light, lo piensa light, y quiere cobrar por títulos ganados en forma light. Ha inventado todo tipo de variedades de títulos, como en las épocas del Papa Julio II, que para hacerse de fondos para sus batallas, otorgaba cardenalatos a niños de 12 años; como pudimos ver en la buena actuación de Rex Harrison en la cinta “La agonía y el extasis”.
Hay decenas de títulos nuevos y es difícil luego acordarse de que se tratan algunas siglas. Entre jugadores crearon una de “CM”, entre entrenadores e instructores hay una buena variedad, lo mismo que entre árbitros y organizadores. No se si haya nuevos títulos para algunos directivos, como pudieran ser los de “Transa Internacional”, “Embaucador Regional”, “Arreglador de Torneos”, o uno muy usual de Árbitros Internacionales que nunca están presentes pero firman como responsables de torneos para que la FIDE los admita en la clasificación. Una especie de Arbitro Fantasma Internacional. Por unos centavos firman que estuvieron donde no estuvieron y avalan partidas jugadas sin su presencia, pero acreditando que estaban por allí. ¿Qué concepto de la ética tendrán esos árbitros y peor los que lo contratan para eso?
Los cursos previos al otorgamiento de algunos títulos parecieran ser muy exigentes. Pero eso solo puede juzgarse al examinar el “Syllabus” de un curso; es decir, programación y contenido, plan de estudios y material para realizarlo. Como la FIDE no se quería arriesgar que algún entrenador certificado por la FIDE tuviera un curso propio que fuera malo, o peor, que lo tuviera brillante; estableció unos estándares para evitar que algún curso tuviera mala calidad o demasiado buena. Lo ideal es una calidad estándar con programas y textos estándar, no importa sea dado el curso en Rusia, donde cualquiera que quiera tomar un curso allá debe tener conocimientos amplios, como si el curso es dado en medio de la selva lacandona, donde creo, puedo casi asegurar, que el nivel general de conocimientos es un poco inferior al de San Petersburgo, pero que ahí seguramente se vive con más sensatez que en las orillas del Neva.
El caso es que no es lo mismo dar un curso en Fontanka y mencionar las ideas de Chigorin, que darlo en Palenque donde lo que los aspirantes a entrenador quieren conocer métodos para mantener el interés de los niños hasta una etapa en que la infección de ajedrez este bien arraigada.
El problema es que la FIDE nada más encargó diseño de cursos muy generales y espera que cada entrenador meta algo de su cosecha. Así el estándar se respeta en partes solamente.
Cuando me puse examinar el “Syllabus” de los FIDE Trainers, observe más lagunas que en Zempoala. Se requieren adaptaciones mayores para ponerlas en práctica en los cursos para instructores.
Además del Syllabus, hube de emplear el TRSG yearbook 2011 de la mismo comisión de entrenadores de la FIDE con una veintena de artículos escritos por GMs como Grivas, Susan Polgar, Averbach, Mikhailchisin, Bönsch y Razuvayev; así como textos como “Textos cientíco-técnicos, ¿Cómo crearlos” de Miriam G. Raya Hernández y María Elena Zulueta Blanco, recién editado en La Habana; los dos tomos de “Ajedrez Integral” de un colectivo de autores, muchos GMI y Mis cubanos, editado por el ISLA de Cuba en 2003 y “Enfoques y Métodos para la Capacitación a Dirigentes” por los Lics. Francisco Rodríguez García, Luis Barreiro Pousa, Liliam Calderón Millám, editado en La Habana en 1990. Asimismo revise un programa de estudios de la Federación de Ajedrez de Estonia (notable) y otro editado en Holanda sobre entrenamiento del que se pueden extraer fragmentos notables. Pero fundamentalmente me ayude de los cuatro libros de Yusupov, uno de Evolución 1 (Fundamentos) y “Boost your chess”, así como su colección de cuadernillos en alemán. Los libros de Dvoretsky considero son mejores para trabajar con jugadores de Alto Rendimiento que para preparar instructores. En cambio muchos artículos de Dan Heissman son sumamente útiles.
El objeto de realizar la labor es para poder contar con un Syllabus para preparar instructores que cubran las demandas de servicios que surgirán cuando a las instituciones de educación superior públicas les caiga el veinte de que para cumplir la ley en lo que toca a los créditos académicos de materias complementarias tendrán que contratar cientos de instructores de ajedrez en 2012. No bastaba con propiciar la situación sino tener como resolverla y dado que los acuerdos se firmaron en 2007, todos teníamos un plazo que terminaba con la llegada de 2012. Había que estar puntual a la cita.