Con orgullo puedo decir que tengo muchos alumnos en Arequipa y más lectores aún. Comparto con ustedes la alegría de que un oriundo de tan significativo lugar de Nuestra América haya recibido el reconocimiento del Premio Nobel.
Debo confesar que solo dos libros he leído de tan insigne autor, pero ahora, para celebrar, me estoy festejando leyendo un tercero.
Muy a menudo uno puede decepcionarse de las elecciones que hace el comité del Nobel, pero esta vez es unánime el aplauso general. Es un premio no ´solo para la persona, como dice el mismo escritor, sino para la lengua castellana en lo general.