25 ene 2011

Entre métodos y sistemas.

Cada entrenador trata de poner su sello personal en los métodos de entrenamiento que utiliza, aún cuando pertenezcan a alguna escuela que les marque innumerables pautas y normas. Es así que los herederos de las escuelas soviéticas de ajedrez, a veinte años de la desaparición de la Unión Soviética han creado decenas de mini escuelas de gran éxito. Ya no se habla solamente de la Escuela Rusa de Ajedrez, sino de las escuelas de Sveshnikov, Panchenko, Dvoretsky o incluso de Spassky. Aunque tal vez no llenen totalmente los requisitos de lo que podemos llamar escuelas, si en gran parte son como cofradías especiales donde se desarrollan los ajedrecistas hasta la maestría siguiendo sistemas y métodos muy peculiares y específicos de cada entrenador líder. Todas ellas muy productivas, es difícil escoger el modelo exitoso a seguir entre tantas opciones. La misma Baku, donde surgió Kasparov y Radjabov e influyó Makagonov no se puede decir que sea mas o menos exitosa que la escuela de Riga, originada por Mattison y Nimzovich y llevada a la cumbre por Koblenz, Tal, Vitolinsh y Klovan, seguidos de Lanka, Shirov y tantos otros. O que decir de la Khalifman de San Petersburgo o la de Suhin en la misma ciudad, o las escuelas de Erevan, ganadora de Olimpíadas Mundiales, o la Tbilisi, donde tantas campeonas mundiales femeninas surgieron, o la escuela húngara, con las Polgar y Leko entre sus más famosos representantes, pero con orígenes en Maroczy, Szabo, Barcza y luego Portisch, Sax, Csom y más tarde Ribli, Pinter o Adorjan.
Entre tantos métodos con leves pero notables diferencias, ¿cómo seleccionar uno? Por mi parte, el destino quiso que las escuelas con que más contacto tuviera fueran las de Riga, con Gipslis y Koblenz y la de Cuba, con Jiménez y Meylán. Pero otros se acercaron más a otras escuelas sin haberlas elegido, simplemente por azar del destino. Pero, ¿si tuviera total elección, habría preferido otra? Creo que no, tuve mucha suerte en tener contacto con Gipslis y que el me ayudase a viajar a Riga y a conocer más de esa escuela; lo mismo las largas pláticas e intercambios con los ajedrecistas cubanos por más de cuatro décadas son muy enriquecedores, lo mismo el tiempo en que tuve contacto con el “personaje” Bobby Fischer y el también muy interesante y apreciado GM Miguel Angel Quinteros. El cruzar por la vida con ajedrecistas de diversos países ha sido sumamente enriquecedor. Hace unos días charlaba con Da Rosa, flamante marido de la GM Vivian Ramón, de su compatriota el excampeón nacional de Uruguay Pedro Lamas, a quien recuerdo con cariño, lo mismo que recordaba al MI Pytel y al MI Filipowicz, que eran algunos de los amigos polacos de los que aprendí alguna cosa aquí y allá. De Moldavia recuerdo al Maestro Skripchenko, famoso mentor y cuya hija une belleza y talento. Otros metodólogos importantes que he conocido son el GM Arshak Petrosian y el GM Nicholas Rossolimo, así como el MI Konstantinopolsky. De todos se aprende un poco, pero ahora no se puede decir que haya un solo modelo exitoso para entrenar ajedrez, hay muchos que han demostrado su utilidad. Pero por lo pronto, me quedo con el de Riga y seguire haciendo crecer mi serie “Magos de Riga” que antes de que termine enero se adicionará con tres videos más, para alcanzar el número cincuenta de mis videos.