La informática aplicada al ajedrez es un tema crucial para
analizar para todo aquel que investiga, trabaja o simplemente curiosea en los
terrenos de las maneras en que pueden superar su desempeño competitivo los jóvenes
ajedrecistas.
Un ajedrecista ambicioso requiere de una serie de elementos
para alcanzar la maestría en ajedrez.
Un ambiente propicio, donde se estimule la práctica
organizada del ajedrez. Aspecto que por ser exógeno no depende totalmente de
él, pero puede colaborar en mejorarlo o empeorarlo. Desgraciadamente este
aspecto influye grandemente en la posibilidad de reunir otros elementos.
Una buena salud física.. Sin salud, la motivación y la
voluntad suelen ser débiles, aunque tanto la motivación y la voluntad pueden
contribuir a lograr buena salud. Austeridad y disciplina deben ser las guías
para la obtención y mantenimiento de la buena salud. Es muy importante que un
jugador de ajedrez ambicioso se evalué periódicamente el estado funcional de
cuerpo y mente. En ello, el participar en los Programas Ponte al Cien, puede
ser determinante.
El ajedrecista, decía Alekhine, a de ser una mezcla de monje
con ave de rapiña, es decir, un guerrero estoico y sacrificado, aguantador y
resistente, con voluntad inquebrantable de ganar y estar dispuesto a esforzarse
y sacrificarse con tal de lograrlo.
Una buena cultura general. Un elemento importante es la
buena salud mental, por supuesto, y para ello es muy importante la cultura
general. El conocimiento de si mismo, el de los demás, las escalas de valores,
fundamentos de nuestro actuar en general y , por supuesto, también el que
tengamos en ajedrez, depende en gran parte de cultivarnos.
De nuevo citando a Alekhine, el planteaba tres claves para
el éxito en ajedrez: Conocerse a si mismo, conocer al oponente y jugar por algo
más que ganar una partida.
Para esos tres supuestos, la cultura general es fundamental.
¿Cómo conocerse a si mismo sin una metodología, sin instrumentos para medirse?
Durante siglos el conocerse a si mismo ha sido un exhorto constante de filósofos
y pensadores, de pedagogos, artistas y
religiosos.
Pero veámoslo de una manera un poco humilde. Conocernos en
ajedrez es examinar cómo nos desempeñamos en su práctica. Examinar nuestras
jugadas y sobre todo el procedimiento que seguimos para elegirlas. Comparar nuestro proceso de razonamiento con
los que utilizan los maestros, sobre todo los clásicos. Por clásicos entiendo
los que tienen un modelo bien desarrollado, que ha sobrevivido al paso del
tiempo, tanto por su éxito deportivo como su contribución al progreso evolutivo
de la manera de entender, comprender y jugar ajedrez. Si nos consideramos poco
conocedores aún para determinar quienes son los clásicos, podremos encontrar en
los estudiosos del ajedrez con más experiencia la guía necesaria que poco a
poco nos ilumine el camino.
Para conocernos podemos contar con instrumentos de medición
creados por el ser humano a lo largo de la historia. Agendas, bitácoras,
diarios, notas, bases de datos, han sido usados por generales desde los tiempos
mas remotos para analizar lo que se hizo y debió hacerse; pedagogos para medir
progresos, marinos para hallar mejores rutas. Asi hemos heredado un sinfín
de diseños de registros que se pueden
anotar a mano, o realizarlos con apoyo de computadoras, tablets, etc.
En ajedrez hay muchos diseños de esas agendas que han
probado su utilidad en las diversas escuelas mundiales de ajedrez.
Poco a poco adquiriremos la habilidad en auto evaluarnos y
de ahí de evaluar a los demás. Pero el auto evaluarnos es lo fundamental, pues
nuestra tarea principal en ajedrez es vencernos a nosotros mismos. Identificar
nuestras debilidades y así tener la oportunidad de mejorar corrigiéndolas. Evaluarse y evaluarse, monitorear esfuerzos y
progresos, aciertos y errores, es la tarea perpetua en un ajedrecista que
quiere ser mejor cada dia. Bitacoras y agendas, análisis de partidas propias y
de nuestros procesos de razonamiento, papelería y notas, ahí están nuestros
instrumentos fundamentales. ( CONTINUARA).