Las escuelas de ajedrez de la extinta Unión Soviética se van imponiendo en el Mundial por Equipos. Azerbaiyán, que se consideraba antes como de los patitos feos en la URSS le pegó a Rusia y lo desbancó del liderato, cediéndolo a Armenia. Los azeríes están comandados por el otrora entrenador de Ucrania, el GM Vladimir Tukmakov, y los rusos fueron reforzados por la gran promesa del ajedrez Karjakin que antes jugaba por Ucrania. Es conocida la rivalidad entre azeríes y armenios, aun están las marcas del etnocidio de armenios en Azerbaiyán en los primeros meses de la desaparición de la URSS. Incluso el más famoso jugador de ajedrez del mundo, Garry Kasparov, nacido en Bakú, Azerbaiyán, pero de familia armenia, tuvo que fletar un avión para rescatar a sus familiares y evitar fueran aniquilados, teniendo que evacuarlos a Moscú, donde adoptaron la nacionalidad rusa. Kasparov es uno de los opositores al retorno seguro de Vladimir Putin a la presidencia rusa. En este mundial más del 30% de jugadores en otro tiempo hubieran viajado con pasaporte de la URSS. Esto de las nacionalidades parece una tragedia en estos tiempos, donde los migrantes parecen ser atacados en todas partes cuando en esta aldea global la migración no es excepción sino norma. En planos nacionales, incluso en México, observé que muchos de los entrenadores que lidereaban equipos de estados, eran originarios de diversos sitios. Los entrenadores de Yucatán eran del D.F. y de Cuba; el de Nuevo León, también capitalino, de Queretaro, mexiquenses, de Sonora, Habanero; de Campeche era de Villa Clara, Cuba; un guatemalteco entrenaba a los niños de la UNAM; vi un GM Peruano asesorando a niños hidalguenses; uno argentino a capitalinos, otro ecuatoriano, a niños morelenses, uno morelense a niños veracruzanos. La humanidad somos una familia, no cabe duda. El campeón mundial es de la India, pero vive en España y será retado por la otrora promesa bielorrusa, Gelfand que representa a Israel. El mejor entrenador alemán es Yusupov, lo que no extraña con la emigración tan grande que hace 20 años hubo de rusos a Alemania.
Hace unos días despedí a una gran amiga que regresa a Chechenia, donde en 1999 perdió a toda su familia y le preguntaba a que regresaba adonde nadie la esperaba y me dijo: “Mi patria es donde están mis muertos”. Hoy que terminaba un estudio sobre Migración, mientras veía los reportes de cientos de migrantes en diversas fronteras que sufrían persecuciones y ataques, cuando la ola anti inmigrante crece en el norte y leía los lamentos de los comentaristas de ajedrez azeríes que festejaban su triunfo sobre Rusia, pero lamentaban que esto pudiera darles el campeonato mundial a los armenios, no dejaba de pensar en lo de la aldea global, pero una en que en cada choza queda algo de frontera, esas marcas imaginarias que hay que borrar en la Internet.