27 jul 2011

Karlsbad y San Sebastian 1911.

Revisando las páginas del volumen de 1911 del British Chess Magazine, sobre todo los ejemplares de Julio. Agosto y Septiembre para curiosear lo que pasaba hace 100 años en el mundo del ajedrez, vi el anuncio de que había aparecido una nueva revista cubana denominada Crónica de Ajedrez, así como un libro por Janowsky sobre el Torneo de San Sebastian 1911 y el relato del paso por París del maestro Richard Teichmann, que había participado en España y sería luego el triunfador del torneo de Karlsbad de 1911, evento extremadamente fuerte. También hay relatos de torneos de ajedrez en Inglaterra para celebrar la coronación del Rey George V, así como relación de las giras de Capablanca por Hamburgo, Alemania.
Con ese poder que tienen los libros para trasladarnos por el tiempo, ya sea que los leamos impresos o en la computadora, viaje por aquellos eventos de hace 100 años, donde los torneos al participar maestros de diversas fuerzas eran más interesantes que los de cuatro o cinco grandes maestros de elite que juegan un torneo tras otro entre ellos y se conocen tanto que abundan las tablas. Esos eventos de “elite” tan aburridos van acabando con el atractivo del ajedrez.  En 1911 grandes maestros como Tarrasch, Schlechter, Capablanca y Rubinstein competían con jugadores de diversos niveles y a veces surgían partidas muy interesantes de los duelos desiguales. Obviamente algunos participantes en Karlsbad (hoy Karlovy Vary) como Suchting, Fahrni o Cohn, no eran de fuerza equiparable a Rubinstein, y otros como Alekhine eran muy jóvenes aún para escalar los primeros sitios, pero todos ellos eran campeones de sus países o regiones, y la mayoría pasarían a la historia. Llegaban a conseguir invitaciones a grandes torneos gracias a triunfos en torneos llamados “Superiores” y luego de ahí pasaban a los internacionales, pero eran eventos más o menos abiertos. Ahora , a pesar de que el número de fuertes maestros se ha centuplicado tras un siglo, los torneos se han vuelto muy elitistas. Si así hubieran sido en la primera cuarta parte del siglo XX, Carlos Torre nunca hubiera tenido oportunidad de enfrentarse a Capablanca, Alekhine y Lasker, pues estos, por ser de nivel de campeones mundiales solo jugarían con los de super elite, como Kramnik, Anand y Leko lo hacen ahora. Luego se sorprenden por tantas tablas. Fischer decía que esa política de hacer torneos pequeños con grandes jugadores y que se enfrentaban en un torneo tras otro sólo podría fermentar los arreglos de partidas o la proliferación de empates.
Cuando los actuales jugadores de “elite” se llegan a enfrentar con los grandes maestros “comunes”, a menudo son derrotados sorpresivamente como ahora le paso a la GM Judith Polgar con el veterano Seirawan en el Mundial por equipos 2011 o a Carlsen en la pasada Olimpíada de 2010 donde perdió más partidas en una semana que en todo el año.