Durante los meses en que el GM Robert J. Fischer estuvo
en México, platicamos reiteradamente sobre el tema de estudiar ajedrez. El GM
Rossolimo seguramente influyó en su forma de pensar mucho más de lo que él
admitía y le llamó la atención de que yo había estado investigando 11 años
antes, en 1973, con la Sra. Rossolimo, como había sido su relación con ese
matrimonio. Por supuesto que hizo preguntas sobre que me habían platicado y se
sonrío cuando comprendió que había hecho un interrogatorio profundo, porque me
comentó que lo hacía recordar detalles que ya más de 20 años no los tenía
presentes. De ahí salió el tema de que si él hubiese sido un GM tan veterano
como Rossolimo lo era cuando lo conoció, como hubiese tratado a un joven con
talento tan brillante como lo era Fischer. Le agradó la pregunta y trató de
contestarla, aunque al principio fue muy escueto, pero cada vez agregaba algo
más y ese tema lo retomamos varias veces.
Una pregunta era de si el matrimonio Rossolimo era el que
había influído en el para estudiar ruso, pero Fischer contestó que no, que fue
su madre la que insistió en que dominase el ruso, años antes tal vez de que
conociera a los Rossolimo, cuando Fischer tenía apenas 10 años. Su madre había
estudiado en la Unión Soviética y tenía mucho material para traducir el ruso,
varios diccionarios. Para ella era muy importante que Fischer fuese a Rusia en
la primera ocasión que se presentase y debía saber ruso.
¿Cuál sistema hubiera utilizado Fischer para instruir a
un jugador? Hablamos de lo que hizo con Xerox, pero entendía que no hablábamos de
principiantes, sino de hacer de muchachos talentosos grandes maestros. De eso
especuló mucho. (Extracto de Bucanero
Especial de Ajedrez 1)