El
estudio psicológico de la toma de decisión examina los complejos mecanismos que
son la base de opciones y juicios de la gente e intenta descubrir como mejorar los procesos de toma de decisiones. Aunque
muchos de los mismos procesos cognoscitivos que son la base de juicios y
decisiones hayan sido estudiados en otros campos de la psicología (p.ej,
solución de problemas), el campo del juicio y la toma de decisión ha tendido a
concentrarse más en cómo la gente maneja la información (p.ej, el uso de
heurística, el equilibrio éntrelos modos
emocionales y no emocionales de entender), como las personas entienden la
incertidumbre y el riesgo, y como eligen entre cursos alternativos de la acción
en un mundo incierto.
La
investigación de la toma de decisiones
se desarrolló a partir de la teoría económica y, a consecuencia de este origen
racionalista, se concentró al principio en explicaciones basadas en el cálculo
de como la gente toma decisiones y juicios de forma (Kahneman y Tversky, 1979). La asunción implícita
que una buena toma de decisiones es un proceso consciente, deliberativo ha sido
uno de los temas que más se ha mantenido en ese campo de estudios.
Sin
embargo, la investigación más reciente ha examinado el papel del afecto y la intuición en las decisiones. En
ambos casos (el estudio de los procesos deliberativos y los afectivos/intuitivos),
un tema subyacente principal ha sido la construcción de preferencias. Su idea
central es que en muchas situaciones realmente no sabemos lo que preferimos, y,
como consiguiente, construimos nuestras preferencias "sobre el
terreno" basadas en señales internas y externas disponibles en este
momento.
“Prácticamente
cada teoría corriente en la toma de decisiones puede ser considerada una teoría
de la construcción preferente” (Lichtenstein y Slovic, 2006, p.
3). Tales juicios son la base de preferencias y las
decisiones que las personas toman más que la forma de cómo toman la decisión.
Cuando
se trata de ver si la fuerza de un jugador de ajedrez se afecta con la edad,
algunos opinan que como el ajedrez es una continua toma de decisiones, el
proceso de esas tomas de decisiones son el factor que más debía influir en la
fuerza de un jugador. Si ese proceso baja de calidad pudiera ser debido a que
el cerebro con la edad no realiza al mismo nivel de calidad las partes de ese
proceso. Pero si ese proceso deliberativo no es el real productor de las decisiones,
sino que influyen los procesos afectivos/intuitivos entonces los cambios con lo
edad de las partes de esos procesos son los que definirían la fuerza práctica
del jugador.
Que
el cerebro pierde con la edad algo y que tanto de su desempeño, es algo que se
discute mucho, aunque por lo general se acepta que hay una disminución, pero
cuanta si es algo que hace que polemicen los estudiosos. Que lo afectivo y lo
intuitivo se afecte, es aún más difícil de evaluar. “El corazón no envejece, es
la piel la que se arruga” dice la voz popular, pero los estudios también marcan
que hay grandes cambios en “el corazón”. Para bien o para mal, las experiencias
afectan tremendamente lo afectivo y ese es un tema básico de toda la literatura.
Baste
recordar aquel pasaje de Hamlet, de ser o no ser. Soportar los avatares de la
diosa fortuna no es sencillo y a veces, Hamlet duda en tirar la toalla. “Morir,
dormir” ¿Hay una edad en que se es más propenso rendirse? Obviamente mientras
más viejo se es, más veces se habrá uno resistido a rendirse, y por lo tanto
debiera uno estar más curtido, pero a la vez también hay un cansancio emocional
acumulado. Estadísticamente parece que más jóvenes cometen suicidio que los
viejos, ya sea de forma directa o indirecta.
Hay
quienes entran a clubes de la muerte, esos de embriagarse hasta el fenecer, a
edades medianas y tardías; pero también hay jóvenes que viven en la estrecha línea
fronteriza a la autodestrucción.
Del
ajedrez se decía que era un juego de viejos, pero ahora parece la regla de que
hay que ser muy joven para tener buenos resultados competitivos, pero el actual
campeón mundial ya rebasó la cuarentena de años y hay muchos mayores que él que
ganan torneos. Aunque ahí está Carlsen, aunque hay veteranos como Sveshnikov
que como en el verso de Jorge Manrique, insisten que todo tiempo pasado fue
mejor.
De
este tema crucial habrá que decir aún mucho.