16 oct 2017

MEJORAR EN AJEDREZ A CUALQUIER EDAD CON “NZ”





El material armenio – soviético  “NZ”, la "reserva de emergencia" (neprikosnovenni zapas o NZ, en ruso), tras examinarlo, me hizo hacer cambios drásticos en el cuaderno de algoritmo jugadores que había anunciado, pues parece que se basa en las ideas del GM Tigran Vartanovich Petrosian, campeón mundial de 1963 a 1969, sólo seis años como Capablanca, pero al igual que él, dejo huella profunda en su nación.
Hay muchos paralelismos entre Capablanca y Petrosian, pues ambos mueren en edades similares, ambos perdieron muy pocas partidas en sus largas carreras, y a pesar de su gran capacidad para la táctica, son considerados como jugadores posicionales.
Petrosian inició sus estudios con el entrenador Archil Silovanovich Ebralidze en Georgia, quien era devoto de Nimzovich  y Capablanca,  por lo que los primeros libros que estudió el futuro campeón mundial eran del gran jugador de Riga, en la lejana Letonia y el genial cubano. Pero posteriormente, a raíz de estar inscrito para jugar en unas simultaneas contra el gran maestro Salo Flohr, uno de los contendientes al campeonato mundial antes de la segunda guerra mundial, dedicó buenas horas a estudiar las partidas de este sólido maestro, logrando derrotarlo en esa exhibición, cuando el joven Tigran Vartanovich tenía 13 años.
En el invierno de 1942, con las penurias de la guerra y la falta de alimentos, Petrosian perdió a su madre primero y luego a su padre que 58 años mayor que su hijo, a los 70 años no soportó ese terrible invierno.
La hermana de su padre, también de edad avanzada, se hizo cargo del pequeño, que sufrió de mala salud y vio muy afectado su sentido del oído.
Pero volvamos al ajedrez….
En el material “NZ” hay un archivo interesante: “Lo que Petrosian aprendió de Salo Flohr y Spielman” basado en las notas que Ebralidze y Petrosian realizaron en ocasión del esperado duelo con el GM Flohr, donde Petrosian jugó al estilo Spielman, con un sacrificio inesperado ante el sólido gran maestro de origen checo, que lo tomó totalmente por sorpresa, perdiendo esa importante partida para su joven oponente.
Dos cosas, una de Nimzovich, la Profilaxis y una de Capablanca, el del “deseo de la pieza”, influenciaron muchas de sus partidas, así como el continuo cambio de valor de las piezas, que tomó de sus otros ídolos, el gran jugador austríaco, Rudolf Spielman, cuyo libro “El arte del Sacrificio” se bebió literalmente Petrosian, y el excampeón mundial, Lasker y el estudioso de los finales y primer campeón soviético de Armenia, Kasparian.
En los archivos “NZ” se detallan los estudios que Tigran Vartanovich hizo de 1946 a 1949 en Ereván con Henrykh Kasparian antes de mudarse a Moscú, y luego una serie de conferencias que realizó tras ganar el campeonato mundial en 1963 sobre como se preparó con el GM Boleslavsky para el match en que ganó el título al GM Botvinnik.
Lo curioso es que muchos de sus
Los Grandes Maestros bielorrusos Boleslavsky y Semyon Furman tuvieron mucho que ver en la preparación de Petrosian en el período de 1953 a 1960, pero tras de que Furman se mudó a Leningrado, llegó a ser asistente de Botvinnik en su match de 1963 contra Petrosian, mientras que Boleslavsky sustituyo a su amigo Furman con uno de sus discípulos bielorrusos, el gran maestro Suetin.  Es curioso, que Furman, gran amigo de Boleslavsky y Bronstein, trabajo asistiendo a varios campeones mundiales como Karpov, Botvinnik y a retadores como Bronstein y en cierta forma Petrosian y Smyslov.
Bronstein, quien conoció a Petrosian cuando el GM ucraniano compitió en Tiflis en 1942, fue quien lo acercó a su amigo Boleslavky posteriormente.
Los archivos “NZ” parecen mucho más interesantes que lo que pensaba, sobre todo por las ideas que dan para trabajar con personas en situaciones problemáticas de salud, pues esta claro que Petrosian tuvo momentos muy difíciles y precarios al inicio de su carrera y los métodos de entrenamiento eran muy especiales por falta de material bibliográfico y veían como realizar ejercicios “fáciles” para personas que ni contaban con tiempo y salud adecuados para los entrenamientos rigurosos como los que se seguían en Moscú y Leningrado, en ambientes muy diferentes a los de Tiflis y Erevan durante y después de la segunda guerra mundial.