Pasan ahora cuatro años y a veces parecen que fue
ayer, o que fue hace décadas. A menudo le preguntó con la mente a Marcel, como
antes lo hacía con un telefonazo, sobre qué opinaba sobre una cosa u otra, o le
compartía una alegría, o buscaba su voz amistosa en busca de consuelo.
Hace unos años que escribo
mucho sobre mi amigo, guardo y guardo archivos que no dan ganas de sacar a la
luz porque siempre mis escritos me parecen indignos, ahora que no sé cómo
consultarlo. Cuando escribí el pequeño cuaderno sobre sus partidas fue muy
fácil, porque le pedía opinión de esto o aquello. Ahora solo con mi imaginación
lo hago y me lo figuro quizás mucho más exigente de lo que lo recuerdo.
Fueron muchos años, son
tantos recuerdos. Ya para 1973, mi gran amigo, tan bien ausente, el Dr. y MF
Carlos Escondrillas emocionado me lo presentó y me comentaba el gran talento de
ese joven que decía teníamos el deber de colaborarle para que se superase. Diez
años después éramos un equipo, como en la foto de 1983. Pero en esos diez años
hubo mucho que compartimos juntos. Los añoro tanto a mis dos grandes amigos. De
ellos he escrito mucho, pero ahora solo para mí es la lectura. No deseo que
nadie conozca mis escritos. Cuando los alcance, tal vez me decida a compartir
algo, pero ahora, veo todo tan poco a la altura de estos dos grandes, que
simplemente no puedo mostrarlos a nadie. Como
me duele a mi Enero, tantos amigos, tantos cariños se han ido en Enero.
Es un mes que me llama a luto y a dolor, y aun así, no es más que una convención.
Los rusos celebran la navidad en Enero, también el año nuevo casi a medio Enero,
cuando en otros países se festeja la natividad en diciembre. No debiera
significar algo especial. Pero es que en mis eneros se han ido tantos seres
queridos…
En este enero no he querido
apenas salir, un torneo, unas conferencias tal vez cuatro o cinco salidas, y es
que el año pasado, cuando pase Enero completo en La Habana, parecía que solo
malas noticias me llegaban. Mis hijas en tristeza por su madre, los
aniversarios luctuosos de Marcel y de Fischer, los de otros amigos muy cercanos
fuera del ajedrez, los de muchos cariños, muchos recuerdos.
Ahora de nuevo los amigos me
escriben diciendo que cuando publico algo sobre Marcel. Es que simplemente no
puedo…. Todo me parece tan inapropiado para expresar lo que se, lo que recuerdo
y lo que siento….
Quiero escribir mucho sobre cualquier
cosa, apaciguar mi mente y mi tristeza, pero es inútil, si frecuentemente me
acuerdo de mi amigo del alma, en Enero…
Tantas cosas pasan en Enero…
Trataré de tomar una copa de amor y embriagarme con algún proyecto, o llevando
mi mente lejos, aunque sea unas horas, de los recuerdos, pues me duelen mucho….