El
llamado síndrome del pajar se manifiesta en muchas disciplinas, pero en ajedrez
es más fácil de medir. Cuando un jugador dispone de mucho material para
estudiar su problema es identificar lo que es relevante y lo que no lo es. Es
exactamente igual que en posiciones complicadas en una partida se tienen muchas
opciones. Si no hay una buena Base Orientadora de Acción (BOA), es difícil tomar
la decisión de que jugada efectuar. Pero si hacemos un buen análisis y
establecemos una buena BOA con todas las señales que nos da la posición,
identificamos la verdadera demanda de ella, establecemos nuestro objetivo y de
ahí el plan y la jugada.
En
el caso del estudiar y entrenar ajedrez, nuestra BOA es el diagnóstico de
nuestro nivel de ajedrez en los diversos aspectos, determinando prioridades,
estableciendo el objetivo, diseñando un plan de estudios y ejecutarlo.
Cuando
los niños juegan futbol, sin organización, sin un rumbo elegido por un capitán,
aunque haya muchas acciones, están no están concertadas y cada jugador actúa
sin tomar en cuenta los demás. Pero cuando ya tienen capitán y coach, se
establecen objetivos y se crean planes ejecutables y los resultados mejoran.
Cuando
se cuenta con muchos libros, uno pasa de revisar uno a revisar otro y vemos
cosas que nos llaman la atención, por aquí y por allá. Pero sin la BOA,
recorremos sin encontrar porque nada buscamos. Ya se dice en el Corán, “si no
sabes adónde vas, no hay camino que te lleve”. La cantidad de libros solo
aumenta la confusión. Es maravilloso tener una gran bibliografía, pero sin
usarla adecuadamente puede ser un mal. Es como jugar ajedrez, si se hace
adecuadamente, en los muy diversos aspectos es una bendición, pero si se hace
mal, es un verdadero veneno. Es como cualquier medicina, recetada por alguien
capaz, es una cura, pero si no los da un improvisado, nos puede hacer daño
irreversible.
En
los torneos se topa mucho con jóvenes adultos que los conoció uno de niños y
que fueron mal encaminados en el ajedrez y en lugar de obtener beneficios, son ahora
personas sumamente desubicadas y con problemas. Otros en cambio, parece que con
el ajedrez recibieron una bendición para sus vidas. Ambos grupos tuvieron
libros de ajedrez e instructores, pero la diferencia radicó en la calidad de
unos y de otros. Luego una sociedad que enferma y una serie de problemáticas que
sin buenas guías podrían hundir cualquier barco. Se necesita siempre el mapa.
La BOA.
En
estos días en que uno puede descargar de internet decenas de libros de ajedrez
diferentes diariamente, es cuando hay que buscar guías y señales que orienten
la lectura y el estudio. Por eso trato de hacer reseñas de libros y llamar la
atención sobre los que pueden ser buenos. Pero no son buenos para todos.
Depende mucho de que cada uno se haga su diagnóstico e identifique que puede y
debe mejorar en su ajedrez…