Ahora
prácticamente todo aficionado medio de ajedrez puede tener acceso casi gratuito
a varios cientos de libros de ajedrez así como una cantidad enorme de
información vía internet.
En
Facebook o cualquier red social se comparten libros para descargar sin costo
alguno, y sin que la difusión amplia de una obra de ajedrez le brinde algún
beneficio al autor.
Así
mismo hay personas que leen muchos libros de ajedrez, ocupan horas tratando de
estudiar ajedrez y prepararse para jugar torneos y sus resultados mejoran muy
poco y muy lentamente, eso si se llega a dar alguna mejora, por que abundan
casos en que eso no sucede.
¿Esos
dos aspectos están ligados? ¿O qué consecuencias tendrá todo ello?
A
pesar de que poco deja escribir libros de ajedrez, porque aunque se leyeran
mucho, pocos se venden, pues hay decenas de sitios, o el mismo Facebook, donde
uno baja diariamente unos 200 gigas de ajedrez (un promedio que desde hace
semanas podría mantener), los autores siguen escribiendo libros y artículos,
sin perder la esperanza de que sean alguna vez finalmente apreciados y alguien
compre uno de sus libros tirándole un cabo, o simplemente apoyando a que se
siga creando material valioso.
El
caso es que diariamente surgen nuevos textos, y estos son rápidamente pirateados
y puestos en redes sociales, así que los están muy al día de todo lo que
aparece en internet en un día pueden descargar más de cien libros de ajedrez,
claro que indiscriminadamente.
Pero
hay tres cuestiones básicas:
¿Descargaron
Buenos libros?
¿Son
adecuados para ellos?
¿Los
estudiaron bien?
Ahí
puede estar la respuesta para los que estudian horas y horas y su rating no
sube y sienten que no mejoran como ajedrecistas.
Ante
tanto libro a disposición, aparece el síndrome del pajar y el problema es
distinguir el material relevante del irrelevante, luego como hacer uso de la
selección, y por último, el problema básico de la educación hoy día: la
metodología para estudiar eficazmente.
Pero
lo que envuelve todas esas cuestiones es la identificación y elección de las
metas de estudio, y de las razones para estudiar ajedrez.
Si
sentimos que no tenemos las facilidades, ni la disposición para llegar a ser un
gran jugador de ajedrez, ¿debemos emplear horas y horas de esforzado estudio?
Primero
que nada, lo más difícil de establecer es el potencial de una persona y sus
posibilidades de alcanzar logros importantes en cualquier campo o disciplina
humana. Segundo, la disposición puede tenerse, adquirirse, aumentarse casi a
placer, depende de tener el método y la guía adecuada. Tercero, el estudiar
ajedrez es para comprenderlo mejor y disfrutarlo más, no simplemente para
apuntarse puntos en una tabla de torneos. Pueden ir las dos cosas unidas, pero
no necesariamente una depende de la otra.
Acumular
libros puede ser muy favorable, o muy contraproducente. De cada uno depende lo
que esto será. Pero el leer y estudiar siempre será mejor que no hacerlo. Mas
vale leer un mal texto, que no leer ninguno. Pero muchas veces nuestro corazón y
mente nos guían de alguna manera para hallar el buen libro y el buen maestro,
todo entonces dependerá de no hacerlo demasiado tarde.