El balance del ajedrez mexicano en el año 2011 requerirá una pluma muy imaginativa y con grandes recursos argumentativos para no parecer redactor de letanías de lamentos y lloriqueos. Será necesario emular a aquellos voceros gubernamentales que hablan de flores y bellos paisajes en medio de una desolación y olores escatológicos. O agrandar los pequeños logros con una lupa que todo lo magnífica y quiere justificar una pésima gestión agarrándose del detalle mínimo de avance.
Los escenógrafos al estilo Potiemkin los tenemos muy ingeniosos, pero va a ser muy, pero muy difícil decir que todo va bien cuando uno pareciera esperar a escuchar el “¡Abandonen el barco, sálvense quien pueda!” Son como aquel que se tira desde la punta de la torre latinoamericana y cuando le preguntan allá por el piso 29 como va la cosa contesta: “Por el momento parece que vamos bien”
Pero no hay que preocuparse, viene el 2012, y ese sí que será un año difícil, entre elecciones y profecías mayas, olmecas, egipcias y etruscas; entre el Chilam Balam y los pronósticos de Casey, desde las piedras de Georgia y las ruinas mayas del Archipiélago Juan Fernandez.
2011 dejó algunas cosas difíciles de evaluar como el que en universidades e instituciones de educación superior de México el ajedrez valga para obtener créditos académicos. Y tomando en cuenta que a través de ANUIES, entidad nacional que tiene convenios con CONAHEC, y organizaciones de universidades del Pacífico que abarcan desde las del Japón, Filipinas y las de centro y surámerica; en cascada universidades de toda la América Nuestra desde Canadá, Estados Unidos, México, hasta Chile y Argentina; tendrán, si no lo han hecho ya, reconocer con créditos académicos los estudios en ajedrez; creando una demanda creciente de profesionales de la enseñanza del ajedrez. Ahora que la certificación de tales profesionales con las políticas de la FIDE para sus entrenadores y las de algunas federaciones de América pone las condiciones para que muchas oportunidades queden desaprovechadas por no facilitar que se responda a la demanda con personal responsable y bien preparado, lo que seguramente traerá mal prestigio al gremio del ajedrez.