Efectuado durante una semana en que se realizaron varios torneos y muy cercano a uno magno como el XXIII GM Carlos Torre in Memoriam, sólo media docena de jugadores de título internacional participaron en el que debiera ser el máximo evento nacional. Es triste como poco a poco este tipo de torneos que iniciaron en 1973 con un apoyo enorme y que constituyó un parteaguas en el ajedrez de aquella época, haya bajado terriblemente. Aunque el fondo de premios era bueno, su distribución no alentaba la participación, lo mismo que sus problemas de calendarización. A ver si con el cambio de administración que pretende el MF Ibrahím Martínez se evita más deterioro y retroceso en los varios asuntos del ajedrez nacional, aunque su gestión en Ciudad de México no ha sido muy feliz que digamos. Parece que el entorno no es mucho peor que el interior del ajedrez mexicano, por mucho que uno se quiera sentir optimista, se siente como que muchas instituciones se están cayendo a pedazos.