Quisiera
escribir algo optimista, pero a mi pesar no puedo hacerlo.
Recientemente
mi amigo Pablo Aguayo falleció y estaba revisando un programa de trabajo que, a
petición suya, elaboré para una alumna de él, basándome en uno que
originalmente me envió el Maestro Alexander Koblentz antes de morir.
No
podía sino pensar en que al perder su entrenador, una niña que no conozco,
perdió la oportunidad de ser apoyada en su sueño por un ser tan bondadoso y
entusiasta como Aguayo. Y no pude sino pensar que Koblentz al salir de Riga en
las complicaciones políticas tras la desaparición de la URSS, cuantas jóvenes promesas
en Letonia perdieron la oportunidad de realizar sus sueños por falta de un
entrenador tan magnífico como Koblentz.
Me
escribía el viejo entrenador que se sentía frustrado pues las nuevas
autoridades deportivas en Letonia no sólo lo desaprovecharon, sino incluso lo
obstaculizaron, parecía ser vetado por algunos dirigentes nuevos que eran
antisemitas.
Ya
la escuela de Riga, con todo y Shirov y Sveshnikov no será lo mismo tras tantos
que salieron por las ·”grillas” de los dirigentes políticos del deporte en Riga
en esos aciagos años tras la desaparición de la URSS.
Estoy
convencido de que la diferencia del destino de un deportista, tanto en ajedrez,
como en otras disciplinas es si tuvieron la suerte de contar con un entrenador
capacitado.
Trataba
de animarme un poco, tras pensar cuantos entrenadores son “bloqueados” y se
desperdicia toda una vida de vocación y trabajo de los viejos entrenadores. No
pude sino pensar que yo mismo formo parte de ese grupo de entrenadores que por
situaciones varias tenemos que vencer obstáculos constantes para poder dar
clases.
En
eso me dan la noticia de que un buen amigo, con quien no hace mucho compartí
reflexiones similares a las anteriores, estaba mal de salud.
Uno
pensaría que una estrella de entre los entrenadores a nivel mundial no estaría
relegado, pero incluso ni él se salvaba.
Ahora
lucha por la vida y no deja de ser lamentable que muy recientemente me dijera
sentirse relegado.
El
gran entrenador Jerzy Hausleber fue invitado a trabajar a México poco antes de
los Juegos Olímpicos de 1968, e
inmediatamente tuvo logros como ayudar al sargento José Pedraza a conquistar la
medalla de plata en los 20 kilómetros. En Montreal 1976, ayudó también a Daniel
Bautista a ganar la presea de oro en esa misma prueba y lo mismo hizo con
Ernesto Canto en Los Ángeles 1984. En Barcelona 1992, siguió dando éxitos a
México al apoyar a Carlos Mercenario a
obtener la medalla de plata en los 50 kilómetros. Al mismo Raúl González,
Hausleber aunque no fue su entrenador al
momento de ganar las dos preseas en Los Ángeles 1984, indudablemente tuvo parte
de ello.
Hausleber,
fue la clave de que la caminata mexicana
fuese la mejor del mundo en las décadas de los sesenta, setenta, ochenta y noventa.
Los marchistas eran los únicos mexicanos que lograban medallas en esas épocas,
junto con los clavadistas. La medalla de oro de Daniel Bautista en Montreal
1976 fue una de las dos preseas que consiguió México en dichos Juegos, y la
plata de Carlos Mercenario en Barcelona 1992 fue lo único que de allá se
trajeron.
Curiosamente
me comentaba Jerzy que al principio trabajo entrenando esquiadores, pero se le
reconoce como el innovador de los entrenamientos a gran altura, a 4,000m como los que practicó en el Lago Titicaca de
Bolivia, con la idea de que un
deportista produjera más glóbulos rojos. Este tipo de entrenamiento lograba que
los atletas mexicanos llegaran a las competencias con mayor oxigenación y esto
hacia la diferencia con sus
competidores. Fue algo de vanguardia que pronto se volvió estándar.
Hoy,
en la CONADE está un deportista de verdad, un verdadero deportista en toda la
extensión y que sabe, el valor de un entrenador de calidad . Me consta el aprecio
de Mena por su entrenador . Pero el Profesor Hausleber sufrió el que en la
administración pasada lo olvidasen en momentos críticos en que a pesar de su
avanzada edad seguía trabajando, pero sin apoyo digno a su nivel, con la salud
deteriorada y venciendo obstáculos que nos ponen a los viejos entrenadores
cuando las dirigencias deportivas nos ven con ojos de “salidos del rebaño”. O
como me auto nombro, “Con Mala Reputación”
Hausleber
esta triste por tanta mala noticia en la marcha mexicana como la muerte de Noé
Hernández y la prisión de Miguel Ángel Sánchez. Y cuando esperábamos que de
alguna forma se le apoyara a Hausleber, la salud le falla de nuevo. Ya con más
de 16 años con un marca paso, tenía que seguir trabajando duro para sacar
adelante a su familia y estaba cansado de hacer tantas propuestas a los
dirigentes de los dos sexenios anteriores, pero tenía esperanzas que en este lo
escucharían.
En
Rusia varios entrenadores de ajedrez que se ven relegados y que fueron mentores
de grandes maestros ilustres, me ofrecían notas y apuntes personales por
precios irrisorios y que como podía yo les pagaba la escaneada para no
quitarles sus tesoros, pues ya la copia en PDF era suficiente y en si no
perdían valor. Me preguntaban por la salud al oírme toser y uno, 30 años mayor
que yo me decía:
“Es
que si usted no llega a pasarlos en computadora, se perderá todo ese trabajo y
en el futuro nadie se acordará. Tiene que subirlo a internet para que al menos
en el recuerdo yo quede”…
Sisniega
,Aguayo, Magaña y otros muchos amigos, mucho menores que yo, se adelantaron,
por eso no tome a mal la preocupación de mi nonagenario interlocutor.
De
Hausleber los entrenadores de muchas disciplinas aprendimos mucho de él,
incluso me ayudó en traducciones del ajedrez, pues aunque el ruso se parece al
polaco, las pequeñas diferencias me torturaban. Muchos amigos del medio del
deporte, hoy dirigimos nuestras plegarias para que siga adelante.