14 may 2012

La Tercera Partida si captó el interés del público.


Esta vez los espectadores no se vieron decepcionados, sino que contemplaron una verdadera batalla de ajedrez.
No cabe duda de que el GM Gelfand llegó bien preparado al encuentro  y parecía pez en el agua con las negras en la Gruenfeld, donde rápidamente logró juego activo, aunque parecía que en un momento dado Anand ganaría con un fuerte contrataque. Ambos jugadores demostraron tener muchos recursos defensivos y fueron anulando las posibilidades de ataque de su contrario, por lo que se llegó a la nulidad a pesar de que los dos realizaron lances muy agesivos y de difícil contestación.
El caso es que la cosa va mejorando, lo que era necesario. Después de que Moscú tuvo que esperar 27 años para ver un match del Campeonato Mundial de Ajedrez en su casa, cuando ya había tradición durante la segunda mitad del siglo XX, el resgreso no podía estar tan desangelado.
En lugar de Karpov y Kasparov enfrentados en el Salón de las Columnas, en la sede de los Congresos del Partido Comunista de la Unión Soviética, tenemos a Anand y a Gelfand en la Galería Tretiakov. Mejor escenario, nada menos que la sala Vrubel, pero no necesariamente mejores protagonistas. Lo más contrastante es que en 1985 la bolsa era de 72 mil rublos, unos 350 mil dólares actuales, mientras que en estos días se van a repartir dos millones y medio de dólares. El 1985 vio en Moscú a un recién llegado al poder Mikhail Gorbachov y ahora va de mirón y con un aire bonachon y obeso, por lo que cuesta reconocerlo. Karpov, estrenando su escaño en la Duma y muy apegado a Putin y a Medveiev; se sentaba cercano a Dvorkovich, otro político que une una posición en la Federación de Ajedrez de Rusia con otra posición en el gobierno de la Federación Rusa (nombre oficial de lo que llamamos Rusia), y con el expresidente de la República de Kalmikia y reelegido presidente de la FIDE. También el ilustre Jorge Vega, Presidente de la Confederación de Ajedrez de las Americas, quien además es parte del cuerpo arbitral anda por ahí, cuando en 1985 estaba en su transición entre La Habana y su nuevo hogar en la Ciudad de México.  Campomanes está ausente en este evento, lo mismo que Kasparov, ambos importantes protagonistas en 1985, uno por su muerte física y el otro por su casi muerte política. Muchas aguas han pasado bajo los puentes moscovitas entre 1985 y 2012, y así como la Unión Soviética, más de 16 grandes maestros  de ajedrez han fallecido y otros 17 cambiaron de nacionalidad. Pero como en 1985, el desfile de la victoria del 9 de mayo estuvo de gran lucidez…
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