Tras los eventos del jueves en la Facultad de Ciencias,
Kasparov viajará a Acapulco donde además de breve descanso se reunirá con
inversionistas y simpatizantes de su campaña, para luego seguir en playa, pero
ahora en Jamaica, para proseguir a El Salvador.
Los tres países, México, Jamaica y El Salvador fueron votos
importantes, con el de Cuba y Venezuela, para la reelección del Presidente de
la FIDE hace cuatro años y se consideran bastiones del mismo para su nueva
reelección.
Muy recientemente Kirzán, presidente de la FIDE, estuvo en
El Salvador y el apoyo de esa federación parece muy firme, pero la estrategia
de Kasparov es tratar de acercarse a los ministros de los que dependen los
presupuestos de las federaciones de ajedrez y tratar de convencerlos a que
presionen a los presidentes de las organizaciones locales de ajedrez, que por
lo general no tienen cercano acceso a esos ministros, para que voten por
Kasparov.
¿Cuáles son los argumentos? Normalmente las federaciones
nacionales tienen un desarrollo y trabajo insuficiente, como consecuencia del
bajo apoyo gubernamental y el casi nulo respaldo de la iniciativa privada;
entonces Kasparov resalta sus ineficiencias e ineficacias, propone mejorar la
situación del ajedrez con dos vertientes: un supuestamente superior “Know How”
y el apoyo de compañías privadas transnacionales importantes y que con un
paralelo apoyo del ministro a visitar, el ajedrez se va para arriba, con una
medalla para el funcionario gracias a los enormes beneficios que puede brindar
la práctica organizada del ajedrez a la sociedad del país.
La propuesta es casi irresistible, pues si bien el “Know How”
no es ningún secreto y solo sigue los métodos normales que se usan ya en
decenas de países y se iniciaron en Rusia hace más de 90 años; el prometido
apoyo de la iniciativa privada internacional y la personalidad de Kasparov, de
fama mundial, hace sentir al funcionario que puede ser sumamente provechoso
para él su participación personal en el proyecto Kasparov. Máxime que si el
funcionario no es absolutamente escrupuloso, puede caer en eso de: “de la obra,
sobra”.
El caso es que tiene que medir que el apoyar a Kasparov le
dará oportunidades de apoyo de empresarios internacionales con fuertes fondos,
pero lo pondrá en contra de gobiernos con los que tiene buenas relaciones su
país y que son objeto constante de los ataques de Kasparov, sobre todo Rusia, y
en el área, Cuba y Venezuela, así como los del bloque de simpatizantes,
Bolivia, Ecuador y otros.
Los presidentes de las federaciones nacionales de ajedrez
reciben presiones muy fuertes, externas, a cargo de los políticos que quieren
salir en la foto con Kasparov, personaje de fama internacional, internas a
cargo de muchos jugadores deslumbrados por los éxitos deportivos del ogro de
Bakú, y de muchos que ven muy mal tantas reelecciones del actual Presidente de
FIDE, pero por otro lado, las presiones de los actuales funcionarios de FIDE y
el historial de cadenas de promesas incumplidas de Kasparov. Ante la difícil toma
de decisión, que muy a menudo no tienen gran capacidad para tomarla, algunos,
los más pequeños, deciden el camino del quien da más. El problema es que ¿si no
cumplen? O ¿si aun con mi voto no ganan y quedo en el bando perdedor?. El caso
es que hasta ahora el 66% de los votos los tiene Kirzán para su reelección,
pero cada día pasa, Kasparov se moviliza más y las presiones aumentan para el
votante. Y la cosa se pone más crítica para algunos federativos, al grado de
querer cambiar de aires. ¡Y es que lo que les ha caído allí es una papa
caliente!