Hay
libros muy importantes de los que solo hay unos cuantos ejemplares, otros se
han perdido ya para la humanidad.
Uno
recuerda días aciagos para la cultura humana como los diversos incendios de la
Biblioteca de Alejandría. El primer incendio legendario en tiempos de Julius
Caesar, medio siglo antes de la era cristiana y el otro originado por los
asaltantes de un templo en el siglo V. El caso es que desapareció.
“Dios
bendiga al cobre, a la imprenta y a cualquier cosa
que multiplique lo bueno que hay para que no perezca"
Goethe
Ahora todas
las grandes bibliotecas han hecho esfuerzos para digitalizar los libros y todo
tipo de documentos históricos, como manuscritos e incluso viejas tablillas del
Nínive.
Sobre lo
legal o no de digitalizar libros y documentos ha habido todo tipo de
discusiones, sobre todo originadas por la política de Google y de que citando
no es piratear, situación parecida a lo de “medicinas de patente”, “genéricos”
y “similares”. La línea es muy fina.
Hay muchos
libros importantes que no se pueden conseguir en versión impresa. ¿Entonces que
se hace? ¿Se vale conseguirlos en Internet, o hay que conformarse y no adquirir
el conocimiento que uno requiera? Hay medicinas que no salen a la venta por
razones comerciales y podrían salvar miles de vidas hoy. Al salir a la venta
dentro de un año o dos, habrán matado indirectamente a todos los que se les
negó el administrárselas por aquello de
patentes. No hay libros originales, todos los autores los escriben gracias a
conocimientos que aportaron otros antes que ellos. ¿Cómo establecer lo moral de
un derecho de autor? ¿Por cuánto tiempo? Todos copian partes aquí y allá, y que
bueno, porque van mejorando con aportes nuevos, añadidos nuevos.
Entonces
¿Copiamos, pirateamos, modificamos? Es como los programas, si shareware,
freeware, etc. León Tolstoi tuvo broncas con su esposa por querer regalar sus
derechos de autor. Se ha criticado a una hija del Che Guevara por querer
reclamar los derechos de autor del Che.
Piratas,
Corsarios, Bucaneros, ¿bandoleros, delincuentes, luchadores sociales? Los
gavilleros Villa y Zapata, como decían los porfiristas, ahora son héroes sin
mácula de la Patria. Una de los trabajos que más ayudaron a las mujeres europeas
a fines de la edad media era la de ser copista de libros. Gracias a ellas,
llegaron muchas grandes obras, como las de Aristóteles, a nuestros días, que de
otra manera se hubieran perdido.
Bueno, eso
digo yo. “Si me pierdo búsquenme en Andalucía o en Cuba” decía García Lorca, y
yo agregaría, o en Cataluña.