El talento de Spassky para
el ajedrez fue detectado al regreso a su ciudad natal, Leningrado, tras de que
el sitio de 900 días que había sufrido esa heroica ciudad por los nazis en la
segunda guerra mundial, en 1945.
Pero pasaron dos años para
que fuese realmente atendido y a pesar de que destacó como niño ajedrecista,
simplemente se le dejó jugar, sin gran entrenamiento especial, hasta los 10
años.
Muchos suponen que en la
Unión Soviética el ajedrez se enseñaba en las escuelas, pero la realidad es que
en parte si y en parte no. Cada profesor de grupo en las escuelas primarias de
la Unión Soviética fue preparado para que mostrase lo que era el ajedrez y
enseñase el movimiento de las piezas a partir de lo que sería para nosotros el
cuarto año de primaria, dedicando solo unas tres horas durante el curso de un
año para ese fin. Pero como el ajedrez era muy popular, los niños eran
canalizados hacia centros para el efecto en las ciudades. Claro que en algunas
escuelas laboraban profesores que tenían afición personal por el ajedrez, así
que por su iniciativa, y con la
posibilidad de que los apoyasen los instructores de ajedrez profesionales de
los centros de ajedrez de la ciudad, desarrollaron actividades mas intensas en
sus escuelas que las programadas tres horas durante un año lectivo. Pero esto
era de iniciativa propia de los profesores, aunque si les daban apoyo en
capacitación y en material didáctico cuando dichos profesores informaban de su
actividad. Pero no les pagaban de manera especial ese trabajo, que se
consideraba trabajo voluntario, aunque si ganaban “puntos” de mérito que de
alguna forma podían capitalizar para alguna ventaja, como días de permiso, o la
opción de comprar algún aparato doméstico que estuviese poco abastecido en su
ciudad, y un comité decidía quienes merecían tener prioridad para adquirirlo,
de acuerdo a existencias. Entonces se tomaba en cuenta el trabajo “voluntario”.
En el caso de algunos
entrenadores de ajedrez que sirvieron en los frentes de guerra y resaltaron por
hechos heroícos, muchos de los puestos directivos dentro de la organización del
ajedrez se les dieron por su actividad militar y no tanto por su capacidad
técnica en ajedrez. Además había cosas como el paisanaje, el compadrazgo, que
también influían. El caso es que a cualquier profesor de primaria “lo vestía”,
el que diera más horas de ajedrez que lo que estaba obligado, siempre que
cumpliera su plan de estudios general.
Pero eran solo tres horas
al año y solo a partir del cuarto de primaria lo que estaba programado. Mostrar
el ajedrez, darles algunas bases y ya dependía de la afición despertada en el
niño, si él se inscribía en algún centro de enseñanza del ajedrez. Además, no
siempre había vacantes, pero por lo general, en cada ciudad podían recibir en
sus centros de ajedrez a un gran porcentaje de la población infantil.
Si para 1946 se consideraba
una población de 100 millones de soviéticos, se podría decir que al menos 3
millones participaban habitualmente en actividades de ajedrez y unos 2 millones
recibían clases en sus clubes de sindicatos o los centros de ajedrez con clases
para niños. Un millón al menos eran escolares como Spassky.
¿Por qué no se atendió a
Spassky cuando se le detectó y porque se dejaron pasar un par de años?
Cuando
se intenta enseñar a un niño el ajedrez, los pedagogos soviéticos afirmaban que
hay que tener en cuenta, antes que nada, y lo mismo que para otras disciplinas
escolares, que la información que se le transmitirá al escolar pueda ser
comprendida y ejecutada en el tablero, o en las hojas de ejercicio de la manera
más rápida y definida para poder estar seguro de que el escolar aprende. Es una
evaluación y diagnóstico diario. Por ello es importante tener en cuenta el nivel
que el niño tiene en su desarrollo y que la asimilación de los conceptos y los
ejemplos, contenidos o material que les damos vayan acomodándose con los conocimientos que tenía previamente, pues
sólo así podrá hacer las relaciones de lo nuevo con lo viejo que permite que se
afiance en la memoria y la comprensión del escolar.
Hay
que monitorear las contradicciones y conflictos que supone surgirán, lo que
produce un desequilibrio inicial que oportunamente debe ser atendido para que
luego se logre un equilibrio nuevo más evolucionado. Se va ascendiendo en
espiral, pero hay que ir subiendo escalones. Cada vez que un escolar aprende
algo nuevo, esto hace conflicto con lo que sabía, y hay que equilibrar de
nuevo, en cada escalón.
Ahora,
como el aprendizaje requiere de las relaciones sociales, con el profesor, sus
compañeros, todos con diferente antecedente cultural, los grupos variados
favorecen el aprendizaje, pero en la medida en que producen contradicciones
y, en consecuencia, se reorganice el conocimiento de los escolares.
En
el ajedrez es importante pensar que uno no juega solo, sino con un
contrincante, así como hay compañeros, amigos que también juegan, y hay una necesidad
de entender el punto de vista de los demás y hay que coordinar las perspectivas.
Los
soviéticos, derivados de las diversas escuelas de pedagogía, respetaban, tanto
para la enseñanza del ajedrez, como para otras disciplinas como las matemáticas
y el lenguaje, lo que se conoce como los estadios de desarrollo.
Estos
eran definidos por varias características, pero se determinaban en general por
la edad.
En
ajedrez un alumno pasa de escalones de operaciones concretas, tangibles, a
escalones de operaciones formales, no tangibles, y así el ajedrez estimula
algunos aspectos como: el control de la impulsividad, la concentración, la
toma de decisiones, el cálculo, el análisis de posibilidades, incluso el
sentido del tiempo y su uso para la reflexión, cuando juega ajedrez contra
reloj, así como el control de la ira, y la compostura y control de si mismo en
general.
Según
las teorías de pedagogos como el soviético Vigotsky, o el occidental Piaget,
hay cuatro rasgos fundamentales caracterizadores de los estadios o niveles:
A: En
un estadio lo importante en un estadio es el orden de sucesión en que se hacen las adquisiciones y no solo
las edades a las que se alcanza dicho estadio o nivel.
B:.Los
estadios tienen un carácter integrativo, o más bien acumulativo. Es decir, que
los logros de un estadio no se pierden en el siguiente sino que quedan incorporados
al nuevo tipo de estructura, formando un sistema más amplio.
C: Cada estadio está representado por una
estructura de conjunto que se debe poder describir siguiendo un modelo lógico.
D: En
cada estadio se debe distinguir un periodo de preparación y otro de logro y completamiento.
De
ahí que hay que establecer cual es la edad adecuada para que a un escolar se le
enseñe ajedrez, no solo por la edad, sino también por conocimientos previos.
Esto sobre todo para que el profesor, instructor o monitor pueda tener lenguaje
de comunicación para transmitir al escolar la información. Aunque nunca será
exactamente igual lo que un profesor enseñe a lo que un alumno aprenda.
Desgraciadamente se llegó a la conclusión en la Unión Soviética que era
imposible individualizar las clases en la práctica, entonces se daban clases
generales y a los escolares con más vocación, motivación e interés, que en suma
son los aspectos más definitivos de lo que llamamos talento, tratar de
canalizarlos a clases semi individuales, con un entrenador especialista que
atendiese grupos no mayores de cuatro escolares con talentos especiales, como
sucedió con Spassky entre los 8 y 9 años de edad.
La
edad mínima para las clases generales, se decía que eran los 6 años, ya que a
partir de esa edad, según Vigotsky o Piaget, la memoria, la resolución de problemas,
la categorización ,el razonamiento o la elaboración de conocimiento son procesos
cognitivos más sólidos y eficaces. Según
sus valoraciones es a los 6 años cuando comienza a haber una mayor conciencia
reflexiva y mejor control.
Después
de la desaparición de la Unión Soviética, pedagogos de ajedrez destacados como
Sukhin, trabajaron exitosamente con niños de edad preescolar, pero en la URSS
nunca se hizo, solo con los de primaria, preferentemente de 9 a 10 años, que es
cuando a Spassky se le atendió en realidad.
.¿Por
qué no se eligio la etapa preescolar para la enseñanza del ajedrez?. Se
consideraba que los niños de 6 años o mayores tienen más recursos para
planificar y utilizar de forma eficiente sus aptitudes cuando se enfrentan a un
problema, cuando han aplicar la información que recuerdam o cuando han de
ampliar su nivel de conocimiento sobre un tema particular.
A
partir de los 7 años los niños ya van teniendo conciencia de lo que son sus puntos fuertes y débiles intelectualmente.
Afirmaban
los soviéticos que de los 2 a 5 años, los niños no captan en qué consiste
pensar y mucho menos cual es la diferencia hay entre pensar bien y pensar
mal, ya que este logro cognitivo tan importante solo se logra entre los 6 y 12
años en general, sólo uno entre mil niños, los soviéticos encontraron que niños
menores de 6 años lo lograban.
Se
aceptaba, tras series de estudios hechos en 1925 en la URSS que entre la etapa
preescolar y la primaria, se dan los cambios básicos en la manera de procesar
la información y sobre todo, en la manera de discriminarla, o más bien
seleccionarla.
Aunque
muchos lo discutieron, para la pedagogía en la URSS se aceptaba que la capacidad
de procesamiento de información aumentaba con la edad, pudiendo generar procesos
cognitivos más complejos.
Es lógico
pensar que la diferencia de edad en estadios tan tempranos se hace notar en
todo lo que supone manejo y procesamiento de la información y que dicho grado de madurez se va adquiriendo con la
edad. En todas las materias escolares
está claro que a mayor edad mayor capacidad para conseguir determinados logros,
y el ajedrez no tiene porque ser diferente, cuando tiene todas las características
de una materia, además de otras características más complejas, porque se dan
antes conflictos y contradicciones por la misma experiencia en competencias. Si
la educación primaria toma como 6 años la edad base y 9 la de mayor
complejidad, es normal que el ajedrez, considerado complejo, se acentúe su
enseñanza a partir de los 9 años, como pasó con Spassky, con todo y que era
notoria su motivación, facilidad, vocación, o digamos, su talento.
En
La URSS, como fue en todos los países influenciados por la pedagogía soviética,
como Yugoslavia, Alemania Democrática, Polonia, Hungría y , mas cercana a
nosotros , Cuba, se respeto que la enseñanza generalizada del ajedrez fuera a
partir de los 9 a 10 años de edad. En ningún país de los mencionados era
materia obligatoria en las escuelas, más allá de darlo a conocer en tres horas
en un año lectivo, pero en todos había centros especializados para
canalizarlos, siendo así como se creo cierta masividad. Solo recientemente
Armenia lo tiene como materia obligatoria, y consideran que ha sido un éxito.
Armenia tiene unos 3 millones de habitantes y a pesar de su gran tradición
ajedrecística, ha sido un esfuerzo presupuestal enorme. En países sin
tradición, como los iberoamericanos el costo sería presupuestalmente mayor. En
Cuba se gastan al menos directamente unos 10 millones de dólares al año y otros
15 indirectamente, para atender una población escolar cinco veces menor que la
de México, donde atendemos una proporción de la población casi a la mitad de
proporción de Cuba, o sea de 10 niños en edad escolar Cuba atiende al menos 9,
mientras en México, de 10 se atienden cuando mucho 8.
Escogieron
esos países los 9 y 10 años de edad porque consideraban sus especialistas que a
esa edad es cuando los niños presentan unas
bases madurativas básicas que aseguran un aprendizaje rápido.
Sukhin
afirma que puede ser desde los 6 años. En México se trabaja con niños desde los
6 años, pero se ha fallado en asegurar una motivación suficientemente alta para
que los niños sigan interesados en el ajedrez en cursos superiores.
Surge
el problema entonces de cómo motivar a los escolares en ajedrez.
Por
lo general la mayoría de los niños experimentan un progreso claro en
todas las nociones concretas utilizadas, tras sesiones de aprendizaje operativo,
es decir cuando se activan sus esquemas al enfrentarlos a resolver posiciones a
resolver, tareas o todo tipo de conflictos cognitivos.
El
problema es lograr:
a.
Que valoren los escolares más el hecho de aprender que el hecho de conseguir
tener éxito o fracasar en una tarea particular. En eso inclusive a veces se
falla con los mismos instructores. Cuando doy un curso de capacitación, he
tenido que vencer el que muchos llegan por el diploma y el certificado y no por
aprender a dar clases. Muchos venden más a los niños el ganar puntos que en
aprender a pensar en ajedrez. El escolar parece prepararse más para pasar un
examen que para aprender, todo por lo obsoleto del sistema educativo actual,
donde no se va a la escuela para aprender y saber, sino para tener una patente
de corso para obtener un trabajo remunerado satisfactoriamente, no para hacer
una labor de vida.
b.
Que consideren la inteligencia como algo que se puede modificar mediante el esfuerzo
y no como algo estable. Hay que hacer comprender que mientras más se exijan a
si mismos más podrán ser capaces de lograr cada vez, que mientras más piensen,
serán más inteligentes cada vez más.
c.
Que centren su atención más en la experiencia de competencia que puede acompañar
a la comprensión de lo que se estudia, al ejercicio de lo que se aprende y a su
aplicación a la solución de nuevos problemas que en las posibles recompensas
externas.
d .
Que aprendan cuándo, cómo y porqué aplicar estrategias, a fin de que puedan
autorregular su utilización.
Las
competencias a edad inmadura, pueden fomentar el que se desvíe la apreciación
de los valores adquiridos al jugar ajedrez. Pero también si no se compite se
pierden algunos aspectos formativos de carácter fundamentales.
En
la URSS se decidió que a los 9 años o 10 enseñarles el ajedrez, pero no se
permitían hacer competencias para menores de 10 años. Pero eso fue cambiando
con la transformación de la URSS en varios países. Hoy día en Rusia compiten
niños de 4 años, pero con un cuidado y vigilancia especial, supuestamente, pero
a veces solo en el papel. En México se hace con niños menores de 8 años, pero
si me baso en la estadística, el 65% de los niños menores de 8 años que hoy día
compiten, dejarán de participar en ajedrez antes de que cumplan quince años. El
70% de los niños que empezaron a competir con más de 12 años de edad, siguieron
compitiendo a los 30 años de edad. Saquen sus conclusiones, aunque se requieren
estudios con más rigor científico que los que hice con estadísticas, en que
solo use la información de los torneos delegaciones del DF de 1978 a 1990 y las
Olimpíadas Nacionales de 1995 a 2010 y las listas de la FENAMAC, pero examine
así a más de 300 niños, la mayoría hoy adultos. Todos los que tenían la misma
edad que yo cuando jugué mi primer torneo de ajedrez en 1965, decenas de casos,
y que tenían tres años o más jugando torneos, se han retirado del ajedrez antes
de cumplir 40 años, los que empezaron a los 12 años o más, la mayoría llegaron
a los 50 años jugando ajedrez aún en torneos…
En
el caso de Spassky y sus contemporáneos de Leningrado. Todos los que llegaron a
titularse como maestros nacionales, internacionales o Grandes Maestros, no
compitieron antes de los 10 años de edad. Pueden consultar sus biografías.
Aunque en el siglo XXI abundan ejemplos de niños que los seis años competían y
ahora siguen jugando siendo mayores de 18 años. Los tiempos cambian. Pero
depende de cada país y cada medio social.