Tras silencio en varios días, vuelvo a publicar en el blog.
Independientemente del período del Jacobeo en que es tiempo de reflexión y recorrido del Camino, cada ciertos años uno debe plantearse una tarea especial a realizar y esta vez tocó trabajar por algunos amigos muy entrañables del Cáucaso que deseaban regresar a su tierra ya por tantos años ensangrentada. Violencia generó violencia en una escalada que enfrentó a compañeros de armas de antaño, que habían jurado ser hermanos a pesar de todo y luego de ver su gran país fraccionarse, más bien pulverizarse, resultaron en bandos diferentes, bajo banderas nuevas. Dos décadas fueron necesarias y la intervención de una “banda de hermanos” como dijera Shakespeare recordando la batalla de San Crispín, de diez naciones diferentes, de cuatro razas y de lugares tan lejanos del Cáucaso como Angola, Croacia, Egipto, Guatemala, México, Cuba, España y Venezuela; se logró sentar en la mesa de negociación y pudimos, los católicos involucrados, celebrar el Jacobeo con la primera luz de paz y la amnistía sin condiciones.
Fue enternecedor ver los rostros ya avejentados, tras casi 30 años, de aquellos hermanos que llenos de vigor y con fuego en los ojos compartieron ideales de juventud y que ahora, en diáspora sorpresiva, estaban alejados y solo se comunicaban por la magia del internet y del ajedrez.
“De jacobinos pasamos a ser pacíficos caminantes del jacobeo”, bromeaba parado en su sola pierna un veterano que orgullosamente cargaba medio kilo de medallas en el pecho y que no se explicaba como tenía ahora una bandera tricolor en lugar de la roja con que nació. Ya había bromeado de que el equipo campeón mundial estaba formado por gente en su mayoría nacidos cerca de su pueblo, pero que no eran de su mismo país. “Karjakin eligió, pero yo de repente nacido en Ucrania soy ruso de papeles y chechenio por matrimonio, sin que se me preguntase alguna vez a que bandera quería servir, todo pasó asi, sin darme cuenta” Bueno, Yusupov es alemán y no faltó quien se preguntase si el Principe Yusupov que asesinó a Rasputin y en algo colaboró a que Rusia cediera en Brest ante Alemania, tuviera algún parentesco. ¿O Lev Davidovich Bronstein, más conocido como Trosky, asesinado en México por un español que sería tratado como héroe en la Unión Soviética sería pariente de David Bronstein? Tahl murió en Alemania y el apellido también es alemán, pero el gran Misha era ante todo letón de corazón y fue soviético por cosas de la historia, pero ahora lo cubre la tierra de Letonia y el amor de aficionados al ajedrez de todo el mundo. Ignacio Zaragoza, es un general mexicano nacido en Texas, pero creo que tan celebrado en su lugar de nacimiento sin que nadie siquiera dude que es mexicano. Máximo Gómez nació en Dominicana, pero en la cubanía más fuerte es cubano 100%. Entre los ajedrecistas Andrés Clemente Vázquez Hernández (o Vázquez Zambrana, como dice su fe de bautizo y su papel de ciudadanía mexicana), es tan cubano como mexicano. Orgulloso representante ante el Congreso por Comitán, Chiapas; hubiera sido el primer embajador de México ante Cuba si la muerte no lo sorprende; y su última voluntad fue ser enterrado en Cuba con tierra de San Julián de Güines y tierra de México, sus hijas, nacidas en México, vivirían en Cuba hasta ver, como lo pidió su padre, ver enarbolada la bandera de Cuba en El Morro.
No hace mucho leí que a un gran maestro nacido en Bakú, le estaban haciendo ciertas represalias por jugar en un club de España con el nombre de Kasparov, armenio nacido también en Bakú. Resulta que la persona más famosa en el mundo nacido en Bakú, es ahí persona non grata por ser de sangre armenia. Hubo un regimiento de caballería blindada integrada por gente de Bakú, el “Chapaev”, que se cubrió de gloria en el cerco de Berlín, dirigido por un coronel de obvia ascendencia armenia, Vartan Gregorian, con un Mamyadov, jefe de estado mayor, obviamente no armenio. ¿No eran una “banda de hermanos”? ¿No recorrieron desde Jherson hasta Berlín, más de 4 mil kilómetros juntos, llegando a Berlín solo 125 de los 785 que salieron de Bakú, siendo los reemplazos principalmente venidos de Erevan, en Armenia y de Tibilisi en Georgia?
Las rayas en los mapas, la diversidad de razas e idiomas, el castigo por Babel, ha costado tantas vidas. Todo por la desunión. Da tristeza ver que el mismo día hay un Campeonato Iberoamericano y un Campeonato Continental de América. Así como en el Cáucaso se tomó atención de los planteamientos que José María Morelos y Pavón hizo ante el Congreso de Apatzingan, donde planteo la igualdad de los nacidos en una misma tierra sin pensar en raza, genero y religión; que ayudo a una negociación tan difícil como la que enfrentó a sangre y fuego durante dos décadas a un pequeño país contra el país más extenso del mundo; ¿no se podrá hacer algo por la desunión tan grande que se esta abriendo en el ajedrez? Se que el “Gens Una Sumus” no es tan fuerte como la oración después de la batalla de San Crispín, pero, habiendo compartido cientos de batallas aunque sean mentales, ¿no podríamos ser una “banda de hermanos”?