La novedad es que los excampeones mundiales de nuevo pasan a
los titulares de los diarios. Garry Kasparov es la noticia en cientos de
diarios, incluyendo “La Jornada” de México, con la foto de su violenta
detención y despertando comentarios de todo tipo al relacionarse con lo de las “Pussy
Riots”. Lo curioso es que no estaba protestando ni apoyando nada, simplemente
estaba presenciando lo que sucedía y, como siempre es foco de atención, se vio
envuelto de repente. Realmente él no había declarado su posición respecto a los
hechos del controvertido grupo, máxime que es un asunto sumamente complicado y
el que muchas personas han salido en apoyo de las chicas es básicamente porque
representa una represión a la libre expresión. Se puede o no estar de acuerdo
con lo que dicen o hacen, pero todos coinciden en que debe permitírsele expresar
sus ideas dentro del límite del respeto al derecho ajeno, que es precisamente
en lo que se pretende justificar su detención y sentencia: el no haber
respetado los derechos de los demás. Kasparov simplemente ha dicho: “Tenemos
años diciendo que Putin no respeta la ley, y estas acciones lo evidencian.
Ahora a Kasparov lo acusan de defenderse violentamente de su
injusta detención y parece que en la Rusia actual aquello de que “la causa de
la causa es la causa de lo causado” no se respeta. Están acusando a Kasparov de
morder un dedo de uno de los policías que lo detuvieron violentamente y
examinan los peritos si las marcas de la mordida corresponden a la dentadura de
Kasparov o al de algunos de los mastines que auxiliaban a los “cancerberos”
policiacios que desde ya puede uno decir que son un desdoro para la bandera
tricolor, blanco, azul y rojo, que ostentan en la manga de su uniforme.
Otro excampeón mundial, el GM Boris Vasilievisch Spassky, de
gran fama mundial desde el encuentro altamente mediatico de 1972, en plena
guerra fría, también aparece en varios diarios rusos, relatando extraña
historia.
Los antecedentes pueden verse desde un punto de vista
reciente o desde un punto de vista que abarca varias décadas.
Los hechos recientes son los siguientes: tras un ataque
cardíaco que tuvo en Moscú, fue hospitalizado al principio allá y luego, tras
una leve mejora, llevado a Francia, donde reside Spassky con su esposa, aunque
de 2005 a la fecha, gran parte del año reside en Rusia. En la mayor parte de
2011 y en lo que llevamos de 2012, era muy difícil comunicarse directamente con
Spassky, ya sea por teléfono, email o Skype.
De hecho yo lo intente por septiembre de 2011, buscando que fuese un
invitado de honor al evento “GM Carlos Torre in Memoriam” que se realizó en Mérida,
Yucatán, en diciembre de 2011, y en el
que formé parte del comité organizador, principalmente en el boletín del torneo
y la difusión en medios internacionales. El caso es que las negociaciones no
fructificaron pues sólo brevemente parecía haber comunicación directa con él,
mientras que todo parecía controlado por otras personas. No se pudo avanzar más
porque yo quería tener una comunicación directa de su voz que me expresase la
aceptación de la invitación y saber más de su estado de salud en ese entonces,
pues el viaje desde Francia a Mérida lo calculábamos en un total de más de 12
horas y Spassky tenía 75 años de edad.
El asunto es que a un importante diario nacional de Rusia,
Spassky declara que prácticamente estuvo dos años aislado en su casa en
Francia, como “arrestado domiciliariamente” por su esposa. Que tras el ataque en Moscú no fue atendido
sino básicamente con tranquilizantes y que estaba languideciendo en una muerte lenta
de la que sabía tenía que escapar. Rogaba inútilmente que lo llevasen a Rusia. Agrega
que “verdaderos amigos” posibilitaron su fuga y así finalmente este jueves
llegó a Rusia, donde hizo declaraciones al diario y a otros medios sobre la
situación en los dos últimos años. No
acusa a nadie, pero da entender muchas cosas.
La esposa, por su parte, se había comunicado con amigos de
diversos países, diciendo angustiada que Spassky había desaparecido de su hogar
mutuo desde el miércoles. Nadie al parecer sabía su paradero hasta que apareció
la entrevista en un diario. Los sitios webs del ajedrez como el del Chessbase
escriben ya de la historia.
Si vamos a antecedentes de décadas, pues uno recuerda que
Spassky parte a residir a Francia tras su matrimonio con una francesa de
ascendencia rusa allá por 1976, y su condición de ex campeón mundial y su presencia
mediática de alguna forma le facilitaron el camino al virtual exilio de la
URSS, a diferencia de otros grandes maestros como Boris Gulko, excampeón de la
URSS, que pasaron verdaderas odiseas para salir de la URSS.
Lo curioso es que después de 1994 Spassky hizo la
declaración de que “Si hubiera sabido lo que pasaría en Rusia al caer el
socialismo, en lugar de exiliarme en 1976, me hubiera afiliado al Partido
Comunista de la URSS”.
Desde 2005 Spassky se la pasaba en Rusia gran parte del
tiempo y fue el fundador y dirigente de un club de ajedrez con su nombre. De
hecho parecía que Spassky estaba más a gusto en Rusia que en Francia. Pero en
muchos eventos por todo el mundo se le veía acompañado por su esposa, pero
aparentemente, según afirman varias fuentes, no siempre.
Seguramente tanto de Spassky como de Kasparov tendremos más
noticias la siguiente semana. Pero no deja uno de pensar en lo que paso con
Fischer y en que los grandes campeones mundiales de ajedrez al ser ya de interés
público están sujetos a muchos problemas relacionados con la política y la opinión pública. Las jóvenes estrellas del
ajedrez como Carlsen y la Kosteniuk lo mismo aparecen en comerciales como en
filmes, o posando en revistas de modas.
En el segundo de mis libros de la serie ·”Aprendiendo de los
Entrenadores” escribo sobre la evolución de las hermanas Polgar para llegar a
ser las mejores jugadoras del mundo y aunque trato principalmente de sus
entrenadores y los métodos que siguieron, fue imposible no tocar el aspecto de
la publicidad y la presencia mediática, ya que jugaron una parte importante del
fenómeno “Polgar”.
Es común que ahora los jugadores profesionales de ajedrez
tengan contratado un “manager” que les maneja su presencia en medios y su
relación con patrocinadores. Basta ver la labor de Danailov con Topalov o los
managers de Kasparov. Los campeones mundiales de ajedrez son figuras públicas y
a menudo están en las controversias, como Kasparov y Spassky.