28 ene 2018

Alexander Alekhine a 60 años de su muerte.



En Memoria del Maestro Alejandro Meylán.


El mundo ajedrecístico recibía a finales de marzo de 1946 la noticia de que el reinante Campeón Mundial Alexander Alexandrovich Alekhine había sido encontrado muerto en su cuarto de hotel en Estoril, Portugal,  el 24 de marzo de 1946.
Sólo unos días antes, se contemplaba la posibilidad de que se organizaría un match por el título con alguno de sus retadores. Eran los primeros meses de la posguerra y algunas federaciones de los países vencedores de la Segunda Guerra Mundial habían cuestionado mucho la actitud del campeón mundial de nacionalidad francesa y de origen ruso ante el gobierno nazi que había ocupado la mayor parte de la Europa Continental entre 1941 y 1944.
Alekhine tuvo una dura vida en la Europa de las dos guerras mundiales, ya que primero había sido un extranjero de país beligerante en tierra alemana al momento del estallido de la Gran Guerra de 1914 a 1918, luego era un zarista al surgir la Revolución Rusa de 1917, luego emigró a Francia, y como ciudadano francés se encontraba ante la invasión nazi en los primeros años de la Segunda Guerra Mundial y obligado por los alemanes a residir en Praga. Tras de aceptar competir en algunos torneos internacionales en Alemania organizados por el régimen hitleriano, logra “negociar” el viajar a la España franquista, con la esperanza de que su esposa de nacionalidad francesa lo alcanzara alguna vez, se encontró sólo en Portugal al termino del conflicto, ganándose una precaria vida con simultaneas y pequeñas exhibiciones, con una situación política difícil, pues en muchos países se le atacaba por escritos propagandísticos anti semitas, que siempre alego eran distorsionados por la maquinaria del tremendo Goebbels, el todopoderoso ministro de propaganda nazi. Tantas versiones surgieron sobre la realidad de esos escritos y la manera en que pudo ser presionado para que a cambio de esa colaboración se garantizase la libertad y pertenencias de su esposa, así como su propia seguridad física.
Durante esos años sufrió de escarlatina, siendo hospitalizado en el mismo centro en que años antes muriera el Gran Maestro Ricardo Reti de esa misma enfermedad, además de sufrir por lo menos un infarto.
Una vida llena de altibajos, misterios y tragedias, tuvo un fin similar.
En lo que respecta a su carrera ajedrecística se ha escrito mucho, y es díficil añadir algo a lo que plumas como Kotov y otros escritores soviéticos han descrito, máxime que el aparato soviético tuvo a bien el reconocerlo como el eslabón que unía al gran Mikhail Chigorin,. máxima estrella del ajedrez ruso del siglo XIX, con la escuela soviética de ajedrez.
Las últimas reseñas importantes sobre el gran Alekhine son las que provienen de su más ilustre sucesor, el GM Garry Kasparov.

Las Teorías de Kasparov y Alejandro Alekhine.
Kasparov expresa un punto de vista muy interesante sobre Alekhine en el tomo I de su obra “Mis grandes predecesores”:

“Alekhine ha sido llamado “un genio de las combinaciones de ajedrez”. Sin embargo su fantástica visión combinativa se basaba en fundamentos posiciones sólidos y era el fruto de una estrategia fuerte y enérgica. De ahí que Alekhine podía ser llamado el pionero del estilo universal de juego, basado en una estrecha interacción de motivos estratégicos y tácticos.
Alekhine estaba muy adelantado a su tiempo en su enfoque al ajedrez.
De acuerdo a mi teoría, el juego de ajedrez consiste de tres componentes: material, tiempo y calidad de posición.
Y cada jugador hace uso de ellos tanto como sea posible.
Con respecto al elemento “material” todo está claro: sobre este nivel aritmético incluso una computadora “piensa”: peón extra, pieza extra, este es el ABC de la ciencia del ajedrez.
El segundo factor, el tiempo, es más complicado, pero también comprensible: la ganancia de un tiempo, la velocidad del avance de un peón pasado o del asalto de la fortaleza del rey. Al sacrificar material a cambio de un fluido ataque , es precisamente el tiempo lo que nosotros tomamos en cuenta…
El tercer elemento, la calidad de la posición, es el factor estratégico menos obvio: estructura de peones, casillas fuertes y débiles, piezas activas y pasivas, pareja de alfiles, “mal” rey…
Aquí la evaluación es una cuestión de intuición, y una comprensión de este factor es ya un signo de gran maestría. Bueno, ¡y el más alto nivel es la sutil apreciación de todos los tres factores!
La habilidad de sopesar todos los pros y contras, sacrificar algo por lograr el debilitamiento de ciertas casillas, o, digamos, debilitar nuestros peones a cambio de un par de tiempos.
Esto es accesible a sólo unos cuantos; aquí uno necesita intuición, experiencia, talento natural o don otorgado por Dios…
Y así, Alekhine fue el primero que comenzó intuitivamente a combinar todos los tres factores en su juego, enlazándolos juntos.
El demostró claramente que el material es sólo una de las formas de la ventaja.
Para crear cierto tipo de posición, él sacrificó un peón o dos, o ¡incluso una pieza!
Algunas veces se sobrepasaba, pero en general él procedió sobre las bases que el ajedrez es altamente diverso y el sacrificio de material, que era estrictamente regulado por la Escuela de Steinitz, podía de hecho proveer otras ventajas.
Frecuentemente Alekhine ponía a sus oponentes problemas con los que no podían, eran incapaces de competir en tal nivel de complejidad de juego.
Los maestros de la siguiente generación, encabezados por Botvinnik y Keres, ya sacrificaban más audazmente: ¡se había convertido en un método standard!
Y ese terreno fértil dio cosechas como Bronstein, Spassky, Tal …”

Lo que Kasparov llama su “teoría” parece estar en contradicción con las afirmaciones de la más reciente Escuela China de ajedrez que considera que los tres elementos principales son: Material, Espacio y Estructura; así como la teoría que el Maestro de San Petersburgo Alexander Shasin esta desarrollando y que afirma que la mistificada teoría del “Plan” de Steinitz y Lasker está refutada. Tanto Shashin como los chinos dan un papel secundario al factor tiempo y consideran que el elemento “Espacio” no es un factor derivado de otros, sino uno de los principales y fundamentales. Incluso Shasin y algunos textos chinos muestran ejemplos de las partidas de Alekhine como comprobatorios de la importancia que el moscovita daba a ese factor como columna fundamental en la construcción de sus posiciones.
Pero Alekhine creaba sus propias controversias.
Kasparov dice que los libros de Alekhine como “El camino al Campeonato Mundial” son ejemplos clásicos en el arte de comentar partidas, pero que sus artículos los aprecia como particularmente interesantes y controversiales sobre el tema del desarrollo del pensamiento ajedrecístico. Da como ejemplo lo que Alekhine en su reporte para el “New York Times” sobre el torneo de Carlsbad (hoy Karlovy Vary) de 1929 escribió, dividiendo a los participantes en dos grupos principales, los neo-románticos (podemos leer “hipermodernistas”) y “reformistas, prediciendo:
“…promete desarrollarse una determinada batalla entre los adherentes de dos escuelas opuestas en su interpretación fundamental de la esencia del ajedrez. Un grupo está representado por el excampeón mundial José Raúl Capablanca de Cuba, quien además de ser un devoto de las sesenta y cuatro casillas es también hábil en el tenis y otros deportes físicos. Con él están dos ingenieros, Geza Maroczy de Hungría y el Dr.Vidmar de Yugoslavia; el matemático Dr. Max Euwe de Holanda, y el bien conocido explorador de variantes de ajedrez, E.Grunfeld de Viena.
Para ellos el “qué” del ajedrez es más importante que el “cómo”. La victoria es para ellos el único objetivo del juego. Sólo en raras ocasiones, cuando su instinto creativo domina su voluntad deportiva, se interesan en la “calidad”; y por lo general se ajustan a la aplicación práctica de experiencias científicas ajedrecísticas.
El resultado del rechazo del aspecto creativo del ajedrez puede ser fácilmente previsto. Resultan en la escuela de reformistas, lidereados por Capablanca, quienes temen que la teoría, altamente desarrollada, puede resultar en una parálisis del juego y ellos buscan revivificar el ajedrez a través de promover una revisión de las reglas de juego. Ahora, ¿que es lo que esta postulación significa?
Primero, una sobrestimación de la fuerza de la teoría en un sentido utilitario. Segundo, un desprecio por lo intuitivo, lo imaginativo, y todos estos otros elementos que elevan al ajedrez al nivel de un arte.
Tercero, resulta en un “engullimiento” general del desempeño creativo.
A tal nivel fatal la escuela reformista reduciría el noble juego del ajedrez, pero afortunadamente prevalece una fuerza opositora más fuerte, la cual se muestra ella misma en el juego de Breyer y Reti, cuyas muertes prematuras fueron una gran pérdida para el ajedrez mundial. Como representantes en el presente torneo de Carlsbad de su interpretación podemos nombrar a E.D. Bogoljubov de Rusia, A.Nimzovich de Dinamarca, Dr. S.Tartakover de Francia, Esteban Canal de Perú, F.Samisch de Alemania y E. Colle de Bélgica.
Estos maestros han logrado demostrar que incluso en la marea de los más nuevos logros teóricos aún existe mucho campo para el desarrollo de la imaginación, temperamento y la fuerza de voluntad.
A sus logros, el juego del ajedrez, desde la Gran Guerra, debe su inesperado avance.
Uno puede ajustadamente designar este grupo como “neo-románticos”, y ellos han sido referidos como tales, pero también pueden justamente ser denominados como “los trágicos del ajedrez”, ya que, mientras los reformistas se alegran con los errores de sus oponentes en un sentido utilitario, los neo-románticos desean llevar a cabo su gran esquema hasta ser completado.
Exactamente aquí entra el momento cuando el arte del ajedrez puede ser denominado como el más trágico de todos los artes, ya que el artista de ajedrez, en una medida, depende de un elemento más allá del alcance de su poder, ese elemento es el hostil colaborador quien a través de descuidos constantemente amenaza arruinar una edificación mental sin mancha.
El jugador de ajedrez que aspira a demostrar el “cómo” del juego, verá apuntar el solitario punto como una producción pobre a causa de la falla que gratifique su obra artística.
Su afán de crear a menudo resulta en insatisfacción, pero al final la pasión es victoriosa, y sólo es debido a la capacidad de sacrificio de muchos talentos iluminados del ajedrez, que sobreponen sus intereses creativos a sus carreras profesionales que el mundo del ajedrez será liberado de la superstición de los reformistas. El ajedrez no es fútbol.
Entre los dos grupos de competidores por el dinero de los premios en el Torneo de Carlsbad debemos mencionar también a los llamados “clásicos”, primeramente Akiba Rubinstein de Polonia, luego el apóstol del peón de rey, Rudolf Spielmann de Austria, y finalmente, pero no al último, al dotado, pero errático Campeón americano Frank Marshall”.

Alekhine decía que había tres factores para el éxito en ajedrez: Conocerse a si mismo, conocer al oponente y jugar a ganar algo más que la partida, sino que había que aspirar a realizar una obra de arte.
Los libros de Alekhine han llegado, afortunadamente, a ser asequibles a los lectores del siglo XXI, pero, desafortunadamente, muchos de sus artículos en diarios y revistas, difícilmente pueden ser conocidos por los lectores actuales.
Kasparov, comentando las victorias aplastantes de Alekhine en torneos muy fuertes, trata de dar una explicación que me parece de lo más interesante:

“El fue el primero que podía jugar con material de menos durante mucho tiempo como si nada hubiera pasado. Chigorin también jugaba de esta manera un poco, pero él lo hacía más espontáneamente, intuitivamente, mientras que Alekhine ¡Lo hacía deliberadamente! El sacrificaba material por alguna, a veces poco clara, compensación, y debido a que sus oponentes les faltaba familiaridad y eran incapaces de comprender la situación, comenzaba a deslizarse el juego a favor de Alekhine,
No sin razón la manera de jugar de Alekhine no le gustaba a Fischer, un jugador de estilo clásico, a quien no le gusta dar material, “así no más”. Una forzada interrupción del balance irritaba a Fischer.  Pero para Alekhine era la norma, dar un par de peones, o incluso una pieza, para obtener una fuerte iniciativa. En contraste con sus colegas, él sabía en que posición precisamente funcionaba y en cuales no”.

Kasparov cita a Tartakover calificando a los campeones mundiales:

“Philidor principalmente construye cadenas de peones, Morphy ataca al rey, Steinitz busca ser metódico, Lasker la flexibilidad, Capablanca la lógica, Alekhine en contraste a todos estos campeones, busca una lucha como tal”.
Había que añadir ahora la descripción que hacía Fischer:
“Alekhine es un jugador que yo jamás entendí realmente. El siempre deseaba un centro superior, él maniobraba sus piezas hacia el flanco rey, y alrededor de la jugada 25 comenzaba a matar a su oponente. Le disgustaban los cambios, prefería jugar con muchas piezas en el tablero. Su juego era fantásticamente complicado, más que ningún jugador antes o después. Alekhine una vez derrotó a Lasker en unas 26 jugadas, sus piezas convergieron sobre el flanco rey y la partida termino con un golpe mortal repentino.”

Escribir sobre este gran jugador daría material para muchos libros, y existe ya una extensa bibliografía dedicada a él, aunque pareciera siempre ser insuficiente.
Gracias a un interesante material recibido de amigos búlgaros, sobre su visita a Bulgaria, con partidas poco conocidas y fotos poco circuladas, he tratado de hacer un homenaje al que en estos días, 24 de marzo, cumple sesenta años de haber abandonado la vida terrenal.

Visita a Bulgaria de Alekhine.
En ocasión de que varios Grandes Maestros de Bulgaria visitaron México en febrero de 2006, pudiendo así recibir alguna bibliografía que encargue a algunos amigos entrenadores de ajedrez de dicho país, ya que considero que la Escuela Búlgara de ajedrez tiene mucho material propio que sería muy útil conocer para la labor de la enseñanza e instrucción del ajedrez en la Ciudad de México, entre el valioso acervo que llegó de aquel país, observé el impacto que en los años 30s del siglo XX tuvo la gira de Alekhine por aquel país. En simultaneas se enfrentó a varios de los mejores jugadores búlgaros de aquella época, hoy prácticamente desconocidos en los países de nuestra América, pero que incluso viajaron a la Olimpíada de Buenos Aires, donde uno de ellos incluso enfrentó a Alekhine en dicho torneo, tras empatar con él en simultaneas. Creo que será interesante para el lector conocer algunas de esas partidas.
La visita en el mes  de Abril de1936 a Sofia, la capital de Bulgaria fue un evento muy memorable para la afición búlgara. El llegó a dicha capital acompañado por su esposa, la Sra, Grace Wishart y , como cuentan las crónicas, con su famoso gato siamés, llamado “Chess”. El evento principal fue la exhibición de simultaneas de ajedrez en donde se enfrentó a los más fuertes jugadores del país, incluyendo a los dos que serían parte del equipo olímpico búlgaro de ajedrez tres años más tarde, Tsvetkov  y Kiprov. El día de la exhibición fue el 13 de abril de 1936 y ahí Alekhine se enfrentó a 40 oponentes, dos a la ciega. Ganó 27 partidas, entabló 9 y perdió cuatro.
Prácticamente la gran mayoría de las partidas se han perdido, sólo algunas cuantas, de las que perdió y empató, han sobrevivido y las presentó ahora con algunas más, que son buena muestra del nivel de ajedrez de la Bulgaria de 1936 a 1939.
Así mismo añado algunas de Alekhine sobre aperturas y que son parte del CD que preparo sobre la Escuela Soviética de Ajedrez.

El 24 de Marzo de 1946.
A pesar de que mucho se ha escrito sobre Añekhine, mucho se ignora, su vida esta llena de misterios y tragedias, así como su muerte fue trágica y misteriosa, Muere sólo, a los 53 años, sin que haya testigos del momento. Incluso su hijo decía que el “largo brazo de Moscú” había alcanzado a su padre. Ya que vivo en la misma ciudad y a un par de cientos de metros donde fue asesinado León Trotsky por ordenes de Stalin, no me parece tan descabellada la afirmación. Aún así, todos los historiadores concuerdan, incluso tras la apertura de los archivos secretos de Liublanka, de la KGB, que para el gobierno soviético de aquella época, tenía grandes conveniencias que Alekhine viviera lo suficiente como para perder un match con alguno de los soviéticos que serían naturales retadores al título de Campeón Mundial, sobre todo Botvinnik. Ya una vez Alekhine comentó, al posponerse un posible match con Keres, “Están esperando a que cumpla 60 años o se deteriore más mi salud”. El caso es que no faltó quien achacase muerte tan misteriosa a Stalin. Pero en la nota oficial de su defunción, en Estoril, Portugal se anota: “Alekhine muere como un resultado de asfixia causada por el bloqueo de su laringe por un pedazo de carne” aunque uno de los testigos al momento de encontrar su cadaver en su cuarto de hotel, debido a la expresión tranquila de la cara del difunto afirmó “esta no fue la principal causa de su muerte, sino simplemente coincidió con un ataque al corazón”.
Varias historias curiosas y tendenciosas circulan en los medios lusitanos del ajedrez.
Primero fue sepultado en Estoril, donde estuvo de 1946 a 1956, después fue exhumado y llevado a Francia por su viuda Grace para ser enterrado en el Cementerio Montparnasse en París, Francia; pero no se hizo ningún intento de investigar más sobre el caso, al momento de que en ese año el estado soviético le rendía homenaje en un torneo internacional con el que se reinvindicaba al originario de Moscú que había elegido vivir fuera de la URSS y que muchas veces se consideró enemigo del pueblo, para después considerarlo el eslabón entre el genial Chigorin de la época zarista y los ajedrecistas de la Unión Soviética.
No hace mucho la prensa internacional de ajedrez daba cuenta de los daños que su monumento funerario había sufrido por los problemas climáticos en París, Francia. También en ocasión de un torneo en Alemania aparecieron fotos de su hijo Alexander Alexandrovich Alekhine, hijo de su segunda esposa, quien a pesar de no ser ajedrecista, visitaba las salas del torneo. Pero indudablemente las crónicas de Kasparov y la aparición de CDs con su biografía es lo que más ha ayudado a que los ajedrecistas jóvenes conozcan más de Alekhine. Este año están programados muchos eventos en memoria de Alekhine y seguramente surgirán nuevos libros con sus partidas. Fue uno de los primeros campeones mundiales que viajaron por todo el mundo y quizás el primero que visitó todos los continentes. En México jugó en el Primer Torneo Internacional de Ajedrez que se efectuó en nuestro país. Su visita en 1932, con el GM Isaac Kashdan, ha sido ya objeto de una crónica amplia que publiqué en sitios web, gracias a archivos que me dejó mi abuelo materno, el General Médico Militar Francisco Raúl Vargas Basurto, director y organizador de aquel Torneo Internacional.
Alekhine y sus partidas siempre serán fuente obligada para aquellos que deseen mejorar su conocimiento del ajedrez.
En esta serie, dedicada a mi maestro Alejandro Meylán, que hoy escribo desde el centro dedicado a otro gran Alejandro, Alejandro Báez, no podía estar ausente el Alejandro Magno del Ajedrez, Alejandro Alekhine.

Ciudad de México a 23 de marzo de 2006.