(Hace
unos días se cumplieron 104 años del nacimiento del GM Herman Pilnik, y
quisiera recordarlo reproduciendo una conferencia que di sobre las enseñanzas
del insigne maestro en Venezuela).
Durante
las series de Campeonatos por Equipos de Centroamérica y del Caribe de 1974 y
1975, el equipo nacional de Venezuela contaba con un entrenador fuera de serie:
El GM argentino Herman Pilnik.
Pilnik a los 56 años de edad decidió
aceptar la oferta de mudarse a Venezuela y entrenar a los jugadores más
prometedores de ese hermoso país. Permaneció ahí, hasta su muerte, 11 años más
tarde, y hasta su fallecimiento era el profesor de ajedrez de la Escuela
Militar de Caracas. Fue sepultado el 13 de noviembre de 1981 en el panteón
israelita del Cementerio General del Sud de Caracas.
Los mexicanos que participábamos en el
Centroamericano nos sentíamos muy afortunados de poder charlar con una
personalidad como Pilnik.
Entre broma y broma, cuando le
preguntábamos como había llegado a ser Gran Maestro, nos contaba que a base de
fuertes inversiones.
Pilnik, nacido en Sttutgart, Alemania;
llegó a la Argentina en 1930, a los 15 años, pero nueve años después, cuando ya
era un fuerte aficionado al ajedrez, arribaron a Buenos Aires decenas de los
jugadores más fuertes del mundo a competir en la Olimpíada Mundial de
Ajedrez y, debido al estallido de la
Segunda Guerra Mundial en 1939, poco antes de terminar el evento; un buen número
se radicaron un tiempo en Argentina. Y el joven Pilnik pasaba a retarlos a
jugar de apuesta, perdiendo muchas partidas y algo de dinero, pues las apuestas
no eran altas. Se volvió “cliente” de jugadores como Najdorf, Eliskases,
Czerniak y varios otros. Pero esos continuos enfrentamientos y las charlas y
análisis tras las partidas, fueron en realidad clases que tomaba Pilnik.
Ya para 1942, tras tres años de
invertir en esos duelos, ya salía parejo con muchos de los maestros europeos, y
algunas veces, hasta recuperó algo de dinero de ellos, comentaba. Es memorable la partida que en torneo ganó a
Miguel Najdorf en 1942.
“Aquel jugador que Capablanca y
Alekhine consideraban el mejor entrenador y “second” del mundo, Erich Eiskases,
pasó de verdugo a victima conmigo” decía Pilnik.
Relataba que cuando Euwe iba a
defender su título en 1937 contra Alekhine, en la Unión Soviética se preparó un
grupo de jugadores para que el holandés venciera de nuevo al gran Alejandro,
trabajando en ello grandes jugadores, incluyendo al excampeón mundial Emanuel
Lasker, entonces ciudadano soviético. Pero Eliskases contaba la historia de
como apoyó a Alekhine para recapturar el título y le transmitió algunos métodos
al joven Pilnik, su “cliente”. “Oro molido es lo que me daba”, decía Pilnik, El
llamado método de la brújula, para orientarse, decía Pilnik.
El caso es que mas o menos nos explicó
el método de la brújula, pero creo que para el nivel que teníamos los que lo
escuchábamos, principalmente los maestros Benito Ramírez, Marcel Sisniega y yo,
no captábamos mucho la idea. Pero un poco más de un par de años después, en
ocasión de que preparaba a Marcel para el Mundial Estudiantil de 1977, donde él
era el primer tablero y yo el capitán del equipo y entrenador, tratamos de
seguir las ideas de Pilnik en base a unas notas que guardábamos.
En resumen, para entender la posición
y formar un plan, lo primero es concluir que no hay posiciones buenas o malas,
sino que todas tienen algo bueno y malo para nosotros, hay desbalances, como
escribiera el MI Jeremy Silman. El ver nuestros positivos y negativos, nos
sitúa en lo que realmente es relevante para nuestra posición y con esa base
orientadora de acción, ver como hacer que lo bueno de nuestra posición resalte
y lo bueno de la posición del contrincante se vuelva menos influyente.
En 1980 al comentar las ideas en
general del método de la brújula con el GM Gipslis que visitó México y fue
contratado para entrenar a los que formábamos el equipo nacional para la
Olimpiada de Malta, y además me estuvo orientando para mis clases en la UNAM,
me comentaba que varios de los puntos de Eliskases, que era normal que tuvieran
como base algunos conceptos de Steinitz y de Lasker, se habían simplificado en
la URSS, para facilitar su operación práctica en los torneos.
Me propuso revisáramos algunas partidas
de Pilnik y Eliskases, sobre todo entre 1945 y 1952, para ver como se trataban
en su práctica el método de la brújula. Estuvimos viendo unas en que Pilnik
jugó con los mexicanos Camarena y Araiza en el Panamericano de 1945, donde
Pilnik quedo detrás sólo de Reshevsky y al lado de Ruben Fine. De alguna manera
las “inversiones” de Pilnik redituaban, pues sus partidas eran de gran calidad
y cada jugada era cuidadosamente planeada cuando tenia ligera ventaja y cuando
Pilnik caía en posición difícil, se las ingeniaba para complicar la partida.
(CONTINUARA)