El GM Carlos Torre Repetto
siempre fue una figura presente a lo largo de mi vida como jugador y entrenador
de ajedrez.
Desde niño oía los relatos
de mi abuela materna, Amparo Vargas Arreola, sobre como ella y mi abuelo
trataron al maestro a su primera llegada a México en 1926, con la gloria de sus
triunfos de Europa, y luego como en la segunda llegada, tras la tragedia de
Chicago, llegó en estado lamentable y fue examinado por los médicos militares
que encabezaba mi abuelo, el entonces Coronel y Dr. Francisco Vargas Basurto,
quien más tarde sería secretario de la Federación Mexicana de Ajedrez con el
Gral. Joaquín Amaro de Presidente, y luego, finalmente dirigiría la Federación
y realizaría la Revista Mexicana de Ajedrez donde escribiría una serie de
artículos sobre la carrera de ajedrez del GM Carlos Torre.
Después, en charlas
familiares en que el afamado escritor Juan José Arreola, mi abuela y mi madre Amparo Vargas Arreola, me
estimulaban a jugar mi primer torneo formal de ajedrez de primera fuerza y
viajar a Guadalajara, Jalisco; el estado de origen de la familia Arreola, para
competir en el Campeonato Estatal de Jalisco, pero antes iría a Mérida con Juan
José Arreola a conocer al GM Carlos Torre.
Hace ya cincuenta años de
eso, en 1966, cuando a los 13 años de edad, pude charlar dos horas con esos dos
grandes del ajedrez, uno, gran jugador, retirado cuarenta años antes, el otro,
escritor que comenzaba a adquirir fama internacional.
Regresar de Yucatán y leer y
estudiar todo lo que sobre el GM Carlos Torre existía en la enorme biblioteca
de ajedrez de mi abuelo, de varios miles de libros de ajedrez, así como sus
notas sobre Torre y los apuntes sobre un libro que deseaba escribir sobre Torre
y Emanuel Lasker, fueron mis primeros textos sobre ajedrez.
Un año más tarde decidí
aprender el idioma ruso para poder leer muchas revistas que Torre le había regalado
a mi abuelo y que se añadirían a los textos de ajedrez en ruso que en Cuba se
habían adquirido durante la Olimpíada Mundial de Ajedrez de La Habana a finales
de 1966.
Ya para 1967 era visitante y
competidor asiduo de los torneos de primera fuerza que se realizaban en la sala
“Carlos Torre Repetto” en el Casino Metropolitano, en Tacuba 15 en la Ciudad de
México; eventos que organizaba el Maestro Alejandro Baéz Graybelt, quien fuera
muy amigo del GM Carlos Torre en los años en que residiera en México.
En esos años se divulgaban
muchos mitos y especulaciones sobre las razones por las que el GM Carlos Torre
había abandonado el ajedrez de competencias en 1926, antes de cumplir 22 años
de edad.
En 1972 y 1975 tuve
oportunidades de dialogar más ampliamente con el GM Carlos Torre Repetto, sobre
todo en 1972, cuando yo llevaba el primer tablero del equipo nacional de México
en la primera competencia internacional de ajedrez por equipos que se
desarrollaba en México, el Campeonato Centroamericano y del Caribe, que, como
parte de las celebraciones del año de Juárez, se realizaba con toda pompa y con
transmisiones de televisión.
En ese evento de 1972
participaba el equipo de Cuba con varios personajes de gran importancia
histórica, como su primer tablero, el varias veces campeón de Cuba , el Maestro
Internacional Jesús Rodríguez, uno de mis más grandes amigos. Otro miembro del
equipo cubano era el Maestro Internacional Eleazar Jimenez, también varias
veces campeón de Cuba, pero sobre todo, el mentor principal de las futuras
generaciones de grandes jugadores cubanos.
Con Arreola, los
jaliscienses miembros del equipo nacional de México, como Victor Rizo,
Bartolome Razo, los cubanos mencionados y yo, el Gran Maestro Carlos Torre tenía
un auditorio único completo y varios retadores en blitz que no pudimos ganarle
una sola partida, a pesar de que Rodriguez y yo teníamos ya algunos grandes
maestros en nuestra lista de victimas, como en ese mismo año gané en el torneo
internacional de blitz al GM Vlastimil Hort en los salones del Comité Olmpíco
Mexicano, además de empatar la partida de torneo al GM Bent Larsen y ganarle
varias partidas amistosas de blitz al gran jugador danés. El caso es que de
unas 30 partidas de blitz, Torre las ganó todas sin excepción.
De 1972 a 1975 pasaron tres
años en que supe más de Torre y sobre todo, con más contactos con el ajedrez
soviético, tenía ya noticias de la importancia que Torre tuvo para el
desarrollo del ajedrez en Rusia.
Ya en 1980, gracias a la
temporada en que me estuvo entrenando el GM Aivar Gipslis, que más que como
jugador, me enseñó a ser entrenador, tuve información más completa, aunque
Gipslis decía que más que Torre, Lasker era el que mas influencia tuvo, después
Capablanca y Torre en tercer lugar. ¡Bueno!, eso para mí ya era una gran
noticia.
Lo de Lasker ya me lo había
comentado el mismo Torre, quien consideraba que de Lasker es de quien más
aprendió en Europa y que con Capablanca eran lo “excelso”, los grandes “enseñadores”
del ajedrez. No en balde en 1966 Torre me recomendó estudiar los dos libros de
Lasker, Sentido Común en Ajedrez y Manual de Ajedrez, que me tuve que soplar en
inglés a los 13 años cuando apenas sabía algo de inglés, y luego una tonga de
Revistas Alemanas, diccionario en mano.
El caso es que siempre tuve
el deseo de escribir un libro sobre Torre, sobre Lasker, y sobre Torre, Lasker
y Capablanca, con el ajedrez soviético.
Con mis borradores de más de
400 cuartillas, anduve deambulando, pero no fue sino hasta hace muy poco, tras
muchos intentos en Yucatán de que se publicase algo de mi trabajo, que en
Tamaulipas logré la oportunidad. Así se publicó el primer libro de mi coautoría
con el escritor Arturo Medellín, dedicado totalmente a Torre, luego terminé
otro sobre Torres, Lasker y Capablanca, “Ajedrez en Ensalada Rusa” y
finalmente, aún en proceso de corrección, un manual para entrenarse y entrenar en base al sistema del GM Carlos
Torre, un manual para que puedan mejorar en ajedrez a edad madura, basado en
notas de mi abuelo sobre la simbiosis Lasker, Torre y lo que el maestro Abram
Modell apuntó al respecto. Además, con el material recopilado, que serían
cientos de páginas y fotos, elaboré un DVD que espero pronto me publique
Chessbase de Hamburgo. Una trilogía con DVD que será, además de un homenaje sentido al GM
Torre, como una celebración a mis
cincuenta años de competir en torneos de ajedrez.