23 sept 2016

La Trilogía de libros de ajedrez que escribí en los últimos cinco años, por fin en difusión.





El GM Carlos Torre Repetto siempre fue una figura presente a lo largo de mi vida como jugador y entrenador de ajedrez.
Desde niño oía los relatos de mi abuela materna, Amparo Vargas Arreola, sobre como ella y mi abuelo trataron al maestro a su primera llegada a México en 1926, con la gloria de sus triunfos de Europa, y luego como en la segunda llegada, tras la tragedia de Chicago, llegó en estado lamentable y fue examinado por los médicos militares que encabezaba mi abuelo, el entonces Coronel y Dr. Francisco Vargas Basurto, quien más tarde sería secretario de la Federación Mexicana de Ajedrez con el Gral. Joaquín Amaro de Presidente, y luego, finalmente dirigiría la Federación y realizaría la Revista Mexicana de Ajedrez donde escribiría una serie de artículos sobre la carrera de ajedrez del GM Carlos Torre.
Después, en charlas familiares en que el afamado escritor Juan José Arreola,  mi abuela y mi madre Amparo Vargas Arreola, me estimulaban a jugar mi primer torneo formal de ajedrez de primera fuerza y viajar a Guadalajara, Jalisco; el estado de origen de la familia Arreola, para competir en el Campeonato Estatal de Jalisco, pero antes iría a Mérida con Juan José Arreola a conocer al GM Carlos Torre. 

Hace ya cincuenta años de eso, en 1966, cuando a los 13 años de edad, pude charlar dos horas con esos dos grandes del ajedrez, uno, gran jugador, retirado cuarenta años antes, el otro, escritor que comenzaba a adquirir fama internacional.
Regresar de Yucatán y leer y estudiar todo lo que sobre el GM Carlos Torre existía en la enorme biblioteca de ajedrez de mi abuelo, de varios miles de libros de ajedrez, así como sus notas sobre Torre y los apuntes sobre un libro que deseaba escribir sobre Torre y Emanuel Lasker, fueron mis primeros textos sobre ajedrez.
Un año más tarde decidí aprender el idioma ruso para poder leer muchas revistas que Torre le había regalado a mi abuelo y que se añadirían a los textos de ajedrez en ruso que en Cuba se habían adquirido durante la Olimpíada Mundial de Ajedrez de La Habana a finales de 1966.
Ya para 1967 era visitante y competidor asiduo de los torneos de primera fuerza que se realizaban en la sala “Carlos Torre Repetto” en el Casino Metropolitano, en Tacuba 15 en la Ciudad de México; eventos que organizaba el Maestro Alejandro Baéz Graybelt, quien fuera muy amigo del GM Carlos Torre en los años en que residiera en México.
En esos años se divulgaban muchos mitos y especulaciones sobre las razones por las que el GM Carlos Torre había abandonado el ajedrez de competencias en 1926, antes de cumplir 22 años de edad.

En 1972 y 1975 tuve oportunidades de dialogar más ampliamente con el GM Carlos Torre Repetto, sobre todo en 1972, cuando yo llevaba el primer tablero del equipo nacional de México en la primera competencia internacional de ajedrez por equipos que se desarrollaba en México, el Campeonato Centroamericano y del Caribe, que, como parte de las celebraciones del año de Juárez, se realizaba con toda pompa y con transmisiones de televisión.
En ese evento de 1972 participaba el equipo de Cuba con varios personajes de gran importancia histórica, como su primer tablero, el varias veces campeón de Cuba , el Maestro Internacional Jesús Rodríguez, uno de mis más grandes amigos. Otro miembro del equipo cubano era el Maestro Internacional Eleazar Jimenez, también varias veces campeón de Cuba, pero sobre todo, el mentor principal de las futuras generaciones de grandes jugadores cubanos.
Con Arreola, los jaliscienses miembros del equipo nacional de México, como Victor Rizo, Bartolome Razo, los cubanos mencionados y yo, el Gran Maestro Carlos Torre tenía un auditorio único completo y varios retadores en blitz que no pudimos ganarle una sola partida, a pesar de que Rodriguez y yo teníamos ya algunos grandes maestros en nuestra lista de victimas, como en ese mismo año gané en el torneo internacional de blitz al GM Vlastimil Hort en los salones del Comité Olmpíco Mexicano, además de empatar la partida de torneo al GM Bent Larsen y ganarle varias partidas amistosas de blitz al gran jugador danés. El caso es que de unas 30 partidas de blitz, Torre las ganó todas sin excepción.
De 1972 a 1975 pasaron tres años en que supe más de Torre y sobre todo, con más contactos con el ajedrez soviético, tenía ya noticias de la importancia que Torre tuvo para el desarrollo del ajedrez en Rusia.

Ya en 1980, gracias a la temporada en que me estuvo entrenando el GM Aivar Gipslis, que más que como jugador, me enseñó a ser entrenador, tuve información más completa, aunque Gipslis decía que más que Torre, Lasker era el que mas influencia tuvo, después Capablanca y Torre en tercer lugar. ¡Bueno!, eso para mí ya era una gran noticia.
Lo de Lasker ya me lo había comentado el mismo Torre, quien consideraba que de Lasker es de quien más aprendió en Europa y que con Capablanca eran lo “excelso”, los grandes “enseñadores” del ajedrez. No en balde en 1966 Torre me recomendó estudiar los dos libros de Lasker, Sentido Común en Ajedrez y Manual de Ajedrez, que me tuve que soplar en inglés a los 13 años cuando apenas sabía algo de inglés, y luego una tonga de Revistas Alemanas, diccionario en mano.
El caso es que siempre tuve el deseo de escribir un libro sobre Torre, sobre Lasker, y sobre Torre, Lasker y Capablanca, con el ajedrez soviético.
Con mis borradores de más de 400 cuartillas, anduve deambulando, pero no fue sino hasta hace muy poco, tras muchos intentos en Yucatán de que se publicase algo de mi trabajo, que en Tamaulipas logré la oportunidad. Así se publicó el primer libro de mi coautoría con el escritor Arturo Medellín, dedicado totalmente a Torre, luego terminé otro sobre Torres, Lasker y Capablanca, “Ajedrez en Ensalada Rusa” y finalmente, aún en proceso de corrección, un manual para entrenarse  y entrenar en base al sistema del GM Carlos Torre, un manual para que puedan mejorar en ajedrez a edad madura, basado en notas de mi abuelo sobre la simbiosis Lasker, Torre y lo que el maestro Abram Modell apuntó al respecto. Además, con el material recopilado, que serían cientos de páginas y fotos, elaboré un DVD que espero pronto me publique Chessbase de Hamburgo. Una trilogía con DVD  que será, además de un homenaje sentido al GM Torre,  como una celebración a mis cincuenta años de competir en torneos de ajedrez.